martes, 30 de noviembre de 2010

SAN ANDRÉS

Delegación de la Santa Sede celebrará san Andrés con los ortodoxos
Tradicional participación en la fiesta del Patriarcado de Constantinopla
ESTAMBUL, lunes 29 de noviembre de 2010 (
ZENIT.org).- Una delegación de la Santa Sede realizará la ya tradicional visita al patriarcado ecuménico de Constantinopla con motivo de la fiesta de san Andrés, que se celebra el 29 de noviembre y el 1 de diciembre.
La iniciativa se enmarca en el habitual “intercambio de delegaciones por las respectivas fiestas de los santos patronos, el 29 de junio en Roma para la celebración de los santos Pedro y Pablo y el 30 de noviembre en Estambul para la celebración de san Andrés”, comunicó este lunes la Oficina de Información de la Santa Sede.
La delegación vaticana está guiada por el presidente del Consejo Pontificio para la Promoción de la Unidad de los Cristianos, el cardenal Kurt Koch.
Lo acompañan el secretario del dicasterio, el obispo Brian Farrell, y el oficial de la Sección Oriental del mismo, Andrea Palmieri.
En Estambul, se unirá a la delegación el nuncio apostólico en Turquía, el arzobispo Antonio Lucibello.
El comunicado de la Santa Sede explica que “la delegación de la Santa Sede participará en la solemne Divina Liturgia presidida por Bartolomé I en la iglesia patriarcal del Fanal”.
También “habrá un encuentro con el patriarca y conversaciones con la Comisión sinodal encargada de las relaciones con la Iglesia católica”, añade el texto.
Según la tradición, Andrés predicó en Grecia, el mar Negro y el Cáucaso, y fue el primer obispo de Bizancio, un cargo que finalmente se convertiría en el patriarcado de Constantinopla. Por ello, es considerado cabeza de la Iglesia ortodoxa griega.
La tradición cuenta que fue crucificado en Acaya en una cruz en forma de "X". Sus restos, enterrados en Constantinopla, fueron robados por los cruzados en el siglo XIII, y devueltos por el papa Pablo VI a la Iglesia ortodoxa en 1964.

lunes, 29 de noviembre de 2010

ANGLICANOS Y CATÓLICOS


Después de la reciente visita del Papa al Reino Unido, no se han hecho espe­rar frutos providenciales. Las numero­sas peticiones de conversión de comu­nidades de la Iglesia Anglicana a la Iglesia Católica, que ya habían llegado a Roma anteriormente, se han incre­mentado en estos días. Concretamente cinco Obispos anglicanos han anuncia­do su renuncia a su ministerio pastoral en la Iglesia de Inglaterra y su deseo de entrar en la Iglesia Católica; harán efectiva esta renuncia el próximo día 31 de Diciembre. Estos clérigos angli­canos juntamente con sus grupos de fieles, empezarán a partir del 1 de Ene­ro un intenso período de preparación para ordenarse como sacerdotes cató­licos. Para la Iglesia Católica en Ingla­terra y para los fieles anglicanos que desean adherirse a ella esta Pascua próxima va a ser muy especial, hasta la fiesta de Pentecostés en la que reci­birán la ordenación sacerdotal católica los primeros ministros anglicanos. No hay duda de que el éxito de la visita de Benedicto XVI al Reino Unido ha disi­pado muchas dudas de aquellos angli­canos, que veían con interés la hipóte­sis de su acercamiento a la Iglesia Católica.

miércoles, 24 de noviembre de 2010

Mensaje del Papa a un congreso sobre John Henry Newman

Organizado por el “International Centre of Newman Friends”
ROMA, lunes 22 de noviembre de 2010 (
ZENIT.org).- Ofrecemos a continuación el mensaje que el Papa Benedicto XVI ha hecho llegar al Simposio “El primado de Dios en la vida y en los escritos del beato John Henry Newman, que se está celebrando en Roma, organizado por el Centro Internacional Amigos de Newman.
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Al Reverendo Padre
HERMANN GEISSLER, F.S.O.
Director del International Centre of Newman Friends
Mientras está en mí aún viva la alegría por haber podido proclamar beato al cardenal John Henry Newman, durante mi reciente viaje al Reino Unido, le dirijo un cordial saludo a Usted, a los ilustres ponentes y a todos los participantes en el Simposio organizado en Roma por el Centro Internacional Amigos de Newman. Expreso mi aprecio por el tema elegido: “El primado de Dios en la vida y en los escritos del beato John Henry Newman". Con él de hecho se pone en justa evidencia el teocentrismo como perspectiva fundamental que caracterizó la personalidad y la obra del gran teólogo inglés.
Es bien conocido que el joven Newman, a pesar de que había podido conocer, gracias a su madre la "religión de la Biblia", atravesó un periodo de dificultades y de dudas. A los catorce años sufrió, de hecho, la influencia de filósofos como Hume y Voltaire y, reconociéndose en sus objeciones a la religión, se encaminó, según la moda humanista y liberal de su época, hacia una especie de deísmo.
El año siguiente, con todo, Newman recibió la gracia de la conversión, encontrando descanso “en el pensamiento de dos seres absolutos y luminosamente evidentes en sí mismos, yo y mi Creador" (J.H. Newman, Apologia pro vita sua, Milán 2001, pp. 137-138). Descubrió por tanto la verdad objetiva de un Dios personal y viviente, que habla a la conciencia y revela al hombre su condición de criatura. Comprendió su propia dependencia en el ser de Aquel que es el principio de todas las cosas, encontrando así en Él el origen y el sentido de su identidad y singularidad personal. Es esta experiencia particular la que constituye la base para la primacía de Dios en la vida de Newman.
Tras la conversión, se dejó guiar por dos criterios fundamentales – tomados del libro La fuerza de la verdad, del calvinista Thomas Scott – que manifiestan plenamente la primacía de Dios en su vida. El primero: “la santidad antes que la paz" (ibid., p. 139), documenta su firme voluntad de adherirse al Maestro interior con su propia conciencia, de abandonarse confiadamente al Padre y de vivir en la fidelidad a la verdad reconocida. Estos ideales habrían comportado en seguida “un gran precio que pagar”. Newman, de hecho, sea como anglicano que como católico, tuvo que sufrir muchas pruebas, desilusiones e incomprensiones. Con todo, nunca descendió a falsos compromisos o se contentó con consensos fáciles. Permaneció siempre honrado en la búsqueda de la verdad, fiel a las llamadas de su propia conciencia y dirigido hacia el ideal de la santidad.
El segundo lema elegido por Newman: "el crecimiento es la única expresión de vida" (ibid.), expresa de forma clara su disposición a una continua conversión, transformación y crecimiento interior, siempre apoyado confiadamente en Dios. Descubrió así su vocación al servicio de la Palabra de Dios y, dirigiéndose a los Padres de la Iglesia para encontrar mayor luz, propuso una verdadera reforma del anglicanismo, adhiriéndose finalmente a la Iglesia católica. Resumió su propia experiencia de crecimiento, en la fidelidad a sí mismo y a la voluntad del Señor, con sus conocidas palabras: “Aquí en la tierra vivir es cambiar, y la perfección es el resultado de muchas transformaciones” (J.H. Newman, Lo sviluppo della dottrina cristiana, Milano 2002, p. 75). Y Newman fue a lo largo de toda su existencia uno que se convirtió, uno que se transformó, y de esta forma permaneció siempre el mismo, y se convirtió cada vez más en sí mismo.
El horizonte de la primacía de Dios marca en profundidad también las numerosas publicaciones de Newman. En el citado ensayo sobre El desarrollo de la doctrina cristiana, escribió: "Hay una verdad; hay una sola verdad; ... la búsqueda de la verdad no debe ser satisfacción de curiosidades; la adquisición de la verdad no se parece en nada a la excitación de un descubrimiento; nuestro espíritu está sometido a la verdad, no es, por tanto, superior a ella, y debe no tanto disertar sobre ella sino venerarla" (pp. 344-345). La primacía de Dios se traduce, para Newman, en la primacía de la verdad, una verdad que debe buscarse ante todo disponiendo la propia interioridad a la acogida, en un intercambio abierto y sincero con todos, y que encuentra su culmen en el encuentro con Cristo, "camino, verdad y vida" (Jn 12,6). Newman dio por ello testimonio de la Verdad también con su riquísima producción literaria pasando de la teología a la poesía, de la filosofía a la pedagogía, de la exegesis a la historia del cristianismo, de las novelas a las meditaciones y a las oraciones.
Presentando y defendiendo la Verdad, Newman estuvo siempre atento también en encontrar el lenguaje apropiado, la forma justa y el tono adecuado. Intentó no ofender nunca y dar testimonio de la gentil luz interior ("kindly light"), esforzándose en convencer con la humildad, la alegría y la paciencia. En una oración dirigida a san Felipe Neri escribió: “Que mi aspecto sea siempre abierto y alegre, y mis palabras amables y agradables, como conviene a aquellos que, cualquiera que sea su estado de vida, gozan del más grande de todos los bienes, del favor de Dios y de la esperanza de la felicidad eterna" (J.H. Newman, Meditazioni e preghiere, Milano 2002, pp. 193-194).
Al beato John Henry Newman, maestro en enseñarnos que la primacía de Dios es la primacía de la verdad y del amor, confío las reflexiones y el trabajo del presente Simposio, mientras que, por intercesión de la Virgen María, Madre de la Iglesia, le imparto con alegría a usted y a todos los participantes la implorada Bendición Apostólica, prenda de abundantes favores celestiales.
En el Vaticano, 18 de noviembre de 2010

Un Dios y tres religiones

Un Dios y tres religiones monoteístas; la Comisión Teológica responderá
Se discutirá en el Vaticano del 29 de noviembre al 3 de diciembre
CIUDAD DEL VATICANO, martes, 23 de noviembre de 2010 (
ZENIT.org).- Si sólo hay un Dios, ¿cómo se explican las tres religiones monoteístas? ¿Qué relaciones se derivan de este origen entre judíos, musulmanes y cristianos? A estas dos preguntas responderá la Comisión Teológica Internacional.
La Comisión, cuya función consiste en ayudar a la Santa Sede y especialmente a la Congregación para la Doctrina de la Fe a examinar cuestiones doctrinales de mayor importancia, afrontará éste y otros dos argumentos en su próxima sesión plenaria que se celebrará del 29 de noviembre al 3 de diciembre en el Vaticano.
Además afrontará otros dos temas de vital importancia. En primer lugar, la cuestión de los principios de la teología, su sentido y su método. En este sentido, la Comisión ya elaboró un estudio entre los años 2004 y 2008, según explica un comunicado vaticano.
El otro tema es la integración de la doctrina social de la Iglesia en el contexto más amplio de la doctrina cristiana.
La sesión será presidida por el cardenal William Joseph Levada, prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, la dirección de las sesiones de trabajo correrá a cargo del padre Charles Morerod, O.P., secretario de la Comisión.
Los resultados de los estudios de la Comisión son presentados al Santo Padre y entregados para su oportuna utilización a la Congregación para la Doctrina de la Fe. En general, suelen ser publicados posteriormente para conocimiento de la opinión pública.
La Comisión se compone de teólogos de diversas escuelas y naciones, eminentes por ciencia y fidelidad al Magisterio de la Iglesia. Los miembros --en número no superior a 30-- son nombrados por el Papa por cinco años a propuesta del prefecto de la Congregación y tras consulta con las conferencias episcopales.
En estos momentos, como representantes de países de lengua española, forman parte de la Comisión los sacerdotes Antonio Castellano, S.D.B. (Chile), profesor de teología sistemática en la Universidad Pontificia Salesiana, Roma; Mario Ángel Flores, profesor de teología sistemática en la Facultad Teológica Mexicana (Mexico), Javier Prades López, profesor de teología sistemática en la Facultad de Teología de Madrid (España) y Guillermo Zuleta, profesor de teología sistemática y de derecho canónico en la Universidad de Medellín (Colombia).
La Comisión surgió cuando Pablo VI acogió la propuesta de la primera asamblea ordinaria del Sínodo de los Obispos, el 11 de abril de 1969.

lunes, 22 de noviembre de 2010

Asegura el Papa " La Unidad en la Verdad "

El ecumenismo no es “negociar un acuerdo”, asegura el Papa
Discurso al Consejo Pontificio para la Unidad de los Cristianos
CIUDAD DEL VATICANO, jueves 18 de noviembre de 2010 (
ZENIT.org).-El diálogo ecuménico no tiene los objetivos "políticos" de llegar a "compromisos aceptables" entre las diversas confesiones cristianas, sino "la unidad en la verdad", asegura Benedicto XVI.
Así lo afirmó este jueves en el discurso que dirigió a los participantes en la Asamblea Plenaria del Consejo Pontificio para la Unidad de los Cristianos, que celebra sus cincuenta años de vida, en el que recordó que la unidad no la "hacemos nosotros", la "hace" Dios.
"Aun en presencia de nuevas situaciones problemáticas o de puntos difíciles para el diálogo, la meta del camino ecuménico sigue inmutable, como también el firme empeño en perseguirla", aseguró el Santo Padre.
"No se trata, sin embargo, de un empeño según categorías, por así decirlo, políticas, en las que entran en juego la capacidad de negociar o la mayor capacidad de encontrar compromisos, por lo que se podría esperar, como buenos mediadores, que tras un cierto tiempo se llegue a acuerdos aceptables para todos".
"La acción ecuménica tiene un doble movimiento", aclaró.
Por una parte, explicó, está "la búsqueda convencida, apasionada y tenaz para encontrar toda la unidad en la verdad, para idear modelos de unidad, para iluminar oposiciones y puntos oscuros para alcanzar la unidad".
"Y esto en el necesario dialogo teológico, pero sobre todo en la oración y en la penitencia, en ese ecumenismo espiritual que constituye el corazón latente de todo el camino: la unidad de los cristianos es y sigue siendo oración, habita en la oración".
En segundo lugar, citó "otro movimiento operativo, que surge de la firme conciencia de que nosotros no sabemos la hora de la realización de la unidad entre todos los discípulos de Cristo y no la podemos conocer, porque la unidad no la 'hacemos nosotros', la 'hace' Dios: viene de lo alto, de la unidad del Padre con el Hijo en el diálogo de amor que es el Espíritu Santo; es un tomar parte en la unidad divina".
Según el Papa, "esto no debe hacer disminuir nuestro compromiso, al contrario, debe hacernos cada vez más atentos a captar los signos de los tiempos del Señor, sabiendo reconocer con gratitud lo que ya nos une y trabajando para que se consolide y crezca".
Al concluir, el obispo de Roma reconoció que "también en el camino ecuménico se trata de dejar a Dios lo que es únicamente suyo y de explorar, con seriedad, constancia y dedicación, lo que es tarea nuestra, teniendo en cuenta que a nuestro compromiso pertenecen los binomios de actuar y sufrir, de actividad y paciencia, de cansancio y alegría".
En su saludo al Papa durante la audiencia, el arzobispo e inminente cardenal Kurt Koch, presidente del Consejo Pontificio para la Promoción de la Unidad de los Cristianos, explicó que esta audiencia celebraba tres grandes fechas para el ecumenismo.
El centenario de la Conferencia Mundial sobre la Misión, celebrada en Edimburgo y considerada como el inicio del camino ecuménico en el siglo XX, los cincuenta años de la creación del Consejo Pontificio que preside, y el inicio del nuevo Consejo Pontificio para la Promoción de la Nueva Evangelización.
Para el nuevo purpurado suizo esta última decisión del Papa está íntimamente ligada a la promoción de la unidad de los cristianos, y manifestó su intención de "poner el compromiso ecuménico plenamente al servicio de una nueva divulgación de la fe en nuestras sociedades ampliamente secularizadas".

Arzobispo de Canterbury ve aspectos positivos en ordinariatos para anglicanos
El primado Rowan Williams recibido en audiencia por Benedicto XVI
CIUDAD DEL VATICANO, jueves 18 de noviembre de 2010 (
ZENIT.org).- El arzobispo de Canterbury, el doctor Rowan Williams, ve aspectos positivos en la creación de ordinariatos para la acogida en la Iglesia católica de comunidades anglicanas.
El primado anglicano hizo estas declaraciones en el Vaticano este jueves, donde fue recibido en audiencia privada por Benedicto XVI, después de haber participado en la víspera en el acto de conmemoración con motivo de los cincuenta años de la creación del Consejo Pontificio para la Unidad de los Cristianos.
El 8 de noviembre cinco obispos anglicanos de la Iglesia de Inglaterra anunciaron su renuncia al ministerio en la Iglesia anglicana y su resolución de unirse a un ordinariato personal para anglicanos en plena comunión con la Iglesia católica.
La posibilidad de crear estas circunscripciones eclesiásticas no regionales fue establecida hace un año por Benedicto XVI con la promulgación de la constitución apostólica
"Anglicanorum Coetibus".
De este modo, los anglicanos que lo deseen podrán reconocer el primado del Papa, manteniendo elementos propios de su tradición litúrgica y espiritual.
"Obviamente mi reacción a las renuncias es de pesar, pero respeto", ha declarado el doctor Williams a "Radio Vaticano".
"Yo sé las consideraciones que han afrontado, en particular los dos que fueron mis sufragáneos. Hemos hablado, hemos trabajado y nos hemos separado con oraciones y bendiciones".
"Creo que el desafío vendrá al compartir el uso de las iglesias", reconoce, "en los consejos que debemos dar como anglicanos", y además "desde luego habrá algunas parroquias sin sacerdotes, de manera que nos encontramos ante un desafío práctico".
Ante quienes han calificado como "gesto profético" la creación de ordinariatos en la Iglesia católica para anglicanos, el arzobispo de Canterbury reconoce que "creo que el ordinariato ayuda a la gente a valorar la herencia o el patrimonio anglicanos. Estoy feliz de alabar a Dios por este motivo. No creo que sea un acto agresivo orientado a desestabilizar las relaciones de las Iglesias y sólo queda por ver la amplitud del movimiento del que estamos hablando".
"Pero, ¿profético?", se pregunta el mismo Williams. "Quizá sí -responde--. En el sentido de que la Iglesia católica dice de este modo que hay maneras de ser cristiano en la Iglesia de Occidente que no quedan restringidas por identidad histórica católico-romana. Es algo de lo que podemos hablar".
En una audiencia concedida este jueves a la asamblea plenaria del Consejo Pontificio para la Promoción de la Unidad de los Cristianos, el Papa ha confirmado el compromiso de la Iglesia católica en la búsqueda de la unidad con los anglicanos y demás confesiones cristianas.
"A pesar de nuevas situaciones problemáticas o de puntos difíciles para el diálogo, la meta del camino ecuménico sigue inalterada, así como el compromiso firme para perseguirla", ha dicho el obispo de Roma.
"No se trata, sin embargo, de un compromiso según categorías, por así decir, políticas, en las que entran en juego la capacidad de negociar o de encontrar compromisos, motivo por el cual podría esperarse, como buenos mediadores, que después de un cierto tiempo se llegue a acuerdos aceptables para todos", ha concluido.

Bautismo con Iglesias de la Reforma

Obispos de EE.UU. firman acuerdo sobre bautismo con Iglesias de la Reforma
Un “hito sin precedentes” en la historia del ecumenismo en América según la USCCB
BALTIMORE, jueves 18 de noviembre de 2010 (
ZENIT.org).- La Conferencia Episcopal de Estados Unidos ha aprobado un acuerdo en el que reconoce como válido el bautismo de cuatro comunidades cristianas reformadas.
La Conferencia votó el pasado martes el Common Agreement on Mutual Recognition of Baptism (Acuerdo Común de Reconocimiento Mutuo del Bautismo), durante la celebración de la Asamblea Plenaria que está teniendo lugar estos días en Baltimore (Maryland).
El acuerdo ha sido resultado de seis años de estudio y debates entre los representantes de la Conferencia Episcopal estadounidense, la Iglesia Presbiteriana de EE.UU., la Iglesia Reformada de América, la Iglesia Reformada Cristiana y la Iglesia Unida de Cristo.
Monseñor Wilton Gregory, arzobispo de Atlanta y presidente del USCCB Committee for Ecumenical and Interreligious Affairs, afirmó el martes en un comunicado que esta votación supone “un hito en el viaje ecuménico”.
“Junto con nuestros hermanos y hermanas de la Reforma” de estas cuatro Iglesias, afirmó, “nosostros los obispos católicos podemos afirmar una vez más que el bautismo es la basr de la real, aunque incompleta, unidad que tenemos en Cristo".
"Nuestra Conferencia espera ahora a que los cuatro organismos competentes de las comunidades reformadas aprueben el acuerdo común que hemos realizado hoy", dijo el arzobispo.
El prelado explicó que, una vez que sea aprobado por las otras cuatro denominaciones, el acuerdo “permitirá a los ministros católicos presuponer que el bautismo realizado en estas comunidades es 'verdadero bautismo' como se entiende en la doctrina y en la ley católicas”.
Comunión
"La presentación de un certificado de bautismo por parte de los cristianos reformados que deseen entrar en plena comunión con la Iglesia Católica, o casarse con una católica, asegura a los ministros católicos que el bautismo, realizado por un ministro de la Reforma, implicó el uso de agua corriente, y la invocación bíblica de Dios como Padre, Hijo y Espíritu Santo", prosiguió el prelado.
Monseñor Gregory afirmó que los católicos y los cristianos reformados “han dado un paso de acrecamiento a esa plenitud de la comunión que se realizará, en obediencia a la oración del Señor – 'Padre, que todos sean uno' – en ese día en el que puedan celebrar juntos en unidad de fe y ministerio en la única mesa de la Eucaristía".
La conferencia señaló en un comunicado de prensa que el acuerdo común afirma que el bautismo es "el vínculo sacramental de unidad para el Cuerpo de Cristo, que se realiza sólo una vez, por un ministro autorizado, con un chorro de agua, utilizando la fórmula trinitaria de las Escrituras de 'Padre, Hijo y Espíritu Santo'".
Añadió que el acuerdo anima a las comunidades cristianas locales a mantener registros de bautismo, una práctica ya realizada en la Iglesia católica.
El comunicado de prensa declaró que otras conferencias episcopales en el mundo del mundo han suscrito acuerdos similares con las comunidades protestantes locales, pero este documento es "sin precedentes" para la Iglesia católica en los Estados Unidos.
Explicó que la Iglesia católica en general ha reconocido la validez de la mayoría de las principales comuniones cristianas desde el Concilio Vaticano II. Sin embargo, en 2002, el Consejo Pontificio para la Unidad de los Cristianos alentó a las conferencias episcopales para que se reunieran con las comunidades cristianas locales con el fin de estudiar y discutir su comprensión mutua del bautismo, para aclarar dudas y preguntas sobre la reciprocidad de las prácticas dentro de las diversas iglesias.

El Papa al Consejo Pontificio

Discurso del Papa al Consejo Pontificio para la Unidad de los Cristianos
Con motivo de su Asamblea Plenaria
CIUDAD DEL VATICANO, jueves 18 de noviembre de 2010 (
ZENIT.org).- Ofrecemos a continuación el discurso que el Papa Benedicto XVI dirigió hoy a los participantes en la Asamblea Plenaria del Consejo Pontificio para la Promoción de la Unidad de los Cristianos sobre el tema: “Hacia una nueva etapa del dialogo ecuménico", con ocasión del 50° aniversario de la institución de este dicasterio.
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Señores cardenales,
Venerados Hermanos en el Episcopado y en el Sacerdocio,
queridos hermanos y hermanas,
es para mi una gran alegría encontraron con ocasión de la Plenaria del Consejo Pontificio para la Promoción de la Unidad de los Cristianos, durante la cual reflexionaréis sobre el tema: "Hacia una nueva etapa del dialogo ecuménico". Al dirigir a cada uno de vosotros mi cordial saludo, deseo agradecer de modo particular al presidente, monseñor Kurt Koch, también por las calurosas expresiones con las que ha interpretado vuestros sentimientos.
Ayer, como recordó monseñor Koch, celebrasteis, con un solemne Acto conmemorativo, el 50° aniversario de la institución de vuestro Dicasterio. El 5 de junio de 1960, en la vigilia del Concilio Vaticano II, que indicó como central para la Iglesia el compromiso ecuménico, el beato Juan XXIII creaba el Secretariado para la Promoción de la Unidad de los Cristianos, denominado después, en 1988, Consejo Pontificio. Fue un acto que constituyó un hito para el camino ecuménico de la Iglesia católica. En el transcurso de cincuenta años se ha hecho mucho camino. Deseo expresar viva gratitud a todos aquellos que han prestado su servicio en el Consejo Pontificio, recordando ante todo a los presidentes que se han sucedido en él: los cardenales Augustin Bea, Johannes Willebrands, Edward Idris Cassidy; y mi particularmente grato agradecimiento al cardenal Walter Kasper, que guió el dicasterio, con competencia y pasión, en los últimos once años. Doy las gracias a los miembros y consultores, oficiales y colaboradores, aquellos que han contribuido a llevar a cabo los diálogos teológicos y los encuentros ecuménicos y a cuantos han rezado al Señor por el don de la unidad visible entre los cristianos. Son cincuenta años en los que se ha adquirido un conocimiento más verdadero y una estima más grande con las Iglesias y las comunidades eclesiales, superando prejuicios sedimentados por la historia; se ha crecido en el diálogo teológico, pero también en el de la caridad; se han desarrollado varias formas de colaboración, entre las cuales, además de las de por la defensa de la vida, por la salvaguardia de la creación y para combatir contra la injusticia, ha sido importante y fructífera la del campo de las traducciones ecuménicas de la Sagrada Escritura.
En estos últimos años, además, el Consejo Pontificio se ha comprometido, por otro lado, en un amplio proyecto, el llamado Harvest Project, para trazar un primer balance de los objetivos conseguidos en los diálogos teológicos con las principales comunidades eclesiales desde el Vaticano II. Se trata de un trabajo precioso que ha puesto en evidencia tanto las áreas de convergencia, como aquellas en las que es necesario continuar profundizando la reflexión. Dando gracias a Dios por los frutos ya recogidos, os animo a proseguir con vuestro empeño en promover una correcta recepción de los resultados alcanzados y en dar a conocer con exactitud el estado actual de la investigación teológica al servicio del camino hacia la unidad. Hoy algunos piensan que este camino, especialmente en Occidente, haya perdido su empuje; se advierte, entonces, la urgencia de reavivar el interés ecuménico y de dar una nueva incisividad a los diálogos. Se presentan, además, desafíos inéditos: las nuevas interpretaciones antropológicas y éticas, la formación ecuménica de las nuevas generaciones, la ulterior fragmentación del escenario ecuménico. Es esencial tomar conciencia de estos cambios y señalar las vías para proceder de manera eficaz a la luz de la voluntad del Señor: "que sean todos una sola cosa" (Jn 17,21).
También con las Iglesias ortodoxas y las antiguas Iglesias orientales, con las que existen “estrechísimos vínculos” (Unitatis Redintegratio, 15), la Iglesia católica prosigue con pasión el diálogo, intentando profundizar de modo serio y riguroso en el patrimonio teológico, litúrgico y espiritual común, y de afrontar con serenidad y empeño los elementos que aún nos dividen. Con los Ortodoxos se ha llegado a tocar un punto crucial de acercamiento y de reflexión: el papel del Obispo de Roma en la comunión de la Iglesia. Y la cuestión eclesiológica está también en el centro del diálogo con las antiguas Iglesias orientales: a pesar de muchos siglos de incomprensión y de alejamiento, se ha constatado, con alegría, haber conservado un precioso patrimonio común.
Queridos amigos, aun en presencia de nuevas situaciones problemáticas o de puntos difíciles para el diálogo, la meta del camino ecuménico sigue inmutable, como también el firme empeño en perseguirla. No se trata, sin embargo, de un empeño según categorías, por así decirlo, políticas, en las que entran en juego la capacidad de negociar o la mayor capacidad de encontrar compromisos, por lo que se podría esperar, como buenos mediadores, que tras un cierto tiempo se llegue a acuerdos aceptables para todos. La acción ecuménica tiene un doble movimiento. Por una parte la búsqueda convencida, apasionada y tenaz para encontrar toda la unidad en la verdad, para idear modelos de unidad, para iluminar oposiciones y puntos oscuros en orden a la consecución de la unidad. Y esto en el necesario dialogo teológico, pero sobre todo en la oración y en la penitencia, en ese ecumenismo espiritual que constituye el corazón latente de todo el camino: la unidad de los cristianos es y sigue siendo oración, habita en la oración. Por otra parte, otro movimiento operativo, que surge de la firme conciencia de que nosotros no sabemos la hora de la realización de la unidad entre todos los discípulos de Cristo y no la podemos conocer, porque la unidad no la “hacemos nosotros”, la “hace” Dios: viene de lo alto, de la unidad del Padre con el Hijo en el diálogo de amor que es el Espíritu Santo; es un tomar parte en la unidad divina. Y esto no debe hacer disminuir nuestro compromiso, al contrario, debe hacernos cada vez más atentos a captar los signos de los tiempos del Señor, sabiendo reconocer con gratitud lo que ya nos une y trabajando para que se consolide y crezca. Al final, también en el camino ecuménico, se trata de dejar a Dios lo que es únicamente suyo y de explorar, con seriedad, constancia y dedicación, lo que es tarea nuestra, teniendo en cuenta que a nuestro compromiso pertenecen los binomios de actuar y sufrir, de actividad y paciencia, de cansancio y alegría.
Invoquemos confiados al Espíritu Santo, para que guíe nuestro camino y cada uno sienta con renovado vigor el llamamiento a trabajar por la causa ecuménica. Os animo a todos vosotros a proseguir en vuestra tarea; es una ayuda que hacéis al Obispo de Roma a cumplir su misión al servicio de la unidad. Como signo de afecto y gratitud, os imparto de corazón mi Bendición Apostólica.

lunes, 15 de noviembre de 2010

ANGLICANORUN COETIBUS

Cinco obispos anglicanos renuncian para pasar a la Iglesia católica
En un comunicado, anuncian que quieren crear un ordinariato personal
LONDRES, lunes 8 de noviembre de 2010 (ZENIT.org).- Cinco obispos anglicanos de la Iglesia de Inglaterra han anunciado este lunes su renuncia al ministerio en esa Iglesia y su resolución de unirse a un ordinariato personal para anglicanos en plena comunión con la Iglesia católica.
La constitución apostólica "Anglicanorum Coetibus", publicada hace un año, abrió el camino para que comunidades anglicanas puedan entrar la Iglesia católica a través del establecimiento de ordinariatos personales, con características parecidas a las de una diócesis no territorial, una nueva estructura canónica.
De este modo, podrán reconocer el primado del Papa, manteniendo elementos propios de su tradición litúrgica y espiritual. Entre los obispos anglicanos del Reino Unido que han anunciado su renuncia se encuentran Andrew Burnham, obispo de Ebbsfleet, Keith Newton, obispo de Richborough, y John Broadhurst, obispo de Fulham. Estos tres prelados eran familiarmente conocidos como "obispos volantes", pues atendían espiritualmente a los fieles de diferentes diócesis anglicanas que no han aceptado la ordenación de mujeres como sacerdotes.
Asimismo se ha anunciado la renuncia de otros dos obispos, Edwin Barnes, antiguo pastor anglicano de Richborough, y el obispo auxiliar retirado David Silk de Exeter. El comunicado firmado por los cinco obispos explica que todos ellos han seguido durante años el proceso de diálogo entre anglicanos y la Iglesia católica, emprendido tras el Concilio Vaticano II, "con oración y profundo anhelo"."Hemos quedado consternados, en los últimos treinta años, al ver que anglicanos y católicos se separaban cada vez más en algunas cuestiones de vida diaria, en particular
al ver distintas decisiones en asuntos de fe y disciplina en el anglicanismo que, creemos, son incompatibles con la vocación histórica del anglicanismo y la tradición de dos mil años de la Iglesia".
Explican que para ellos "Anglicanorum Coetibus" ha sido una respuesta a los anglicanos que buscan la unidad con Roma: "con los ordinariatos, se establecen estructuras canónicas por medio de las cuales podremos llevar nuestra experiencia de discipulado cristiano a la comunión plena con la Iglesia católica que abarca todo el mundo y todas las épocas".
"Se trata tanto de una respuesta generosa de la Santa Sede a quienes han pedido ayuda, así como un nuevo y valiente instrumento ecuménico para la búsqueda de la unidad de los cristianos, unidad por la que Cristo mismo oró antes de su pasión y muerte. Se trata de una unidad que, creemos, es posible sólo en la comunión eucarística con el sucesor de San Pedro".
Los cinco aseguran que "como obispos, hemos cuidado de todos, de los que comparten nuestra posición y de aquellos que han tomado una postura diferente. Ahora hemos llegado al momento en el que debemos declarar formalmente nuestra posición e invitar a otros a unirse a nuestro camino. Por lo tanto, cesará inmediatamente nuestro ministerio episcopal público, renunciando a nuestras responsabilidades pastorales en la Iglesia de Inglaterra. Esto tendrá efecto a partir del 31 de diciembre de 2010. Buscamos unirnos a un ordinariato cuando éste sea creado".
Los prelados agradecen a la Iglesia anglicana de Inglaterra todo lo que "ha significado para nosotros y todo lo que nos ha dado en estos años, y esperamos mantener una relación cercana y cálida, orando y trabajando juntos por la venida del Reino de Dios".
Respuesta anglicana
En respuesta al anuncio, el primado de la Comunión Anglicana, el arzobispo Rowan Williams de Canterbury publicó un comunicado este lunes en el que aceptaba con "pesar" las renuncias de los obispos, "que han decidido que su futuro en el ministerio cristiano pasa por las nuevas estructuras propuestas por el Vaticano".
"Les deseamos lo mejor en el nuevo paso de su servicio a la Iglesia", añadió, agradeciéndoles "su fiel labor pastoral en la Iglesia de Inglaterra durante muchos años".
La asociación internacional de anglicanos que se oponen a la ordenación de mujeres como sacerdotes u obispos, "Forward in Faith", ha asegurado a los obispos que han presentado su renuncia "el amor, las oraciones y el apoyo de todos sus miembros y su agradecimiento por el ministerio que han desempeñado a su servicio"."Asimismo aseguramos al arzobispo de Canterbury y al obispo de Londres nuestras oraciones, mientras tratamos de discernir cómo serán reemplazadas las sedes vacantes de Ebbsfleet, Richborough y Fulham", añaden.Respuesta católica
Monseñor Alan Hopes, obispo auxiliar de Westminster, la sede católica de la capital británica, ha acogido positivamente la decisión en un comunicado emitido en nombre de la Conferencia Episcopal de Inglaterra y Gales. El episcopado católico, reveló, "está viendo cómo establecer el ordinariato" y asegura "la cálida bienvenida que extendemos a todos los que quieran formar parte de él".
Los prelados católicos de Inglaterra y Gales han convocado una reunión sobre este tema y tras su celebración podrán ofrecer mayor información.
Hasta el momento no se ha creado ningún ordinariato para anglicanos que entran en comunión plena con la Iglesia católica, si bien comunidades anglicanas del Reino Unido, Estados Unidos, Australia y Canadá han manifestado su intención de unirse a la Iglesia católica.
Por su parte, el padre Federico Lombardi S.I., director de la Oficina de Información de la Santa Sede, confirmó hoy que la Santa Sede está estudiando la constitución del ordinariato, según las normas establecidas por la constitución apostólica "Anglicanorum coetibus" y que "las eventuales decisiones serán comunicadas en el momento oportuno"
Explicación de un protagonistaEl mes pasado, el obispo anglicano John Broadhurst de Fulham ya había anunciado su intención de presentar su renuncia en un encuentro de "Forward in Faith International", asociación de la que es presidente. En su anunció, mencionó numerosos motivos, entre los cuales, el más importante es la ordenación de mujeres. Seguirá formando parte de "Forward in Faith International", pues no forma parte de la Iglesia de Inglaterra.
ZENIT ha hablado con el obispo Broadhurst por teléfono, quien ha revelado que su decisión ha sido tomada tras un discernimiento en la oración, y que ha pensado en su unión a la Iglesia católica durante 45 años.
Ante la pregunta de si mantendrá un ministerio activo en la Iglesia católica, el obispo Broadhurst respondió: "Haré lo que el Papa quiera y permita. Como sacerdote tengo una responsabilidad, y si se me permite, seguiré desempeñándola".
El obispo reveló a ZENIT que otros anglicanos están pensando en dar este paso de unidad con Roma, "de todos modos cada uno tiene que tomar su propia decisión. Esta decisión es solo mía".

50 AÑOS POR LA UNIDAD

El Consejo Pontificio para la Unidad de los Cristianos celebra 50 años
Con un acto ecuménico el 17 de noviembre
CIUDAD DEL VATICANO, martes 9 de noviembre de 2010 (ZENIT.org).- El Consejo Pontificio para la Promoción de la Unidad de los Cristianos celebrará su cincuenta aniversario con un acto ecuménico el próximo 17 de noviembre a las 17 horas en la Sala San Pío X, en la via de la Conciliación de Roma.
El evento estará presidido por el presidente del Consejo, monseñor Kurt Koch, y contará con la intervención del presidente emérito del Consejo, el cardenal Walter Kasper; el anglicano arzobispo de Canterbury, Rowan Williams, y el ortodoxo metropolitano de Pérgamo Ioannis (Zizioulas), del patriarcado ecuménico de Constantinopla.
Así se conmemorará el 50 aniversario de la institución del Secretariado para la Promoción de la Unidad de los Cristianos, que más tarde pasó a llamarse Consejo Pontificio para la Promoción de la Unidad de los Cristianos, explica un comunicado de la Oficina de Información de la Santa Sede publicado hoy.
“Esta mirada al pasado, dirigida al momento de la institución y al camino realizado hasta hoy, ofrecerá no sólo la oportunidad de expresar gratitud a Dios por los que han contribuido a hacer avanzar el ecumenismo y por los abundantes frutos que se han recogido”, indica el texto.
“También permitirá suscitar un renovado interés por la causa de la unidad y reiterar la firme voluntad de proseguir el camino hacia la plena comunión de todos los cristianos, afrontando con confianza las desafíos, también nuevos, que se presentan”, añade.
La historia del consejo pontificio para el ecumenismo se remonta al 5 de junio de 1960, día de Pentecostés, cuando el beato Juan XXIII instituyó el Secretariado para la Promoción de la Unidad de los Cristianos, junto a las once comisiones que prepararían el Concilio, con el Motu proprio Superno Dei Nutu.
El primer presidente del Secretariado fue el cardenal Agostino Bea, a quien sucedieron los cardenales Johann Willebrands, Edward Idris Cassidy, Walter Kasper y, el 1 de julio de 2010, el arzobispo Koch.
En 1998, Juan Pablo II cambió el nombre del secretariado por el de Consejo Pontificio para la Promoción de la Unidad de los Cristianos, con la Constitución apostólica Pastor Bonus.
“A través de los años -señala el comunicado publicado este martes-, el Consejo Pontificio para la Promoción de la Unidad de los Cristianos se ha ocupado de las relaciones con el vasto mundo ecuménico, tanto a nivel multilateral como a través de contactos y diálogos bilaterales con muchas Iglesias y comunidades cristianas”.
La fecha del acto conmemorativo -el 17 de noviembre- se ha querido hacer coincidir con la sesión plenaria del Consejo Pontificio para la Promoción de la Unidad de los Cristianos, que se celebrará del 15 al 19 de noviembre, con el tema Hacia una nueva etapa del diálogo ecuménico.

domingo, 7 de noviembre de 2010

EL PAPA EN ESPAÑA

6 de noviembre, 2010. (NOTICIA SÓLO VÍDEO) Benedicto XVI aterrizó en el aeropuerto de Santiago de Compostela, en España entre una espesa niebla. Sin embargo, las bajas temperaturas no empañaron la fiesta. Le recibieron al pie de la escalerilla los príncipes de Asturias Felipe y Letizia, junto a quienes escuchó los himnos de España y del Vaticano.

"Yo quisiera invitar a España y a Europa a edificar su presente y a proyectar su futuro desde la verdad auténtica del hombre, desde la libertad que respeta esa verdad y nunca la hiere, y desde la justicia para todos, comenzando por los más pobres y desvalidos. Una España y una Europa no sólo preocupadas de las necesidades materiales de los hombres, sino también de las morales y sociales, de las espirituales y religiosas, porque todas ellas son exigencias genuinas del único hombre y sólo así se trabaja eficaz, íntegra y fecundamente por su bien."


miércoles, 3 de noviembre de 2010

Iglesias Católicas de Rito Oriental

Bulgaria: 13º encuentro de obispos de Iglesias católicas de rito oriental
En Sofía, del 4 al 7 de noviembre
SOFÍA, martes 2 de noviembre de 2010 (ZENIT.org).- El 13º encuentro de jerarcas católicos orientales de Europa (GCOE) se celebrará en Sofía del 4 al 7 de noviembre.
La reunión está motivada por las celebraciones del 150º aniversario de la unión de UNA PARTE DE la Iglesia católica de rito bizantino surgida en Bulgaria con la Iglesia católica de Roma, informa el Consejo de Conferencias Episcopales de Europa (CCEE).
Los representantes de trece Iglesias católicas de rito oriental debatirán sobre el tema Los criterios de eclesialidad de las Iglesias orientales hoy.
Este tema se analizará a la luz del Concilio Vaticano II y del diálogo entre la Iglesia católica y la ortodoxa.
Durante el encuentro también se abordará la cuestión de las estructuras pastorales para los inmigrantes católicos de las Iglesias orientales a la luz del documento Erga migrantes caritas Christi.
El encuentro, patrocinado por el CCEE y organizado y auspiciado por el obispo de Sofía, monseñor Christo Proykov, se celebrará a puerta cerrada.
En él, también participarán el prefecto de la Congregación para las Iglesias Orientales, el cardenal Leonardo Sandri; el presidente del CCEE y arzobispo de Esztergom-Budapest, el cardenal Péter Erdö; el nuncio apostólico en Bulgaria, monseñor Januariusz Bolonek; el presidente del Consejo Pontificio de la Pastoral para los Migrantes e Itinerantes, monseñor Antonio Vegliò, y el secretario de la Congregación para las Iglesias Orientales, monseñor Cyril Vasil.
En la Iglesia católica existen Iglesias particulares, llamadas Iglesias sui iuris o ritos, en plena comunión con la Iglesia de Roma, pero que se distinguen de la Iglesia católica latina por formas diversas de culto litúrgico, de piedad popular, de disciplina sacramental (administración de sacramentos) y canónica (normas jurídicas), así como por su terminología y sus tradiciones teológicas.
Actualmente hay en el mundo 24 Iglesias sui iuris que practican diversos ritos litúrgicos en plena comunión con Roma, de las cuales 15 de rito litúrgico bizantino (este encuentro se dirige a 14 de éstas presentes en Europa).
Las Iglesias sui iuris de rito bizantino invitadas el encuentro son la católica-italo-albanesa (diócesis de Lungro y Piana de los Albaneses, en Italia), la greco-católica albanesa (Albania), la greco-católica bielorusa (Bielorusia) y la greco-católica búlgara (Bulgaria).
También la arquidiócesis de Chipre de los Maronitas (Chipre), la Iglesia greco-católica croata (diócesis de Križevci, Croacia), la greco-católica de Grecia (Grecia y Turquía), la greco-católica de Serbia y Montenegro (Serbia y Montenegro), la greco-católica macedonia (Macedonia) y la greco-católica rumana (Rumanía).
Y finalmente, la Iglesia greco-católica rutenia (eparquía de Mukačevo, Ucrania), la greco-católica rusa (Rusia), la greco-católica eslovaca (Eslovaquia), la greco-católica ucraniana (Ucrania, Polonia, EEUU, Canadá y comunidades ucranianas en el mundo) y la greco-católica húngara (Hungría).

lunes, 1 de noviembre de 2010

SÍNODO BUENO PARA TODOS

El Sínodo de Oriente Medio al servicio de todos, incluidos judíos y musulmanes
Según aclara el portavoz vaticano en respuesta a interpretaciones políticas
CIUDAD DEL VATICANO, domingo, 31 de octubre de 2010 (ZENIT.org).- El Sínodo de los Obispos de Oriente Medio, celebrado en el Vaticano del 10 al 24 de octubre, constituye un servicio para todos, no sólo para los católicos, sino también para judíos y musulmanes, considera el portavoz vaticano.
El padre Federico Lombardi S.I., director de la Oficina de Información de la Santa Sede, responde en el último editorial del semanario "Octava Dies", del Centro Televisivo Vaticano, a quienes han tratado de dar una lectura meramente política a esa inédita cumbre eclesial.
"¿Qué pide el Sínodo en su Mensaje a los gobernantes de los pueblos de Oriente Medio?", comienza preguntándose el sacerdote. Que los cristianos "puedan gozar de todos los derechos de ciudadanía, de libertad de conciencia y de culto, de libertad en el campo de la enseñanza y de la educación y en el uso de los medios de comunicación' porque 'son ciudadanos nativos y auténticos, leales a su patria y fieles a todos sus deberes nacionales".
Y sigue preguntando el portavoz vaticano: "¿Qué dice el Sínodo a la comunidad internacional?". La reivindicación sinodal fue: "condenamos la violencia y el terrorismo, de cualquier origen, y todo extremismo religioso. Condenamos toda forma de racismo, el antisemitismo, el anticristianismo y la fobia al Islam, e invocamos a las religiones a asumir sus responsabilidades en la promoción del dialogo de las culturas y de las civilizaciones en nuestra región y en todo el mundo.
El padre Lombardi recuerda, en respuesta a acusaciones procedentes de judíos o musulmanes, que "las intervenciones del representante judío, del sunní y del chií fueron aplaudidas, acogidas con atención y disponibilidad".
"Los miembros del Sínodo se han expresado con gran libertad, presentando con lealtad y serenidad el marco global de la situación de sus comunidades eclesiales", sigue diciendo.
"Ciertamente --reconoce el portavoz--, se ha tratado de una asamblea con raíces profundas en una tierra golpeada por tensiones y problemas dramáticos, pero la naturaleza eclesial de esta asamblea, su motivación religiosa, espiritual, la ha hecho capaz de elevarse a una perspectiva mas alta, a una mirada animada de aquel realismo de la esperanza que nace de la fe vivida en esta nuestra historia".
Lombardi concluye deseando que todos reconozcan esta naturaleza del Sínodo, que no es política ni puede entenderse en clave poítica, para que "pueda dar sus frutos, sobretodo para la Iglesia, pero también para todos los pueblos de Oriente Medio". Y subraya: "¡Todos!".