miércoles, 23 de febrero de 2011

Bautismo Anglicanos y Católicos

España: Anglicanos y católicos reconocen mutuamente el bautismo
Culmina un largo camino de diálogo entre la CEE y la Iglesia Reformada Episcopal MADRID, martes 22 de febrero de 2011 (ZENIT.org).- Monseñor Adolfo González Montes, obispo de Almería y presidente de la Delegación para las Relaciones Ecuménicas de la Conferencia Episcopal Española , y el obispo de la Iglesia Española Reformada Episcopal, Carlos López Lozano, firmaron hoy una Declaración conjunta por la que ambas Iglesias reconocen mutuamente la validez de su bautismo.
En la Declaración (ver www.zenit.org/article-38362?l=spanish) ambas reconocen mutuamente el bautismo "siguiendo las pautas del diálogo teológico anglicano-católico, reconociendo con agradecimiento nuestra fe común en Dios nuestro Padre, en nuestro Señor Jesucristo y en el Espíritu Santo, y nuestro bautismo común en la única Iglesia de Dios".
Afirmando que el diálogo ecuménico "ha ayudado a afianzar la convicción del carácter fundamental del bautismo en la obra de la edificación de la Iglesia", con este gesto los firmantes quieren "dar cumplimiento a las recomendaciones de que este reconocimiento goce de una expresión autorizada".
La Declaración no se manifiesta sobre la diferencia acerca de la naturaleza sacramental de la Confirmación. "Esta diferencia no afecta al reconocimiento de la sacramentalidad del Bautismo y a su administración válida", añade el documento.
Además, este documento tiene validez sólo en España y para ambas Iglesias.
La firma se realizó en la sede de la Conferencia Episcopal Española, en presencia del obispo católico de Vic, monseñor Román Casanova, y un representante del arzobispo de Canterbury. Posteriormente, tuvo lugar, en la catedral anglicana de El Salvador de Madrid, un acto de acción de gracias, con un solemne "Te Deum".
Con esta declaración, similar a las firmadas ya por numerosas conferencias episcopales en todo el mundo, se concluye en España un largo camino desde que comenzaron los contactos entre católicos y anglicanos, en la década de los 80.
ZS11022210 - 22-02-2011Permalink: http://www.zenit.org/article-38362?l=spanish
Reconocimiento recíproco del bautismo entre anglicanos y católicos en España
Declaración de la Conferencia Episcopal Española y la Iglesia Española Reformada Episcopal
MADRID, martes 22 de febrero de 2011 (
ZENIT.org).- Ofrecemos a continuación, por su interés, la Declaración de Reconocimiento Recíproco del Bautismo entre la Conferencia Episcopal Española y la Iglesia Española Reformada Episcopal, que ha sido firmado hoy en Madrid.
“Confesamos un solo Bautismo para el Perdón de los Pecados”
1. La “Conferencia Episcopal Española” y la “Iglesia Española Reformada Episcopal”, asociada con su propia identidad eclesial a la Comunión Anglicana , conscientes de que el bautismo común es el primero y principal vínculo que une a los cristianos y que puede ayudarles a superar las divisiones que todavía los separan [
1], no han dejado de alentarse al recíproco reconocimiento del bautismo. Lo hacen siguiendo las pautas del diálogo teológico anglicano-católico, reconociendo “con agradecimiento nuestra fe común en Dios nuestro Padre, en nuestro Señor Jesucristo y en el Espíritu Santo, y nuestro bautismo común en la única Iglesia de Dios” [2]
Lo hacen asimismo conforme a la doctrina de la Iglesia, que reconoce desde los tiempos apostólicos la legitimidad del único bautismo válidamente administrado. Conscientes asimismo de que el diálogo ecuménico ha ayudado a afianzar la convicción del carácter fundamental del bautismo en la obra de la edificación de la Iglesia [
3] , al reconocer recíprocamente el bautismo que los une en Cristo, quieren dar cumplimiento a las recomendaciones de que este reconocimiento goce de una expresión autorizada [4].
Significado del bautismo
2. La única Iglesia , nacida del costado de Cristo dormido en la cruz [
5], se manifiesta en el único bautismo, que eleva al hombre a la vida sobrenatural y por ello es llamado nuevo nacimiento (cf. Jn 3,3), fundamento de toda la vida cristiana y pórtico de la vida en el espíritu que abre el acceso a la participación eucarística [6]. El bautismo “es la incorporación a Cristo, el Crucificado y el Resucitado; es la entrada en la Alianza Nueva entre Dios y su pueblo” [7] mediante el cual los bautizados adquieren la común dignidad de cristianos y se incorporan a la comunidad de la Iglesia, cuerpo místico de Cristo y templo del Espíritu Santo.
3. Nuestro Señor Jesucristo conoció un bautismo practicado como medio de purificación ritual, y acudió a las aguas del río Jordán para ser bautizado por Juan, su Precursor, siendo señalado por él como “el cordero de Dios que quita el pecado del mundo” (Jn 1,29). “El que no cometió pecado” (1 Pe 2,21) quiso descender al agua para significar el lavado de nuestras impurezas, “cargando sobre sí nuestros pecados” (1 Pe 2,24).
4. Por el bautismo le es dado al cristiano participar sacramentalmente en la muerte y resurrección de Jesucristo, muriendo a todo pecado, original y personal, y resucitando a una vida nueva; de suerte que por el bautismo los cristianos son sumergidos en la muerte liberadora de Cristo y, crucificado con Cristo el «viejo Adán», y vencido el poder del pecado, los bautizados ya no son esclavos del pecado, sino libres, para que, totalmente identificados con la muerte de Cristo y sepultados con él, reciban, aquí y ahora, una nueva vida por el poder de su resurrección (Rom 6,3-11; Col 2,13; 3,1; Ef 2,5-6) [
8]. Este sacramento del bautismo, que siempre invita a una conversión constante, es mandato de Jesucristo, que después de su resurrección envío a sus apóstoles a evangelizar bautizando para la salvación: “Id por todo el mundo y proclamad a todos la buena noticia. El que crea y sea bautizado, se salvará; el que no crea, será condenado” (Mc16,16; cf. Mt 28,19-20).
5. El bautismo, sin embargo, no está cerrado en sí mismo como acto sacramental, sino que constituye el inicio de la vida cristiana, dando cauce a su pleno desarrollo gracias al don del Espíritu Santo, que marca a los bautizados con su sello, e implanta en sus corazones la prenda de su herencia en calidad de hijos e hijas de Dios [
9]; y nutre la vida del cristiano, alimentando el desarrollo de la vida de gracia con el alimento de la palabra de Dios (cf. Mt 4,4) y del don sacramental del Cuerpo y de la Sangre de Cristo, entregado por nosotros (cf. Lc 22,19-20; 1 Cor 11,24ss).
6. Creado por Dios a su imagen y semejanza (Gn 1,26) y caído en el pecado por su desobediencia (Rom 5,19), por el bautismo el hombre es liberado del pecado original en el que ha nacido, recibe el perdón de todos los pecados personales y por la obediencia de Cristo, “a quien Dios entregó a la muerte por nuestros pecados y resucitó para ser nuestra salvación” (Rom 4,25), obtiene la salvación y recibe aquellos dones que por nuestra desobediencia habíamos perdido [
10].
7. El bautismo significa el «paso» y realiza la «pascua» mediante la cual Dios misericordioso “nos ha trasladado del dominio de las tinieblas y nos traslada al reino de su Hijo querido del que nos viene la liberación y el perdón de los pecados” (Col 1,13), y nos ha despojado del hombre viejo y “revestido de la criatura nueva, creada a imagen de Dios en orden a una vida verdaderamente recta y santa” (Ef 4,22-24; Col 3,9-10) [
11].
Administración del bautismo
8. En obediencia al mandato de Cristo, la Iglesia, desde la época apostólica, administró el bautismo como medio de salvación que Dios ofrece a los hombres (cf. Hech 2,38; 8,16; 10,48; 19,5). El mismo san Pablo fue bautizado (cf. Hech 9,18; 22,16), al igual que eran bautizados cuantos se convertían personalmente a Cristo, e incluso familias enteras, incluyendo los niños junto con los adultos (cf. Hech 16, 15; 1 Cor1,14-16). Esta doble práctica de la Iglesia apostólica fue seguida por la Iglesia antigua durante los primeros siglos, si bien el bautismo de adultos, que sigue a la profesión de fe, preparado por el catecumenado que conducía a él es la práctica común de modo general hasta la difusión del cristianismo dando curso normal al bautismo de niños [
12].
9. La Iglesia administró el bautismo a los niños y defendió su legitimidad, afirmando la iniciativa de Dios en la liberación del pecado, que por su carácter universal (cf. 1 Tim 2,4) alcanza también a los niños, que nacen también con “una naturaleza humana caída y manchada por el pecado original” [
13]. El niño, en efecto, “nace en un mundo quebrado y participa de su ruptura”. De esta suerte, “los niños necesitan también el nuevo nacimiento del bautismo” [14]. Es por medio del sacramento de la regeneración por el agua y el Espíritu Santo como la promesa y exigencia del Evangelio se hacen realidad en los niños que son bautizados. Esta doble práctica del bautismo, de adultos y niños, por su propia legitimidad no es ni excluyente ni disyuntiva. El bautismo de niños “subraya la fe de la comunidad y la que el niño comparte con sus padres” [15] y ha de desarrollar con su ayuda y la de sus padrinos (padrino y/o madrina) [16].
Sobre la validez del bautismo
10. La validez del bautismo depende del correcto empleo del agua y de las palabras que acompañan el acto bautismal, así como la intención del ministro de hacer aquello que hace la Iglesia al bautizar siguiendo el mandato de Cristo [
17]; y la intención de quien pide el bautismo personalmente, si es adulto [18]; o de quienes presentan a un niño al bautismo. Como el bautismo es un lavado, es administrado con agua derramada sobre la cabeza del bautizando (bautismo por infusión), o mediante su inmersión en la fuente bautismal. Aunque la inmersión puede expresar la participación en la muerte, sepultura y resurrección de Cristo, ambas formas son plenamente válidas. La aspersión colectiva no garantiza la validez, por la dificultad de realizar plenamente el simbolismo bautismal, si bien la aspersión puede servir de evocación litúrgica del bautismo válidamente recibido [19]. Al elemento material del agua, se une para la validez la invocación trinitaria «en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo» (Mt 28,19) por parte de quien administra el bautismo [20].
11. «La fe insuficiente de un ministro respecto al bautismo nunca ha hecho inválido el bautismo. Debe presumirse siempre la intención suficiente del ministro que bautiza, a menos que existan razones serias para dudar de que ha querido hacer lo que hace la Iglesia». [
21] Aún cuando el bautismo de niños no requiere el acto de fe personal del bautizando, la validez del bautismo de niños se justifica por ser presentados al bautismo por sus padres o tutores con la garantía de la promesa de “educar a los niños en la fe cristiana dentro de la Iglesia y con su cooperación”. [22] Las promesas bautismales que se exigen de las personas adultas, en el caso del bautismo de niños son hechas, en nombre de los infantes, por los padres y padrinos, los cuales garantizan el crecimiento de los mismos, dentro de la Iglesia, en el conocimiento y seguimiento de Cristo [23]. Si no existe garantía de su educación cristiana, debe diferirse el bautismo y no debe otra Iglesia o Comunidad eclesial administrarlo.
12. El bautismo válido es en sí mismo un acto sacramental irrepetible [
24]. La Conferencia Episcopal Española y la Iglesia Española Reformada Episcopal evitan siempre cualquier acto litúrgico que pudiera interpretarse como una repetición del bautismo [25], salvo que se trate del bautismo «sub conditione». Éste se confiere sólo ante la duda de que se haya dado un bautismo verdaderamente válido por razón de la materia o utilización del agua, de la invocación trinitaria o fórmula utilizada, o bien sobre la intención del que bautiza o del que recibe el bautismo. El principio de verificación de la validez de un bautismo consistente en la observación de todos los elementos que lo constituyen. Cuando existen fundadas dudas sobre la práctica bautismal de una determinada Iglesia o Comunidad eclesial, se ha de investigar dicha práctica antes de emitir un juicio sobre la validad de su bautismo [26].
13. La verificación de la práctica bautismal que ha de resolver las dudas existentes debe contar al menos con los siguientes elementos:
― Certificación del bautismo debidamente diligenciada por la Iglesia o Comunidad eclesial que haya administrado el bautismo de cuya validez se duda y cuya identidad se certifica, consignando en la certificación el libro o registro de donde se extraen los datos, firma y sello, si existiere en el acta o registro del bautismo.
― La forma de bautizar de acuerdo con los libros litúrgicos de la Iglesia o Comunidad que bautiza.
― La consulta a la autoridad eclesiástica superior, si fuere necesaria.
Si persiste la duda tras la investigación, el bautismo «sub conditione» nunca significa una reiteración sino la seguridad de la validez [
27], debiendo explicarse al interesado el significado de este bautismo, que se administrará privadamente.

La Conferencia Episcopal Española y la Iglesia Española Reformada Episcopal, firmantes de la presente Declaración , que conservarán en sus respectivos archivos, reconocen el mismo y único bautismo válidamente administrado y recibido. Con esta Declaración manifiestan el acuerdo existente “en que el bautismo cristiano se realiza por el agua y por el Espíritu Santo” [
28].
La Declaración no se manifiesta sobre la diferencia acerca de la naturaleza sacramental de la Confirmación. Esta diferencia no afecta al reconocimiento de la sacramentalidad del Bautismo y a su administración válida.
Con este reconocimiento recíproco del único bautismo, expresión del impulso del movimiento ecuménico, manifiestan al mismo tiempo su vivo deseo de que todos los bautizados en Cristo vivan como cristianos la común dignidad bautismal y se reconozcan como miembros de la Iglesia, que es su Cuerpo, y hermanos en el mismo Señor.
Madrid, 22 de febrero de 2011
Fiesta de la Cátedra del Apóstol San Pedro
POR LA CONFERENCIA EPISCOPAL ESPAÑOLA
Adolfo González Montes
Obispo de Almería
Presidente de la Comisión Episcopal de Relaciones Interconfesionales
POR LA IGLESIA ESPAÑOLA REFORMADA EPISCOPAL
Carlos López Lozano
Obispo de la Iglesia Española Reformada Episcopal
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NOTAS
1 COMISIÓN DE FE Y CONSTITUCIÓN, Bautismo, Eucaristía y Ministerio (Lima 1982) [BEM]: Bautismo, n.6. PONTIFICIO CONSEJO PARA LA PROMOCIÓN DE LA UNIDAD DE LOS CRISTIANOS, Directorio para la aplicación de los principios y normas sobre el Ecumenismo (1993) [DE], n. 92; cf. Catecismo de la Iglesia Católica [CCE], n.1271.
2 COMISIÓN PREPARATORIA MIXTA ANGLICANA-CATÓLICO ROMANA, Relación de Malta (1968), n.1. Cf. COMISIÓN INTERNACIONAL ANGLICANA-CATÓLICO ROMANA, Relación final (1981), prefacio e introducción, n.1.
3 JUAN PABLO II, Carta encíclica Ut Unum sint, n.42.
4 BEM: Bautismo, nn.15-16. DE, n.94; IIª ASAMBLEA ECUMÉNICA EUROPEA DE IGLESIAS (Graz 1997): Recomendación 1.1.
5 VATICANO II, Constitución sobre la sagrada Liturgia Sacrosanctum Concilium (1963), n.5.
6 CCE, n.1213.
7 BEM: Bautismo, n.1.
8 BEM: Bautismo, n.3.
9 BEM: Bautismo, n.5.
10 MISAL ROMANO: Prefacio VII dominical del Tiempo ordinario.
11 BEM: Bautismo, n.4.
12 CCE, n.1247,1252; BEM: Bautismo, n.11.
13 CCE, n.1250.
14 CCE, nn.1250, 1256.
15 BEM: Bautismo, n.12 y comentario.
16 CCE, nn. 1254,1255.
17 CCE, n.1256.
18 Código de Derecho Canónico [de la Iglesia Católica Romana ] (1983), can. 869 §2.
19 DE, n.95a, nota 105; cf. BEM: Bautismo, n.18.
20 CCE, n.1240; BEM: Bautismo, n.17; DE, n.93.
21 DE, n.95b.
22 BEM: Bautismo, n.11.
23 Cf. catequesis sobre el bautismo del Libro de Oración Común: Primer Oficio de Instrucción.
24 BEM: Bautismo, n.13.
25 CCE, n.1272; BEM: Bautismo, comentario al n.13.
26 DE, n.95c.
27 DE, n.99d.
28 BEM, n.14.
[©Conferencia Episcopal Española]

Encuentro Papa-Medvedev

Encuentro Papa-Medvedev, mirando al Patriarcado
El agurado encuentro entre Benedicto XVI y Kiril I debe esperar aún
Por Paul De Maeyer
ROMA, lunes 21 de febrero de 2011 (
ZENIT.org).- El pasado jueves 17 de febrero, Benedicto XVI recibió en audiencia al presidente de la Federación Rusa, Dimitri Medvedev. "Bienvenido, presidente, este encuentro nuestro es muy importante”, dijo el Papa saludando al Jefe de Estado ruso. Palabras que pusieron de relieve el significado de la visita, la primera de Medvedev tras la instauración de las plenas relaciones diplomáticas entre la Santa Sede y Rusia.
La tradicional nota difundida por la Sala Stampa vaticana tras la visita usó tonos positivos para describir el segundo encuentro entre el Papa Ratzinger y Medvedev (el primero tuvo lugar el 3 de diciembre de 2009). "En el transcurso de los cordiales coloquios – dice el breve texto – se mostraron complacidos por las buenas relaciones bilaterales y se ha subrayado la voluntad de reforzarlas, incluso seguidamente con el establecimiento de relaciones diplomáticas plenas”. "Se reconoció – continua – la amplia colaboración entre la Santa Sede y la Federación Rusa tanto en la promoción de los valores específicos humanos y cristianos, como en el ámbito cultural y social. Sucesivamente se subrayó la contribución positiva que el diálogo interreligioso puede ofrecer a la sociedad" (Vatican Information Service, 17 de febrero).
El comunicado reflexiona sobre el extraordinario proceso de acercamiento entre el país más grande del mundo, por extensión geográfica y el más pequeño, que comenzó el 1 de diciembre de 1989, con la histórica visita a Juan Pablo II del entonces (y último), secretario del Partido Comunista de la Unión Soviética (PCUS), Mikhail Gorbachov, el hombre de la “perestroika” y del “glasnot”. Este camino de acercamiento culminó con el intercambio de embajadores del pasado verano.
Pero mientras que han transcurrido más de veinte años desde el primer encuentro de un jefe de Estado ruso y un Pontífice romano, el encuentro del jefe de la Iglesia Católica y el de la Iglesia ortodoxa de Rusia se hace esperar. En efecto, bajo el mandato del precedente patriarca de Moscú y de Todas las Rusias, Alejo II, las relaciones entre Roma y Moscú eran gélidas. El gran sueño del Papa Juan Pablo II de poderse reunir con Alejo II -si era necesario en un terreno “neutral”- nunca se hizo realidad a causa del “niet” del patriarca.
Alejo II, natural de Tallin, Estonia, desconfiaba del primer Pontífice eslavo de la historia y era extremadamente crítico respecto al “proselitismo católico” en las tierras de la Unión Soviética (URSS), a cuya disolución el Papa Wojtyla contribuyó a su manera. En una entrevista publicada en septiembre de 2002 en el semanario Familia Cristiana, Alejo II declaró que la decisión de la Santa Sede de transformar en diócesis las administraciones apostólicas era “una decisión desafortunada” y “sólo un aspecto más de las manifestaciones de la amplia estrategia expansionista de la Iglesia de Roma”. “La parte católica habla siempre de la presencia en Rusia de una enorme cantidad de 'no creyentes' que constituirían un especie de terreno propicio para la misión, una masa que está en perenne espera de la llegada de los 'trabajadores' católicos, sembradores y cosechadores. Es una idea inaceptable para la Iglesia ortodoxa”, afirmó el patriarca.
Otra espina en el costado del patriarca de Moscú fueron los acontecimientos en Ucrania, donde la caída de la URSS había permitido el renacimiento de la Iglesia greco-católica. Lo que desató las furias en el mundo de la ortodoxia era el plan de elevar al rango de patriarcado a la Iglesia greco-católica de Ucrania. En noviembre de 2003, el patriarca ecuménico de Constantinopla, Bartolomé I, mandó directamente una carta a Juan Pablo II para expresar su oposición e irritación ante esto.
El primer cambio positivo se verificó con la elección al trono petrino de Benedicto XVI, bajo cuyo pontificado no se ha vuelto a hablar del “nuevo” patriarcado. En una entrevista publicada a finales de abril de 2005 en el diario moscovita Kommersant, Alejo II alabó al Pontífice alemán por su “potente intelecto”. “todo el mundo cristiano-dijo-incluido el ortodoxo, lo respeta. Sin duda existen divergencias teológicas. Pero en lo que respecta a la visión de la sociedad moderna sobre la secularización y sobre el relativismo moral, sobre la peligrosa erosión de la doctrina cristiana y sobre muchos otros problemas contemporáneos nuestros puntos de vista son muy cercanos” (ANSA, 27 de abril de 2005).
Tras la muerte de Alejo II en diciembre de 2008, un segundo punto de inflexión fue la elección del metropolita de Smolensko y Kaliningrado, Kiril, como patriarca de Moscú. En su calidad de presidente del Departamento para las Relaciones exteriores del Patriarcado de Moscú, se reunió con Benedicto XVI en el Vaticano tres veces en tres años. La última vez fue en diciembre de 2007 con ocasión se la fiesta patronal de la parroquia ortodoxa de santa Catalina de Alejandría en Roma.
Entrevistado por L'Osservatore Romano, Kiril definió, tras el encuentro, el estado de las relaciones entre el patriarcado de Moscú y la Iglesia católica como “muy positivo”. “En nuestra agenda hay muchos temas importantes, pienso en la promoción de valores fundamentales para la vida de la persona, que preocupan hoy a la humanidad entera y no sólo a Rusia”, contó (8 diciembre de 2007). “Tenemos necesidad el uno del otro. No debemos olvidar que Jesucristo pidió la unidad de sus discípulos. Somos una única familia. Compartimos, de hecho, los mismos valores”, añadió el entonces número dos del patriarcado de Moscú.
Se trata de palabras muy significativas. Así como el Kremlin reconoció en la Iglesia ortodoxa un socio para relanzar a la Rusia post-soviética, en fenómenos como el descenso de nacimientos y el flagelo del alcoholismo, ilustran como a su ve el patriarcado de Moscú ve en la Iglesia católica un aliado en la batalla contra la crisis de valores y para anunciar los contenidos del mensaje cristiano en un mundo dominado por un laicismo agresivo de firma liberal.
Kiril confirmó la gran sintonía con Benedicto XVI en el informe que presentó el pasado 2 de febrero de 2010 a sus obispos con ocasión del primer aniversario de su entronización. Respecto a las distintas cuestiones en las que están en comunión ortodoxos y católicos, “Benedicto ha tomado posiciones muy cercanas a las ortodoxas”, dijo Kiril. “Esto es demostrado por los discursos, mensajes así como por las opiniones de altos representantes de la Iglesia católica romana con los que tenemos contactos”, añadió (L'Osservatore Romano, 4 de febrero de 2010).
Los tiempos parecen, por tanto, más que propicios para un encuentro o cumbre entre Benedicto XVI y Kiril I, aunque esto no quiere decir que sucederá pronto. “Quizás en el arco de dos años”, dijo en días pasados a ZENIT, el director y fundador de la publicación mensual Inside the Vatican, Robert Moynihan. “hay muchas fuerzas que se oponen a está alianza que se está desarrollando”, observó (17 de febrero).
El primero en templar el entusiasmo fue el actual número dos del Departamento para las Relaciones exteriores del Patriarcado de Moscú, el arcipreste Nikolai Balashov. Hablando con la agencia Interfax, Balashov declaró que “la Iglesia ortodoxa rusa y la Iglesia católica romana mantienen un régimen de constante comunicación y consulta a distintos niveles. Y si, según la opinión de ambas partes, llega el momento para una reunión entre los jefes de ambas Iglesias, lo comunicaremos a la comunidad internacional”, dijo el exponente ortodoxo (17 de febrero). Para Balashov, el contexto de las relaciones entre las dos Iglesias no está vinculado a la reunión del pasado jueves.

DISCRIMINACIÓN DE LOS CRISTIANOS

Las Iglesias de Europa piden que se actúe ante la discriminación de los cristianos
Mensaje del Comité Conjunto CCEE/KEK
ROMA, lunes 21 de febrero de 2011 (
ZENIT.org).- Las Iglesias del Viejo Continente piden a las instituciones de la Unión Europea “una señal clara” de condena de las discriminaciones hacia los cristianos en muchas partes del mundo.
El llamamiento surge del mensaje lanzado por los miembros del Comité conjunto de la Conferencia de las Iglesias Europeas (KEK) y del Consejo de las Conferencias Episcopales de Europa (CCEE) al término de su encuentro anual, que tuvo lugar del 17 al 20 de febrero en Belgrado (Serbia) sobre el tema “Identidad nacional e integración europea: La contribución de los cristianos”.
En el texto, los representantes de las Iglesias europeas subrayan que la libertad religiosa “no puede significar relegar la dimensión religiosa a la vida privada”, sino que “representa un derecho y un valor que toda sociedad democrática debería estar dispuesta a defender y promover”.
En este espíritu, los miembros del Comité Conjunto han redactado y enviado una carta a Catherine Ashton, Alto Representante para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad de la Unión Europea, pidiéndole que la cuestión de la defensa de la libertad religiosa y de los cristianos en el mundo fuese incluida en el orden del día del encuentro de los ministros de Exteriores de la Unión Europea, programada para este lunes.
Igualmente, pidieron que “se ofrezca una señal clara respecto a las decisiones sobre las políticas comunes que demuestre el compromiso de la Unión Europea en la defensa de la libertad religiosa para los fieles de todas las religiones en todo el mundo”, recuerda el mensaje.
“La referencia a la persecución de los cristianos, cuya urgencia parece evidente ante los recientes acontecimientos (en particular en Oriente Medio e Iraq), no puede ser olvidada o sepultada por políticas abstractas y no concluyentes”, subrayan los representantes eclesiales.
“Los países occidentales que tienen especiales relaciones con áreas en loas que está comprobada la persecución deberían demostrar su compromiso concreto en defender a aquellos que son perseguidos con motivo de su fe, independientemente de qué fe se trate”.
Dignidad no negociable
Durante el encuentro, prosigue el mensaje, ha surgido también “la convicción de que todo ser humano está dotado de una dignidad no negociable· que “le deriva del hecho de ser creado a imagen de Dios, que es ella misma una comunión de Personas: el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo”.
La persona humana, por tanto, “no está limitada a la dimensión individual”, “sino que participa también intrínsecamente de la dimensión social”.
“Aunque cada persona es única, nadie puede realizar plenamente su propia llamada sin tener una relación con los demás”.
La identidad, indica el texto, “no es inmutable en el curso de la vida de una persona, de una ciudad o de una nación”, porque “hay un continuo desarrollo de nuevos elementos que pueden transformarse en retos a nuestra identidad, a veces enriqueciéndola, otras veces, en cambio, generando tensiones”.
“Pero es precisamente por esto que la identidad es una experiencia interior y permanece una llamada al diálogo con los hermanos y las hermanas que estaban alejados, con el fin de trabajar juntos para promover el bien común”.
Ecumenismo
En cuanto a los cristianos, la identidad fundamental deriva del bautismo, que les permite “descubrirse como seres humanos y, por tanto, servir a los demás”.
“De aquí nace su pertenencia a la Iglesia, en el sentido de la familia de Dios, y este hecho se convierte en parte de su identidad y produce, como resultado, una responsabilidad social”.
En este contexto, el mensaje recuerda el compromiso “en la búsqueda continua del bien de la justicia y de la paz, de la verdad y de la belleza del ecumenismo, que debe verse como un espacio de encuentro y de diálogo tanto a nivel personal como entre las comunidades que quieren emprender un camino hacia una unidad más profunda, un camino que implica la identidad arraigada en cada uno y que nos permite ddescubrir el don de los demás”.
“Requiere una continua conversión”, subrayan los representantes de las Iglesias europeas. “Sin todo esto, la unidad de la Iglesia seguirá siendo una aspiración irreal”.
“Como cristianos tenemos una contribución específica que ofrecer a Europa, y auguramos que el ecumenismo, en cuanto lugar de encuentro entre tradiciones, comunidades e individuos, pueda seguir desarrollándose y atestiguando el compromiso de los cristianos de mantener vivo el amor que nos empuja a seguir a Jesús, para poder convertirnos en constructores de la verdadera paz, que tiene sus raíces en los corazones de los pueblos y de las naciones”, concluye el mensaje.

miércoles, 16 de febrero de 2011

CRISTIANOS Y MUSULMANES

Cardenal Naguib: cristianos y musulmanes, unidos por el cambio en Egipto
Comenta en un comunicado la nueva situación política del país
EL CAIRO, lunes 14 de febrero de 2011 (
ZENIT.org).- La protesta de estas semanas en Egipto ha visto unida a la ciudadanía con independencia de sus diferencias, incluso religiosas.
Lo subraya el cardenal Antonios Naguib, patriarca católico de Alejandría de los Coptos (Egipto), en un comunicado enviado a la edición de ZENIT en árabe, en el que comenta la nueva situación política en el país a raíz de la dimisión del Presidente Hosni Mubarak.
En el texto, el patriarca afirma que “la Iglesia católica egipcia se une a todos los ciudadanos leales de Egipto al dar gracias al Dios Omnipotente por el maravilloso éxito que ha concedido a los valientes jóvenes del movimiento “25 de enero”, en el que han participado todos los ciudadanos leales, con la presencia personal, la participación emotiva o la oración al Omnipotente por el bien del amado Egipto, o siguiendo las noticias con ansia, temblor y esperanza”.
El prelado subraya que se esperaba “un cambio gradual en base a las disposiciones constitucionales”, pero que “la voluntad de los jóvenes y de la gente ha determinado el curso de los acontecimientos”.
“Estamos seguros de que todas las expectativas serán satisfechas, Dios mediante”, añade. “Egipto escribe su historia desde hace 7.000 años con letras de luz y de fuego, y ahora está brillando con nuevo esplendor”.
La experiencia de estos últimos días, explica, “ha producido una realidad que ha estado ausente durante mucho tiempo, es decir, la unidad de los ciudadanos, jóvenes y ancianos, cristianos y musulmanes, sin distinción ni discriminación alguna”, en la acción “por el bien de Egipto y la seguridad del país”.
“Estamos seguros de que estos sentimientos que han reinado en los corazones durarán para el futuro próximo y lejano”, añade.
Reconocimiento
El patriarca Naguib afirma que es necesario dar las gracias “a las muchedumbres de jóvenes patriotas que han proporcionado la chispa de la que ha partido este movimiento, que se ha convertido en un volcán y una erupción que no puede detenerse y que ha reunido a todas las fuerzas que rechazan la situación negativa que ha controlado el país durante tanto tiempo, anhelando un futuro mejor y más optimista para los egipcios, uniéndose en torno a una única causa, que es el amor por Egipto y la dignidad de sus ciudadanos”.
Rinde después homenaje a “las almas de los mártires que ofrecieron su propia vida por el alba de este día histórico”, augurando que Dios “tenga piedad de ellos, los una a los justos y de consuelo y paz a sus familias y las defienda”.
“Oramos también para que los heridos puedan recuperarse, y para que las víctimas de la violencia y del vandalismo puedan reconstruir lo que se ha perdido o destruido”, añade.
De la misma forma, agradece “a todos aquellos que hayan contribuido a la defensa de las personas y de la propiedad privada y publica en este momento crítico: los comités populares, las fuerzas armadas y las fuerzas de seguridad”.
Perspectivas futuras
Para el patriarca, “ha llegado el momento de una actuación seria, comprometida y decisiva para que Egipto esté en la vanguardia a nivel social, económico y político y brille de nuevo su civilización profundamente arraigada que ha iluminado al mundo durante siglos”.
“Con todos los egipcios, anhelamos que pongan en marcha en rápidos pasos lo que ha sido declarado por el Consejo Supremo de las fuerzas armadas, es decir, la reconstrucción de la Nación sobre bases constitucionales justas”.
“Queremos que Egipto encuentre su lugar entre los países modernos”, subraya, pidiendo “un país democrático basado en las leyes, la igualdad y la justicia, que respete la libertad y la dignidad basada sólo en la ciudadanía y permita la participación a todas las categorías”.
El patriarca augura también que el país “alcance lo que los analistas, los políticos y los intelectuales han pedido para evitar divisiones”.
“Los egipcios leales están dispuestos a realizar cualquier esfuerzo por el bien de la amada nación. La Iglesia católica, con todas sus instituciones, trabajará con ellos en la reconstrucción y para proceder por este camino hacia un futuro mejor”.
“Que Dios defienda a Egipto y a sus gobernantes, y pueda inspirarles para el bien del país, para el presente y para el futuro”, concluye.

LA MÚSICA Y CRISTO

Líder ortodoxo: La música podría llevar a los hombres a Cristo
El Metropolita ruso Alfeyev habló de ello en una Universidad Católica
WASHINGTON, D.C., lunes 14 de febrero de 2011 (ZENIT.org).- La música puede llevar a las personas a descubrir el asombroso atractivo del Hombre que hay detrás de la Cristiandad – es decir, Jesucristo mismo, según el metropolita ortodoxo ruso Hilarion Alfeyev.
El presidente del Departamento de Relaciones Exteriores del Patriarcato de Moscú habló el pasado miércoles 9 de febrero en la Catholic University of America, en Washington, D.C. (EE.UU.).
El propio metropolita Alfeyev es un compositor consumado, y habló sobre “La música y la fe según mi vida y mi visión”.
El prelado afirmó que él es “muy consciente del insignificante número de jóvenes que escuchan música clásica, frente a la gran mayoría que escucha música popular”.
Eso, afirmó, “debe considerarse una verdadera tragedia”.
Sin embargo, advirtió, “el arte musical mundano es posible dentro del Cristianismo, incluyendo ese que excede los límites de la música clásica que yo tanto amo”.
Mensajes sagrados
El metropolita afirmó que el Cristianismo es “incluyente”, y quue “no impone límites canónico estrictos al arte. Incluso, puede inspirar a un artista secular que, utilizando los medios disponibles y conocidos por él y su ambiente, sepa transmitir ciertos mensajes sagrados utilizando el lenguaje de la cultura musical moderna”.
Puso como ejemplo “Jesucristo Superstar”.
“No hay duda de que esta composición no se llevó a cabo con criterios eclesiales, sin embargo el autor no quería presentar la imagen canónica de Cristo. Logró su objetivo notablemente bien narrando la pasión de Cristo en un lenguaje comprensible por parte de los jóvenes y por medio de la música contemporánea”.
“Aprecio esta música mucho más que las obras de muchos compositores de vanguardia, que en los últimos tiempos se olvidan de la melodía, de la armonía y del contenido”, subrayó el prelado ortodoxo.
En su opinión, la imagen de Cristo “puede inspirar no sólo a personas de Iglesia, sino también a las que aún están lejos de ella. Nadie debería prohibirles pensar, hablar y escribir sobre Cristo, a no ser que lo hicieran novidos por el deseo deliberado de distorsionar el Cristianismo y de insultar a la Iglesia y a los fieles”.
“Si una composición es brillante, impresiona y logra apoderarse de los oyentes, si consigue hacerles empatizar con los acontecimientos del Evangelio e incluso llorar, si despierta sentimientos profundos en ellos, merece un gran reconocimiento”.
El metropolita Alfeyev añadió que el camino hacia el cristianismo “comienza frecuentemente con un descubrimiewnto del Cristo viviente, más que con un reconocimiento de las verdades dogmáticas de la Iglesia”.
“El cristianismo es una religión centrada en el Hombre viviente, una persona histórica”, concluyó. “La persona de este hombre fascina de modo asombroso. Podría suceder el caso de una composición sobre un tema evangélico, aunque esté escrito por un hombre que no sea de Iglesia, que esté imbuido de veneración por Cristo. Muchos podrían comenzar su camino hacia Cristo y hacia la Iglesia a través de ella más que de cualquier otra 'canónica'”.

sábado, 12 de febrero de 2011

DIÁLOGO SOBRE MARÍA

Anglicanos y católicos mantienen un diálogo sobre María
Obispo confirma la necesidad de profundizar en la doctrina
LONDRES, viernes 11 de febrero de 2011 (
ZENIT.org).- Ya que los líderes anglicanos y católicos han avanzado en el diálogo de las diferencias religiosas, se está intentando analizar en profundidad el papel de María, madre de Dios.
El pasado miércoles, el obispo auxiliar de Westminster, monseñor George Stack, se dirigió a la Iglesia de Inglaterra durante su sínodo general con este tema. Hizo referencia en particular al reportaje de 2005 “María, Gracia y Esperanza en Jesucristo”, realizado por la Comisión Internacional Anglicana-Católica Romana (ARCIC).
El prelado subrayó la importancia de este tema en el proceso de diálogo, destacando lo que el Papa Juan Pablo II escribió en "Ut Unum Sint" que, “la Virgen María, como Madre de Dios e Icono de la Iglesia […] es una de las áreas que necesitan un estudio más completo antes de alcanzar un verdadero consenso de fe” El obispo también recordó que este tema ya fue abordado en la declaración del ARCIC sobre la autoridad en la Iglesia en 1981.
Monseñor Stack observó que “el hecho de que María encontrara un lugar en los campos teológicos e históricos del documento sobre la autoridad, y no sólo en la literatura devocional, es una indicación de su importante papel en la comprensión de cómo la salvación conseguida por Jesucristo se comunica a cada persona y también a la comunidad de la Iglesia en su conjunto”
Monseñor Stack subrayó la necesidad de usar “las herramientas de lenguaje bíblico, métodos teológicos e incluso la vida devocional para poder entender como la vida de fe de la Iglesia se moldea gracias a nuestra comprensión del lugar de María en el misterio de la fe, la acción salvífica de Jesús su Hijo”.
Admitió que : “a veces puede parecer que las doctrinas de la Inmaculada Concepción y la Asunción de María falsean o malinterpretan el papel de Jesús como único mediador entre Dios y la raza humana”.
“Un ejemplo de esta distorsión puede venir del desarrollo de un teología que la sitúa como intercesora al lado de su Hijo”.
El prelado añadió que “el grado en que estos dogmas y sus enseñanzas de la virginidad, de no tener pecado original y de la obediencia en la vida de María han afectado a la consideración del papel de la mujer en la vida de la Iglesia mencionada en por la Comisión de Fe y Orden, y necesita que se analice en el contexto histórico en el que los dogmas fueron proclamados”
“Estas preguntas planteadas por un estudio sobre María, Gracia y Esperanza en Cristo, son igualmente legítimas tanto para los católicos como para los Anglicanos por el análisis y la explicación de estas dos doctrinas sobre Nuestra Señora y la luz que estas aportan a su vida y al entero drama de la Salvación como se vive ya así en la Iglesia”, afirmó.
Monseñor Stack añadió que este debate “es incluso más importante a raíz del anuncio de la pasada semana de que la tercera fase del diálogo del ARCIC comenzará en mayo con el tema “La Iglesia como Comunión –Local y Universal”.

LIBERTAD RELIGIOSA

Promover el derecho a la libertad religiosa
Por monseñor Giampaolo Crepaldi*
ROMA, viernes 11 de febrero de 2011 (
ZENIT.org).- En nuestro tiempo el derecho de libertad religiosa implica una serie de problemas políticos muy complejos a los que el católico no está siempre preparado. Se trata de un tema delicado y con múltiples facetas. Requiere por tanto una serie de precisiones de gran importancia, con el fin de que se pueda tener un comportamiento político correcto. Las dos primeras cosas que hay que observar es la gran falta de respeto hacia este derecho en la sociedad actual, y por otro lado su importancia para la convivencia civil. Comenzamos por el primero aspecto.
Hoy la gran mayoría de la población mundial vive en contextos políticos en los cuales no hay respeto por la libertad religiosa. Por tanto muchas personas no tiene conciencia de la existencia de este derecho y son instruidas en todo lo contrario. Esto sucede en los regímenes políticos declaradamente ateo y que luchan contra la religión desde un punto de vista ideológico como China o Cuba; sucede en regímenes fundamentalistas, como Irán o Arabia Saudí, donde el resto de religiones son prohibidas y reprimidas; sucede incluso en los regímenes democráticos occidentales cuando se ejerce un materialismo práctico que lo que combate, antes que nada culturalmente, es el hecho religioso; ocurre, finalmente, en los regímenes democráticos occidentales que han asumido un integralismo laicista y que combaten de forma legislativa o política, la religión, mediante formas verdaderas de persecución.
En los mismos países occidentales de tradición cristiana se pretende la prohibición de los símbolos religiosos en lugares públicos, el rechazo a la enseñanza de la religión en las escuelas públicas e incluso la instauración de una educación o instrucción sin ninguna referencia a Dios, la abolición de la celebración religiosa de la Navidad o la declaración del domingo como día laborable.
A menudo este hecho se realiza con la pretensión de favorecer la liberta religiosa, lo que demuestra que se necesita aclarar muchos puntos. Por lo que respecta a los cristianos, es necesario reconocer que está en proceso, desde hace mucho tiempo y en varias partes del mundo, una verdadera persecución violenta, como documentan los informes de los distintos organismos internacionales, que denuncian, en medio de la indiferencia generalizada, estos trágicos hechos.
Como contrapunto a esta imagen está el importante reconocimiento de la libertad religiosa para la convivencia social. Junto al derecho a la vida, el de la libertad religiosa es el derecho del hombre más importante, y el derecho a creer que verdugo y víctima no están en el mismo plano, derecho que sólo un principio “totalmente Otro” puede garantizar. El derecho a la libertad religiosa permite que todos los derechos no se basen sobre deliberaciones humanas, sino sobre lo absoluto de Dios, y por tanto lo sustrae a la disponibilidad humana.
Viceversa, si los derechos son sólo convencionales y no absolutos, pueden ser cambiados a nuestra discreción, sólo que en este caso no podrían fundar de manera estable la convivencia social y el respeto a la persona. En muchos estados esta dimensión absoluta es asumida por la política, haciendo referencia a Dios en la Constitución o que su Presidente jure sobre una Biblia, que en los tribunales se invoque la protección de Dios sobre la Corte, o que el nombre de Dios aparezca en los billetes. El derecho a la libertad religiosa hace que Dios entre en el espacio público como un elemento indispensable, de otra manera la sociedad sería sólo una cosa humana y por tanto frágil y limitada. Una prueba indirecta de esta dimensión pública de la religión, ocurre cuando el derecho de libertad religiosa viene prohibido por el poder político. En este caso no se puede generar una nueva religión, una religión del estado que sustituye a la religión precedente. No se puede huir de la presencia de Dios en el ámbito público.
El derecho de libertad religiosa no es absoluto como el resto de derechos. Nace de un deber, el deber de buscar toda la verdad. El hombre busca la verdad y siente una necesidad irreprimible de buscar no sólo la verdad individual sino en su total dimensión., capaz de dar un sentido completo a su vida. Esto es un deber, más que un derecho, en cuanto a que el hombre no sería tal sin esta búsqueda. El hombre es un ser racional que se interesa por el sentido de lo que hace y de lo que le pasa, por tanto tiene el deber de responder a su propia naturaleza y de buscar la verdad integral. Y para poder cumplir con este deber, necesita el reconocimiento del derecho de libertad religiosa. Sin este reconocimiento, se sentiría ahogado y restringido en los estrechos límites de lo finito, enfermaría su alma y sufriría.
También la sociedad en su conjunto debería sentir este deber y no sólo los individuos. La sociedad debe permitir la libertad religiosa, pero más que eso debería favorecerla y sostenerla. Todos los hombres buscan el sentido de su convivencia. Ya que no están juntos sólo para satisfacer sus necesidades materiales, sino que los hombres están juntos para ayudarse a ser personas. El deber de buscar la verdad es por tanto un deber común. Esto tendría que animar a la familia, la escuela, como hemos visto previamente, y la sociedad entera que debería crear espacios y ocasiones en las que las personas asuman este deber y no, como sucede a menudo, lo ignoren.
Precisamente porque nace del deber de buscar la verdad, el derecho de libertad religiosa tiene límites, dotados por la verdad que se busca. El derecho de libertad religiosa se detiene, debe ser detenido, cuando va con los principios que la razón reconoce como propios del ser humano. Una religión que predica e incita a la violencia, por ejemplo, no podría reivindicar el derecho a hacerlo en nombre de la libertad religiosa.
La razón es capaz de conocer la realidad humana, al menos hasta cierto punto, y de reconocer algunos principios de la ley moral natural, como por ejemplo que no se debe matar o robar, que el cuerpo humano ha de ser respetado y que el vínculo matrimonial protegido, que la justicia debe ser imparcial etc..Sin el respeto por estos principios la comunidad humana no puede progresar. Puede ser que una religión predique, sin embargo, principios opuestos a estos: que admita formas de violencia del hombre sobre el hombre, que no respete la igual dignidad del hombre y de la mujer, que permita el sacrificio de niños... En estos casos la razón política no puede conceder a tales religiones el derecho a expresarse libremente, porque son contrarias al bien común, que debe ser salvaguardado por la política.
Es necesario que la razón política haga dos cosas: la primera consiste en la consideración como fundamental al derecho de libertad religiosa, el segundo consiste en no considerar a todas las religiones en el mismo plano. Estas consideraciones no compiten una contra la otra: prohibir las manifestaciones de una religión inhumana que no respeta la dignidad ni la justicia no es atentar contra este derecho, ya que este está subordinado al deber de buscar la verdad.
Por tanto, una cosa es el respeto a la libertad religiosa y otra cosa es tolerar todas las religiones. Es el respeto mismo de la libertad religiosa el que exige que no se consideren todas las religiones en un mismo plano de igualdad.
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*Monseñor Giampaolo Crepaldi es arzobispo de Trieste, Presidente de la Comisión “Caritas in veritate” del Consejo de las Conferencias Episcopales de Europa (CCEE) y Presidente del Observatorio Internacional “Cardenal Van Thuan” sobre la Doctrina Social de la Iglesia.

jueves, 10 de febrero de 2011

TODOS SOMOS CRISTIANOS

¿Asistimos a la agonía de las denominaciones?

La pregunta `¿De qué denominación eres?´ es cada vez menos relevante entre los jóvenes evangélicos.
9 de febrero de 2011, NUEVA YORK
Un artículo reciente del periódico Wall Street Journal asegura que, al menos en Estados Unidos, posiblemente estamos siendo testigos de la progresiva muerte de las denominaciones cristianas.Según la Encuesta sobre la religión de la Universidad Baylor, las iglesias sin denominación ahora representan el segundo grupo más grande dentro del abanico que conforman las iglesias protestantes estadounidenses y también son las de más rápido crecimiento.Russell D. Moore, decano del Seminario Teológico Bautista del Sur en Louisville, escribió una nota publicada por Wall Street Journal donde dice que los estudios realizados por organizaciones laicas y cristianas indican que cada vez menos cristianos estadounidenses se identifican con una particular denominación religiosa, como los metodistas, bautistas, presbiterianos y pentecostales.Moore asegura que cada vez más cristianos eligen una iglesia no por pertenecer a una denominación concreta, sino basándose en cuestiones más prácticas. ¿El templo es fácil de encontrar? ¿Me gusta la música? ¿Existen grupos de apoyo para los que luchan contra las adicciones?Según el decano, esta tendencia es una extensión natural de la experiencia evangélica de Estados Unidos. Después de la Segunda Guerra Mundial la nueva generación de evangélico enfrentó a las congregaciones que consideraban les faltaba vida espiritual. Las personas pertenecían a una iglesia pero parecía que dentro del templo no tenían una experiencia que marcase sus vidas.CAMBIOS EN LAS IGLESIASLos nuevos grupos e iglesias renovadores vieron crecer la burocracia cuando la denominación se hizo más grande y se pasó de enviar misioneros a predicar por todo el mundo a la producción de documentos técnicos sobre temas como la política energética.Moore cree que los renovadores desean volver a lo básico, para recuperar la centralidad de una relación personal con Jesús; cumpliendo el tópico siempre presente en el púlpito evangélico: “Ser miembro de una iglesia no te hace cristiano, de la misma forma que vivir en un garaje no te convierte en coche.”Esta renovación al margen de las denominaciones ha tenido diversas consecuencias, una de ellas las megaiglesias. Antes de 1955, prácticamente no existían mega-iglesias en EE UU (congregaciones con más de dos mil personas en el culto dominical). Ahora, en cambio, hay entre 850 y 1.200 mega-iglesias y muchas de ellas no pertenecen a ninguna denominación, según una Investigación del Instituto Hartford para la Religión.IDENTIDAD GENÉRICA Otro factor que influye en el desapego de las denominaciones es que muchos nuevos creyentes a menudo carecen de raíces en las tradiciones históricas y culturales de las grandes denominaciones, y en cambio las numerosas iglesias evangélicas que tienen una identidad genérica les abren sus puertas sin complicaciones de arrastrar sus propias tradiciones y cultura.El autor termina diciendo que hay algunas señales de una creciente iglesia centrada en el mensaje evangélico. Sobre todo “muchos evangélicos jóvenes pueden estar a punto de reconsiderar su doctrina confesional, por la sencilla razón de que están mostrando signos de fatiga con el estilo de vida consumista típico de los evangélicos”.A modo de ejemplo, Moore ha mencionado a predicadores de la prosperidad como Joyce Meyer que, según expone en su libro “Eat the Cookie, Buy the Shoes,”, anima a los cristianos a “iluminar” su vida comiendo galletas y comprando zapatos.En contraste con esta postura, el decano bautista citó el libro “Radical” de David Platt, un predicador de Alabama que está motivando a miles de jóvenes a rescatar su fe mediante la reducción de su alto nivel de vida, y dar su tiempo y dinero a organizaciones de ayuda social llevadas por las Iglesias.

ORTODOXOS RUSOS

Asamblea General del Episcopado Ortodoxo Ruso

Moscú - Rusia, 2 al 4 de febrero de 2011. En el Salón Conciliar de la Iglesia Cristo Salvador , bajo la presidencia de su Santidad Cirilo I, Santísimo Patriarca de Moscú y todas las Rusias, se llevó a cabo una importante Asamblea General del Episcopado Ortodoxo Ruso en la que, dejando de lado algunas ausencias por fuerza mayor, participaron todos los metropolitas, arzobispos y obispos ortodoxos rusos establecidos en todo el mundo.

El día 2 de febrero, entre otras cosas, todo el episcopado ruso fue recibido, en el Salón San Jorge del Gran Kremlin, por Demetrio Analolievich Medvediev, Presidente de la Federación Rusa.

martes, 8 de febrero de 2011

EL PAPA QUIERE LA PAZ EN EGIPTO

El Papa hace un llamamiento a la paz en Egipto
Hoy durante el rezo del Ángelus en San Pedro
CIUDAD DEL VATICANO, domingo 6 de febrero de 2011 (ZENIT.org).- El Papa Benedicto XVI, tras la oración mariana del Ángelus hoy en la Plaza de San Pedro, hizo un breve llamamiento a la paz en Egipto, asegurando que sigue “con atención la delicada situación de la querida Nación egipcia”.
Ante los fieles congregados en la plaza, el Papa pide “que esa Tierra, bendecida por la presencia de la Santa Familia, vuelva a encontrar la tranquilidad y la convivencia pacífica, en el compromiso compartido por el bien común”.
El Papa llamaba así a la paz tras las manifestaciones y los episodios de violencia de los últimos días en el país árabe, pidiendo el fin del gobierno del actual presidente, Hosni Mubarak, y que han provocado ya 300 muertos y miles de heridos.
Este domingo, de nuevo más de un millón de personas volvía a congregarse en la plaza Tahrir, en El Cairo, corazón de la revuelta, para celebrar la “Jornada de los mártires”, en memoria de las víctimas de estos días.
Entre los manifestantes había también numerosos cristianos coptos, que precisamente ayer sábado fueron de nuevo víctimas de un ataque, esta vez a una iglesia en Rafah, en la península del Sinaí, a causa de una bomba que afortunadamente no ha provocado muertos ni heridos.
La exhortación del Papa llega tres días después de que el patriarca copto de Alejandría, el cardenal Antonios Naguib, lanzaba un llamamiento urgente a sus compatriotas a la calma, en una declaración recogida por ZENIT el 3 de febrero en la edición árabe (ver
www.zenit.org/article-7524?l=arabic) y el 4 en la edición inglesa (ver www.zenit.org/article-31663?l=english).
En ella, el purpurado afirmaba que la Iglesia católica “lleva en su corazón” este “precario momento de la historia” de este país.
El patriarca Naguib aseguró a sus compatriotas que la Iglesia está rezando para que Dios “conceda paz y estabilidad a Egipto”, y pide “a Dios que de sabiduría y comprensión a los líderes de la nación y a todos aquellos que trabajan por ello”.
Ante los últimos episodios de violencia, el purpurado urge al pueblo a que vuelva a sus casas y a sus trabajos, al tiempo que pide a todos que “se adhieran a los valores éticos y humanos, que son característicos del pueblo egipcio, especialmente el temor del Señor y el amor por la patria y por el prójimo”.

ORACIÓN POR CRISTIANOS PERSEGUIDOS

Vigilia de oración en Roma por los cristianos perseguidos
Monseñor D’Ercole: es necesario el testimonio y no un cristianismo teórico
CIUDAD DEL VATICANO, domingo 6 de febrero de 2011 (ZENIT.org).- Una ‘Vigilia de oración por los cristianos perseguidos y por la libertad religiosa’ se realizó entre la noche del sábado 5 y domingo 6 de febrero, en la iglesia romana de San Gregorio VII.
Organizada por el Movimiento del Amor Familiar, la vigilia fue abierta por monseñor Giovanni D’Ercole, obispo auxiliar de la diócesis de L’Aquila y por Stefano Tarani, fundador del dicho Movimiento en ocasión del quinto aniversario del asesinato del sacerdote italiano Andrea Santoro, en la localidad turca de Trebisonda y en memoria de todas las otras víctimas cristianas.
“Parece una paradoja la dificultad de ser cristianos en Italia, en donde muchas veces nos avergonzamos de serlo”, recordó monseñor D’Ercole apenas llegado desde Washington en donde participó al National Prayer Breakfast, encuentro de oración con 300 representantes de las religiones de diversos credos y al cual participaron autoridades civiles iniciando por el presidente Barack Obama.
El obispo auxiliar de L’Aquila y conocido periodista recordó en sus emocionadas palabras como diversos países de la Unión Europea se opusieron a hablar de mártires cristianos e invitó a los católicos a pasar de un cristianismo teórico a uno de testimonio auténtico, a identificarse como cristiano.
Tarani por su parte indicó que “queremos estar cerca de aquellas comunidades cristianas en el mundo que sufren persecución e intolerancia, discriminación y hasta actos violentos y asesinatos”, precisando que “hoy es lo que está sucediendo particularmente en Oriente Medio, Tierra Santa, Asia y África” e invito a con coraje “a caminar cono verdaderos cristianos en el mundo y afirmar la libertad de credo y de expresión”.
Al inicio del encuentro era notable la presencia de muchas familias acompañadas con los niños, los cuales seguían la vigilia con sus cantos y oraciones.
Además del rosario, oraciones y meditaciones fueron leídos algunas estrofas de las cartas de Andrea Santoro: “Solamente hay que tener miedo de una cosa: no ser cristianos, de ser como decía Jesús: ‘Sal sin sabor’ y “si nos olvidamos las palabras de Jesús ‘Envaina tu espada’ y ‘Ama a tus enemigos’ también nosotros seremos marchitos”.
La vigilia, realizada en adoración del Santísimo Sacramento y delante a un cuadro de la Asunción, copia de aquella de Niegowic, en Polonia, a la cual el joven sacerdote Karok Wojtyla elevaba sus plegarias concluyó con una misa celebrada a las 7 de la mañana por el padre Fabrizio Ciampicali, asistente nacional de los Franciscanos y del padre Jarek Cielecki, director del Vatican Information Service (VIS).
El Movimiento del Amor Familiar (
www.amorefamiliare.it) trabaja en las parroquia en las que los párrocos lo soliciten, con catequistas misioneros para la familia. “Éstos hoy son unos 80 matrimonios misioneros más otros 350 en formación” indicó el coordinador Enzo Pierrino, que estimó hayan participado en total más de quinientas personas a la vigilia.

TERCERA FASE DEL DIÁLOGO

Comienza la tercera fase del diálogo entre católicos y anglicanos
El objetivo es estudiar “La Iglesia como comunión, local y universal”
CIUDAD DEL VATICANO, viernes 4 de febrero de 2011 (ZENIT.org).- La Comisión internacional anglicano-católica anunció que el primer encuentro de la tercera fase del dialogo (llamada ARCIC III) se llevará a cabo en el Monasterio de Bose (Italia) del 17 al 27 de mayo de 2011.
La Comisión profundizará temas como “La Iglesia como comunión, local y universal" y "Cómo, en la comunión, la Iglesia local y universal llega a discernir la enseñanza ética correcta". La iniciativa refleja la voluntad expresada por el Papa Benedicto XVI y por el Arzobispo de Canterbury, Rowan William, con ocasión de su encuentro en Roma en noviembre de 2009.
El diálogo oficial entre la Iglesia católica y la Comunión anglicana – propuesto por Pablo VI y por el Arzobispo de Canterbury Michael Ramsey en 1966 – se lleva adelante a través de la Comisión Internacional Anglicano-Católica (ARCIC), instituida en 1970, y a través de la Comisión Internacional Anglicano-Católica para la Unidad y la Misión (IARCCUM), creada en 2001 para traducir en pasos concretos el grado de comunión espiritual alcanzado.
El ARCIC III está integrada por 18 miembros, diez por parte anglicana y 8 por parte católica, y refleja un amplio espectro de background culturales y disciplinas teológicas. Sus Copresidentes son monseñor Bernard Longley, arzobispo de Birmingham, Inglaterra (católico) y el arzobispo David Moxon, de las diócesis de Nueva Zelanda (anglicano).
La primera fase del trabajo del ARCIC (1970-1981) fue sellada por las declaraciones sobre la Eucaristía y sobre el ministerio, y por dos declaraciones sobre la autoridad en la Iglesia; mientras que la segunda fase (1983-2005) ha producido declaraciones sobre la salvación y sobre la justificación, sobre la naturaleza de la Iglesia y ulteriores estudios sobre la autoridad de la Iglesia.
En el transcurso de los últimos 20 años, el ARCIC ha publicado cinco declaraciones conjuntas: “La Salvación y la Iglesia” (1987), “La Iglesia como comunión” (1991), “La vida en Cristo” (1994), “El don de la autoridad” (1999). “María: Gracia y Esperanza en Cristo” (2005).
Estas declaraciones del ARCIC no constituyen una toma de posición oficial ni de la Iglesia católica romana ni mucho menos de la Comunión Anglicana, sino más bien documentos susceptibles de un estudio y una valoración ulteriores.
Iglesia de Inglaterra y dogmas marianos
El Sínodo General de la Iglesia de Inglaterra, que se inaugurará el próximo lunes, ha puesto entre los temas del orden del día que serán debatidos el 9 de febrero, también el documento “María: Gracia y Esperanza en Cristo”, conocido también como “Declaración de Seattle”. Para la ocasión, el debate será presentado por el obispo anglicano de Guildford, Christopher Hill, y por el obispo auxiliar católico de Westminster, monseñor George Stack.
El documento, anunciado ya en 1999, fue inspirado por la publicación de la Encíclica Ut unum sint de 1995, en cuyo párrafo 79 Juan Pablo II habla de María como “Madre de Dios e icono de la Iglesia”.
El fruto del trabajo de la Comisión conjunta no deshace completamente los nudos teológicos que separan a anglicanos y católicos, y que se refieren principalmente a los dogmas marianos de la Inmaculada Concepción (1854) y de la Asunción de María al Cielo (1950), en cuanto revelados por Dios, según la Iglesia católica, mientras que para los anglicanos la Sagrada Escritura contiene todo lo que es necesario para la salvación.
Ya en una declaración de 1981 – “La Autoridad en la Iglesia II” – el ARCIC observaba que ambos dogmas “suscitan un problema particular para aquellos anglicanos que no consideran que las definiciones precisas proporcionadas por estos dogmas estén suficientemente apoyadas por las Escrituras”.
“María: Gracia y Esperanza en Cristo”
La primera sección del documento delinea el papel de María en las Escrituras. A propósito de esto, en el párrafo 30 se dice que: “El testimonio en las Escrituras invita a todos los creyentes de cada generación a llamar 'bendita' a María, esta mujer hebrea de condición humilde, esta hija de Israel que vivía en la esperanza de la justicia para el pobre, a quien Dios llenó de gracia y eligió para ser la madre virgen de su Hijo por la acción del Espíritu Santo”.
“Debemos bendecirla – se lee también – como la 'sierva del Señor' que dio su consentimiento sin condiciones al cumplimiento del plan salvífico de Dios, como la madre que meditaba todas las cosas en su corazón, como la refugiada en busca de asilo en tierra extranjera, como la madre atravesada por el sufrimiento inocente de su propio hijo y como la mujer a la que Jesús confió sus amigos – se lee a continuación”.
La segunda sección del texto trata la figura de María en las “antiguas tradiciones comunes”, es decir, en los primeros Concilios de la Iglesia, que son fuentes de autoridad tanto para los anglicanos como para los católicos, y en los escritos de los “Padres de la Iglesia”, teólogos de los primeros siglos del cristianismo. A continuación recorre “el crecimiento de la devoción a María en los siglos medievales y las controversias teológicas asociadas a ellos”, mostrando “cómo algunos excesos en la devoción a finales de la Edad Media y las reacciones contra estos por parte de los reformadores contribuyeron a la ruptura de la comunión entre nosotros”.
La tercera sección del documento comienza contemplando a María y su papel en la historia de la salvación en el contexto de “una teología de gracia y de esperanza”. A propósito de esto utilizaba como clave interpretativa la Carta de San Pablo a los Romanos (8,28-30) en la que el apóstol proporciona un modelo de gracia y de esperanza operativas en la relación entre Dios y la humanidad: “a los que Dios conoció de antemano, los predestinó a reproducir la imagen de su Hijo, para que él fuera el Primogénito entre muchos hermanos; y a los que predestinó, también los llamó; y a los que llamó, también los justificó; y a los que justificó, también los glorificó”.
Ella fue “señalada desde el principio como la elegida, llamada y colmada de gracia por Dios a través del Espíritu Santo para la tarea que le esperaba” (párrafo 54 del documento). En el “fiat” libremente pronunciado por María – “Que se cumpla en mí lo que has dicho” (Lc 1,38) – vemos “el fruto de su preparación precedente, expresada en la afirmación de Gabriel sobre ella como 'llena de gracia'” (párrafo 55).
Así, se afirma en el párrafo 59, “de cara a su vocación a ser la madre del Santo (Lc 1,35), podemos afirmar juntos que la obra redentora de Dios alcanzó a María en la profundidad de su ser desde el comienzo”.
En un informe redactado por el Faith and Order Advisory Group (FOAG) de la Iglesia de Inglaterra se lee que el documento “representa un avance ecuménico genuino”, aunque “permanece la cuestión crucial del estatus de los dogmas marianos y de los anatemas asociados a ellos”.
Por Mirko Testa, traducción del italiano por Inma Álvarez

viernes, 4 de febrero de 2011

Egipto Clama por el final de la violencia

Patriarca copto católico de Egipto clama por el final de la violencia
Pide regresar a las casas y puestos de trabajo
EL CAIRO, jueves 3 de febrero de 2011 (
ZENIT.-org).- El cardenal Antonios Naguib, patriarca de Alejandría de los Coptos, en Egipto, ha lanzado un llamamiento a la paz y ha apoyado el papel de las autoridades y fuerzas del orden para evitar la violencia y los saqueos.
El patriarca asegura a los egipcios que ha llegado la hora "de regresar a sus casas y a sus puestos de trabajo en paz, siguiendo la invitación dirigida por las autoridades para poder recuperar lo que ha perdido el país".
"La Iglesia católica en Egipto lleva en su corazón lo que está acaeciendo en el país en esta fase delicada de su historia. Reza a Dios para que done la paz y la estabilidad a Egipto y pide a Dios para que dé sabiduría e inteligencia a los responsables del país y a todos los que trabajan por él", afirma el patriarca.
Sin entrar en cuestiones políticas, como ha aclarado a ZENIT el padre Rafiq Greish, director de la Oficina de Información de la Iglesia Católica en Egipto, el cardenal ha apreciado la labor de las autoridades para evitar la violencia, incluida la posición que ha mantenido el presidente Hosni Mubarak.
El patriarca asegura que la Iglesia "da gracias a todos los fieles en las fuerzas armadas y en la policía y a los jóvenes y a todas las personas de este país que defienden la seguridad de Egipto, y protegen con responsabilidad a todos los ciudadanos y las propiedades públicas y privadas de la amenaza de los saqueos y robos, perpetrados por proscritos".
"La Iglesia, además, pide a todos los hijos del pueblo egipcio en todo el mundo que se unan en la solidaridad para proteger a este país. Recomienda a todos que adhieran a los valores éticos y humanos, que son característica del pueblo egipcio, y especialmente en el temor de Dios y en el amor a la patria y a los vecinos", concluye el patriarca.
El portavoz eclesial, el padre Greish, ha explicado que "la Iglesia católica no interviene en la acción política, y cree en la libertad de cada persona, sin tener en cuenta sus puntos de vista políticos. Enarbola la bandera de la no violencia y del diálogo nacional".
El sacerdote ha explicado que ésta es también la posición que en general están asumiendo las comunidades evangélicas, mientras que el Papa Shenouda III, patriarca de la Iglesia Copta Ortodoxa, ha declarado su pleno apoyo al presidente Mubarak.
Con información de Tony Assaf y Marie Assameen