viernes, 24 de diciembre de 2010

2011 ECUMÉNICO

Representantes ortodoxos auguran al Papa un “2011 ecuménico”
Ambiente festivo durante la audiencia general
CIUDAD DEL VATICANO, miércoles 22 de diciembre de 2010 (ZENIT.org).- En medio de un ambiente ya festivo, el Papa Benedicto XVI recibió, de una delegación ortodoxa, las felicitaciones navideñas, junto con el deseo de un nuevo año “ecuménico”, al terminar la Audiencia General.
Tras los saludos en distintos idiomas, a los peregrinos procedentes de todo el mundo, el Papa recibió la felicitación de Navidad del metropolita ruso de Chersoneso, Innokentij, y del abba Yoseph, arzobispo de la Iglesia ortodoxa etíope.
Ambos dieron al Papa “una cordial felicitación de Navidad” con la esperanza de que “el año 2011 traiga nuevos progresos en el diálogo ecuménico”, según recoge L'Osservatore Romano en su edición de hoy.
Otra de las personas que se acercó a saludar al Papa fue el sacerdote y escritor español Jesús Sánchez Adalid, conocido autor de novelas históricas, como El cautivo y La Sublime Puerta.
Sánchez Adalid había acudido a Roma al frente de un grupo de peregirnos de su parroquia de Alange, en la dióceiss de Mérida-Badajoz.
También presentaron al Papa la primera edición en alemán de las Fuentes Franciscanas, en una edición preparada por el experto protestante Dieter Berg, así como un volumen, por parte del director de los Museos Vaticanos, Antonio Paolucci, titulado Memento Aquila, sobre los efectos en el patrimonio histórico provocado por el terremoto en esta ciudad italiana.
Además, el Centro Santo Domingo de Bolonia le regaló una colección de escirtos de su fundador, padre Michele Casali, y un grupo de escritores, entre los que figuran el director de L'Osservatore Romano, Gian Maria Vian, y Giuseppe Costa, director de la Libreria Editrice Vaticana, le regalaron el libro Invito alla lettura (Invitación a la lectura), publicado junto a la opera omnia de Joseph Ratzinger.
Un grupo musical italiano, los zampognari del Matese (Bojano, sur de Italia) amenizaron en encuentro con melodías navideñas, mientras que una delegación de la ciudad de Bolsena (cerca de Roma) ofreció al Papa peces del lago, una antigua tradición que se reanudó bajo el pontificado de Pablo VI.

miércoles, 22 de diciembre de 2010

JERUSALÉN - NAVIDAD

Mensaje de Navidad del Patriarca de Jerusalén
JERUSALÉN, martes 21 de diciembre de 2010 (ZENIT.org).- Por su interés, ofrecemos a continuación el mensaje que el Patriarca de Jerusalén, monseñor Fouad Twal, ha hecho llegar a los fieles del Patriarcado Latino.
* * * * *
Os saludo cordialmente a todos vosotros, periodistas presentes, y os doy las gracias por vuestro servicio de información y de formación, además de por el compromiso por la verdad. El mensaje del reciente Sínodo para Oriente Medio ha reconocido la importancia de vuestro papel: Apreciamos el papel de los medios de comunicación escrita y audiovisual. Os damos las gracias a vosotros, periodistas, por vuestra colaboración con la Iglesia para la difusión de sus enseñanzas y de sus actividades (Nuntius 4.4).
A todos vosotros y a todos los habitantes de Israel, Palestina, Jordania y Chipre, auguro una Feliz Navidad y Año Nuevo lleno de sorpresas, tanto a nivel mundial, como a nivel local y personal, un año de paz y de prosperidad.
Saludo a los obispos presentes: monseñor Giacinto - Boulos Marcuzzo, nuestro vicario patriarcal para Israel, y al nuevo obispo auxiliar y vicario patriarcal para Jerusalén y los Territorios Palestinos, monseñor William Shomali, que fue consagrado el pasado mayo y que ahora nos ayuda con nuevas energías en nuestra misión. Saludo también al rev. P. David Neuhaus, SJ, nuestro vicario patriarcal en Israel para la comunidad de lengua hebrea y le doy las gracias por su importante trabajo.
Como el año pasado, quisiera hacer un breve balance de los acontecimientos importantes que han marcado este año especialmente en nuestro Oriente Medio. Quisiera subrayar ante todo los aspectos positivos,aunque sin omitir los motivos de sufrimiento y de preocupación que quedan.
1. Damos las gracias al Santo Padre por haber convocado el Sínodo para Oriente Medio, celebrado en Roma del 10 al 24 de octubre. En esa ocasión pudimos poner el dedo en nuestras llagas y en nuestros miedos, pero al mismo tiempo, también expresar nuestras expectativas y nuestras esperanzas. El Sínodo invitó a los cristianos de Oriente Medio a vivir como buenos creyentes y como buenos ciudadanos.
La fe, lejos de alejarnos de la vida pública, debería hacernos estar más implicados en la edificación de nuestras respectivas sociedades, tanto en en los países árabes como en Israel. El Sínodo subrayó también la importancia del diálogo ecuménico e interreligioso. Esperemos que este diálogo pueda progresar no solamente dentro de los círculos intelectuales, entre expertos y teólogos, sino en todas las clases de la sociedad, convirtiéndose cada vez más en un diálogo de vida.
El Sínodo condenó la violencia, el fundamentalismo religioso, el antisemitismo, el antijudaísmo, el anticristianismo y la islamofobia, e invitó a las religiones a “asumir sus responsabilidades en la promoción del diálogo de las culturas y de las civilizaciones en nuestra región y en el mundo entero" (Mensaje, 11).
2. El turismo religioso y las peregrinaciones a Tierra Santa están conociendo cifras récord. Hasta el mes de noviembre de 2010 tres millones de personas han visitado Tierra Santa. Este número podría aumentar hasta alcanzar los 3.400.000 visitantes, cifra nunca alcanzada hasta ahora, ni siquiera en el año jubilar del 2000, que había obtenido, por lo demás, resultados considerables.
Esto se refleja de modo significativo la dimensión universal de Jerusalén, de Belén, de Nazaret, la buena acogida reservada a los peregrinos por nuestro pueblo y por nuestras iglesias y el trabajo de calidad llevado a cabo por los Ministerios de Turismo en Israel y en Palestina.
3. Deseo también subrayar la mejoría respecto a la obtención de visados para religiosos, seminaristas y voluntarios.
4. El pasado 7 de diciembre se retomaron los coloquios entre la Santa Sede y la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), con el objetivo de poner en práctica el Acuerdo de base estipulado en 2000. Estos se refieren principalmente a la libertad religiosa y la legislación en materia fiscal. Rezamos por el éxito de estos coloquios y de la misma forma por los que ya están en marcha con Israel.
5. Tuve el placer de visitar, el pasado noviembre, diversos países de América Latina: Chile, Argentina, Honduras y Colombia. Pude encontrarme con los obispos de estos países, con las máximas autoridades civiles, y sobre todo con nuestros fieles que viven “en diaspora”. Sólo en Chile hay más de 400.000. Se trata en su mayor parte de emigrados entre 1900 y 1950 a causa de problemas debidos a la pobreza y a las condiciones de inseguridad. Actualmente están bien integrados, muchos de ellos han expresado su disponibilidad para sostener nuestros proyectos y para venir en peregrinación a Tierra Santa.
Entre estos grandes proyectos que el Patriarcado Latino está intentando llevar a cabo, deseo mencionar el nuevo Hospital Psiquiátrico de Belén, que llevará el nombre de Benedicto XVI, la Universidad de Madaba, que comenzará su actividad el próximo octubre, y el nuevo Sitio para peregrinos en Jordania, en los lugares del Bautismo de Cristo.
6. Recientemente ha causado gran preocupación el incendio que ha devastado bosques enteros en las zonas de Haifa. Presentamos nuestras condolencias a las familias de las víctimas y expresamos nuestra admiración por el valor manifestado por aquellos que han muerto cumpliendo con su deber. En este triste acontecimiento hemos experimentado una gran solidaridad internacional. El hecho de que la Autoridad Palestina haya puesto a disposición cuadrillas de bomberos ha sido además un gesto muy significativo. Puede representar el comienzo de una colaboración fructífera que esperamos que pueda continuar en condiciones favorables, cuando la paz tan deseada reine sobre esta tierra martirizada.
7. Al respecto, nos hace sufrir el fracaso de las conversaciones de paz dirigidos entre Israel y la Autoridad Palestina. Pero este fracaso no puede dejarnos en la desesperación. Seguimos creyendo que en ambas partes en conflicto, así como en la comunidad internacional, hay personas de buena voluntad, que se prodigarán para unir sus energías y su compromiso por la paz. Creemos que nada es imposible para Dios y deseamos que pueda cumplirse el deseo pronunciado por los ángeles la noche de Navidad: “¡Gloria a Dios en las alturas, y en la tierra, paz a los hombres amados por él” (Lc 2,14). Deseamos al mismo tiempo que Europa pueda jugar un papel más importante en este proceso.
8. Hemos quedado afectados y turbados frente a la masacre llevada a cabo contra los cristianos de Bagdad en la Iglesia de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro. Estas víctimas inocentes se añaden a las miles de víctimas del fundamentalismo y de la violencia, plagas que están afligiendo a Iraq. Deseo por tanto referirme a las palabras pronunciadas por el Santo Padre Benedicto XVI en esa ocasión: “Ante los crueles episodios de violencia, que siguen devastando las poblaciones de Oriente Medio, quisiera finalmente renovar mi llamamiento apremiante a la paz: esta es don de Dios, pero es también el resultado de los esfuerzos de los hombres de buena voluntad, de las instituciones nacionales e internacionales. ¡Que todos unan sus fuerzas para que termine toda violencia!
Queridos amigos, dejadme terminar este mensaje formulando mis cordiales augurios de una reconciliación entre nuestros pueblos, entre israelíes y palestinos. Es tiempo de comprometerse juntos por una paz sincera, justa y definitiva.
Que la alegría de la Navidad se difunda en vuestros corazones. Feliz Navidad.
+Fouad Twal, Patriarca Latino

miércoles, 15 de diciembre de 2010

CARTA DE TAIZÉ

La carta anual de Taizé recuerda los dramas de Chile y Haití
Publicada la “Carta de Chile” del Hermano Alois
TAIZÉ, martes 14 de diciembre de 2010 (
ZENIT.org).- Las dificultades y las alegrías como parte de la vida y en concreto de los acontecimientos producidos durante el año que concluye en América Latina están presentes en la Carta de Chile, que acaba de publicar el prior de la comunidad ecuménica de Taizé, el Hermano Alois.
“En nuestras existencias, atravesamos dificultades y sufrimientos, a veces durante largos períodos -se lee en la
Carta-. Pero quisiéramos buscar siempre reencontrar la alegría de vivir”.
La carta se ha publicado tras el segundo encuentro internacional promovido por la comunidad en América Latina, celebrado en Santiago de Chile del 8 al 12 de diciembre.
La alegría, constata el Hermano Alois en el documento para la reflexión, “se despierta por el asombro de un encuentro, por la duración de una amistad, por la creación artística, o también, por la belleza de la naturaleza...”.

“El amor que se nos muestra hace nacer una felicidad que colma poco a poco el fondo del alma”, añade.
Respecto a la fuente de esa alegría, explica que “no depende solamente de circunstancias momentáneas, viene de la confianza en Dios”.
Según el Hermano Alois, “la opción por la alegría es inseparable de la opción por el hombre. Ella nos colma de una compasión sin límites”.
También reconoce que “la acumulación exagerada de bienes materiales mata la alegría” y que la felicidad se encuentra en un estilo de vida sobrio, en trabajar para dar un sentido a la existencia y en compartir con los demás.
Sufrimiento y solidaridad
En la introducción de la carta, el prior de Taizé explica que, al convocar el encuentro de este mes en Santiago, “no imaginábamos que este año 2010 sería para los chilenos un período en el que las dificultades estarían a la altura de las alegrías”.
Se refiere la alegría causada por la salvación de los 33 mineros que subieron a la superficie de la tierra tras un accidente en la mina y al terremoto del pasado mes de febrero.
“Al mismo tiempo que los chilenos celebraban, con otros países latinoamericanos, el bicentenario del advenimiento de la República, la violencia de la tierra y el mar les infringía profundos sufrimientos”.
También ora ante el “enorme sufrimiento” provocado por el terremoto producido en enero de este año en Haití, país que los hermanos de Taizé tienen previsto visitar a finales de este mes de diciembre para expresar su solidaridad y admiración por este pueblo.
La carta reconoce la “bella generosidad con la que innumerables personas han ayudado a las víctimas de las dramáticas catástrofes naturales”.
Y destaca que los cristianos de América Latina nos recuerdan que “el combate contra la pobreza es un combate por la justicia, la justicia en las relaciones internacionales, no el asistencialismo”.
El Hermano Alois indica como signos de nuestro tiempo la inmigración y la creciente pobreza en el interior de los países ricos.
La carta recuerda que “el Evangelio nos anima a ir aún incluso más lejos: la justicia debe prolongarse en el perdón”.
Y ante las situaciones “en las que no conseguimos perdonar”, continúa, “debemos recordar que el perdón de Dios no falla nunca”.
“Acoger y transmitir el perdón de Dios: ése es el camino que Cristo ha abierto”, concluye, “el perdón recibido o dado es creador de alegría” y fuente de paz.

sábado, 11 de diciembre de 2010

CARDENAL KURT KOCH SOBRE SU DICASTERIO

Cardenal Kurt Koch habla sobre el cincuentenario de su dicasterio (II)
Entrevista con el presidente del Consejo Pontificio para la unidad de los cristianos
CIUDAD DEL VATICANO, viernes 10 de diciembre de 2010 (
ZENIT.org).- La imagen de San Pedro y San Andrés Apóstol, discípulos de Cristo, cabezas de la Iglesia católica y ortodoxa respectivamente, se encuentra en la puerta de las oficinas del Consejo Pontificio para la promoción de Unidad de los cristianos, ubicadas en la vía de la Conciliación, antes de llegar a la Plaza de San Pedro, como símbolo de hermandad y de diálogo entre las iglesias cristianas.
Este dicasterio, que celebra este año sus bodas de oro, busca el diálogo y la promoción del espíritu ecuménico entre los cristianos según el decreto conciliar Unitatis redintegratio (1964).
Tiene también la misión de nombrar los observadores o "delegados fraternos" de otras Iglesias y Comunidades eclesiales, con motivo de la celebración de grandes acontecimientos de la Iglesia católica.
Sobre la historia, los desafíos y los frutos del Consejo Pontificio para la promoción de la Unidad de los Cristianos, ZENIT entrevistó al cardenal suizo Kurt Koch, quien hace cuatro meses fue nombrado por el Papa Benedicto XVI como nuevo presidente de este dicasterio. Recibió el capelo cardenalicio el pasado 20 de noviembre.
La primera parte de esta entrevista se publicó en el servicio de ayer jueves 9 de diciembre.
- ¿Cómo nació este dicasterio?
Cardenal Koch: En 1960 el santo padre Beato Juan XIII quiso que la dimensión ecuménica fuese uno de los principales puntos a tratar del Concilio Vaticano II. Por ello creó el secretariado para la unidad de los cristianos – así se llamaba anteriormente. Nombró como primer director al cardenal jesuita Agustín Bea. En 1988 el Papa Juan Pablo II transformó el Secretariado en Consejo Pontificio para la Promoción de la Unidad de los Cristianos.
- ¿Cuáles considera que son los principales frutos de estos 50 años de trabajo?
Cardenal Koch: Creo que la dimensión ecuménica ya no es un pensamiento extraño, sino una dimensión necesaria e importante para la Iglesia, como dijo Juan Pablo II en su encíclica Ut un sint (1995). Cuando Benedicto XVI fue elegido Papa, en su primer mensaje dijo que el ecumenismo iba a ser uno de los principales desafíos de su pontificado. Este es uno de los frutos principales.
Luego tenemos varios frutos específicos como el diálogo con las iglesias ortodoxas que ha avanzado mucho. También el ecumenismo en la situación de Oriente. Hay algunos frutos que hemos recogido con los luteranos y los metodistas.
- ¿Cree que el encuentro histórico que tuvo el papa Pablo VI con el patriarca Atenágoras I en 1964 forma parte de los frutos de este dicasterio?
Cardenal Koch: Sí. Forma parte del primer encuentro del Papa, obispo de Roma y el patriarca ecuménico. Después de este acontecimiento tenemos la costumbre de la visita recíproca de una delegación de Constantinopla que viene a la fiesta del 29 de junio de San Pedro y San Pablo y una delegación de la Santa Sede que viaja a Constantinopla cada 30 de noviembre para la fiesta de San Andrés apóstol, patrono de los ortodoxos. Pedro y Andrés son hermanos. La Iglesia de Roma y de Constantinopla son las iglesias hermanas.
- Por otro lado, ¿usted cree que la reciente beatificación del cardenal Newman puede ser también uno de los frutos de este dicasterio?

viernes, 10 de diciembre de 2010

50 AÑOS DEL CONSEJO PONTIFICIO

Cardenal Kurt Koch habla sobre el cincuentenario de su dicasterio (II)Entrevista con el presidente del Consejo Pontificio para la unidad de los cristianos.

CIUDAD DEL VATICANO, viernes 10 de diciembre de 2010 (
ZENIT.org).- La imagen de San Pedro y San Andrés Apóstol, discípulos de Cristo, cabezas de la Iglesia católica y ortodoxa respectivamente, se encuentra en la puerta de las oficinas del Consejo Pontificio para la promoción de Unidad de los cristianos, ubicadas en la vía de la Conciliación, antes de llegar a la Plaza de San Pedro, como símbolo de hermandad y de diálogo entre las iglesias cristianas.
Este dicasterio, que celebra este año sus bodas de oro, busca el diálogo y la promoción del espíritu ecuménico entre los cristianos según el decreto conciliar Unitatis redintegratio (1964).
Tiene también la misión de nombrar los observadores o "delegados fraternos" de otras Iglesias y Comunidades eclesiales, con motivo de la celebración de grandes acontecimientos de la Iglesia católica.
Sobre la historia, los desafíos y los frutos del Consejo Pontificio para la promoción de la Unidad de los Cristianos, ZENIT entrevistó al cardenal suizo Kurt Koch, quien hace cuatro meses fue nombrado por el Papa Benedicto XVI como nuevo presidente de este dicasterio. Recibió el capelo cardenalicio el pasado 20 de noviembre.
La primera parte de esta entrevista se publicó en el servicio de ayer
jueves 9 de diciembre.
- ¿Cómo nació este dicasterio?
Cardenal Koch: En 1960 el santo padre Beato Juan XIII quiso que la dimensión ecuménica fuese uno de los principales puntos a tratar del Concilio Vaticano II. Por ello creó el secretariado para la unidad de los cristianos – así se llamaba anteriormente. Nombró como primer director al cardenal jesuita Agustín Bea. En 1988 el Papa Juan Pablo II transformó el Secretariado en Consejo Pontificio para la Promoción de la Unidad de los Cristianos.
- ¿Cuáles considera que son los principales frutos de estos 50 años de trabajo?
Cardenal Koch: Creo que la dimensión ecuménica ya no es un pensamiento extraño, sino una dimensión necesaria e importante para la Iglesia, como dijo Juan Pablo II en su encíclica Ut un sint (1995). Cuando Benedicto XVI fue elegido Papa, en su primer mensaje dijo que el ecumenismo iba a ser uno de los principales desafíos de su pontificado. Este es uno de los frutos principales.
Luego tenemos varios frutos específicos como el diálogo con las iglesias ortodoxas que ha avanzado mucho. También el ecumenismo en la situación de Oriente. Hay algunos frutos que hemos recogido con los luteranos y los metodistas.
- ¿Cree que el encuentro histórico que tuvo el papa Pablo VI con el patriarca Atenágoras I en 1964 forma parte de los frutos de este dicasterio?
Cardenal Koch: Sí. Forma parte del primer encuentro del Papa, obispo de Roma y el patriarca ecuménico. Después de este acontecimiento tenemos la costumbre de la visita recíproca de una delegación de Constantinopla que viene a la fiesta del 29 de junio de San Pedro y San Pablo y una delegación de la Santa Sede que viaja a Constantinopla cada 30 de noviembre para la fiesta de San Andrés apóstol, patrono de los ortodoxos. Pedro y Andrés son hermanos. La Iglesia de Roma y de Constantinopla son las iglesias hermanas.
- Por otro lado, ¿usted cree que la reciente beatificación del cardenal Newman puede ser también uno de los frutos de este dicasterio?
Cardenal Koch: Sí, porque Newman es muy conocido y muy venerado entre los católicos y entre los anglicanos. Porque esta fiesta de beatificación en Birmingham era un evento ecuménico.
- ¿También la constitución apostólica Anglicanorum coetibus?
Card Kurt Koch: En la Santa Sede hacemos una diferencia. Este dicasterio es responsable del diálogo. La constitución Anglicanorum coetibus sobre estos creyentes, sacerdotes y obispos anglicanos que quieren regresar a la Iglesia católica, es responsabilidad de la Congregación para la Doctrina de la fe.
La conversión de los fieles es algo que siempre ocurre en la Iglesia. La novedad, esta vez es que vienen grupos de creyentes, sacerdotes y obispos. Todas las personas que quieren entrar a la Iglesia, el Santo Padre les quiere abrir la puerta. Para nosotros no es un peligro para el diálogo ecuménico. Este sigue su curso.
- ¿Cuáles cree que son los principales obstáculos para el diálogo con las iglesias ortodoxas y con las iglesias orientales antiguas, y con las que nacieron luego de la llamada reforma protestante?
Cardenal Koch: Aunque tenemos un gran fundamento común en la fe, tenemos especialmente otra cultura con las iglesias y comunidades orientales. Por ejemplo, para el diálogo ecuménico con la Iglesia está la cuestión del primado del Obispo de Roma. En cambio con las iglesias nacidas luego de la Reforma hay más puntos culturales que nos unen, pero hay toda una eclesiología que debemos discutir.
- Acaba de pasar el sínodo del Medio Oriente y hay muchas iglesias antiguas que han alcanzado la plena comunión con la Iglesia católica. ¿Como ha sido esta experiencia de comunión entre las iglesias sui iuris a pesar de las diferencias culturales entre los ritos?
Cardenal Koch: Estas Iglesias son una gran riqueza para nuestra Iglesia Universal. Son fieles al Santo Padre y permanecen fieles a su magisterio. Pueden ser un puente de ecumenismo como se ve en el decreto conciliar Orientalium Ecclesiarum del Concilio Vaticano II sobre las iglesias orientales católicas.
Creo que este sínodo ha tenido dos frutos centrales que todas las iglesias del Oriente Medio se hayan reunido en una asamblea de dos semanas y puedan vivir la comunidad entre ellos, creo que esto es una gran iniciativa y una bella experiencia.
Se ha hablado de la situación tan difícil en estas iglesias de esta zona del planeta y más ahora a nivel de la Iglesia universal y de cómo los católicos y cristianos de todas las iglesias locales ven la necesidad de ayudar estas iglesias y de soportar y vivir en una gran solidaridad con estos cristianos del Oriente Medio.
- ¿Cree que hace un siglo hubiera sido posible crear un dicasterio como este, con el objetivo de propiciar un espacio para el diálogo ecuménico? ¿O cree que esto sea fruto de un nuevo tiempo?
Cardenal Koch: En la primera encíclica de Pablo VI Ecclesiam Suam sobre el mandato de la Iglesia en el mundo contemporáneo, el pontífice hablaba del principio del diálogo. Cada pontífice responde a su tiempo y a sus desafíos.
La Iglesia está abierta también a una nueva evangelización que ha querido el Papa Benedicto XVI y va en la misma vista de apertura y de profundizar la misión de la Iglesia en países secularizados que tienen una gran tradición cristiana pero que la están olvidando. Es necesaria una nueva evangelización.

IGLESIA CATÓLICA Y CONSEJO ECUMÉNICO

Iglesia católica y Consejo Ecuménico de las Iglesias establecen cita anual
Fruto de la visita a Roma del secretario general del KEK
ROMA, jueves 9 de diciembre de 2010 (
ZENIT.org).- El Consejo Pontificio para la Promoción de la Unidad de los Cristianos y el Consejo Ecuménico de las Iglesias (KEK) han establecido celebrar un encuentro anual entre sus representantes.
Se trata del “fruto más maduro de la reciente visita a Roma del secretario general del Consejo Ecuménico de las Iglesias de Ginebra”, el pastor luterano Noruego Olav Fykse Tveit, según la edición de este miércoles de L'Osservatore Romano.
La nueva cita anual tiene como objetivo “definir una metodología de testimonio y de anuncio común del Evangelio, para hablar al mundo con una única voz, sobre todo sobre temas éticos y teológicos”, explica el periódico vaticano.
Estos nuevos encuentros se celebrarán cada año en un ámbito más cercano que el grupo mixto de trabajo conjunto de la Iglesia católica y el Consejo Ecuménico de las Iglesias, actualmente el instrumento principal de sus relaciones. Esa entidad consultiva fue creada en 1965 y la forman 36 miembros, 18 de cada parte.
La decisión de establecer estos encuentros anuales se tomó en concreto durante la visita de Tveit al presidente del dicasterio para la unidad de los cristianos, el cardenal Kurt Koch.
Y fue posible gracias a las “relaciones positivas” que existen actualmente entre la Iglesia católica y el Consejo Ecuménico de las Iglesias, explicó el oficial del Consejo Pontificio para la Promoción de la Unidad de los Cristianos que acompañó al reverendo Tveit en todas las etapas de su estancia en Roma, el sacerdote Gosbert Byamungu.
Según Byamungu, esas relaciones “ayudan todo movimiento” y cuando, “como en nuestro caso, hay amistad y confianza, podemos empezar a hablar de los problemas más candentes y difíciles, que hasta ahora se han evitado”.
Durante su visita a Roma, el secretario general del Consejo Ecuménico de las Iglesias fue recibido en el Vaticano, donde mantuvo un encuentro con Benedicto XVI y con representantes de la secretaría de Estado y del Consejo Pontificio para la Promoción de la Unidad de los Cristianos.
Estuvo acompañado por el vicesecretario general del Consejo Ecuménico de las Iglesias, Georges Lemopoulos, y por John Gibaut, director de la Comisión Fe y Constitución, de la que Joseph Ratzinger fue miembro entre los años 1968 y 1975.
La audiencia con el Papa duró aproximadamente un cuarto de hora, durante el cual Benedicto XVI alentó a Tveit en su misión y le aseguró el apoyo de la Iglesia católica.
Según un comunicado publicado en la web del Consejo Ecuménico de las Iglesias, en el encuentro, Benedicto XVI y el pastor Tveit abordaron varios temas, entre ellos la unidad visible de la Iglesia.
El Papa expresó interés en “cómo estamos desarrollando y planificando nuestro trabajo futuro”, explicó Tveit.
Además, Benedicto XVI exhortó a “poner la Biblia en el centro de los coloquios y de las reflexiones teológicas, para reforzar la unidad visible de los cristianos”.
El Papa y el secretario general del Consejo Ecuménico de las Iglesias también trataron la situación de los cristianos en Oriente Medio y cómo apoyarlos.
Constataron el descenso del número de cristianos, en particular en Irak, y hablaron de la situación en Israel y en los territorios palestinos, donde según Tveit “las Iglesias deben dar testimonio en unidad”.
El secretario general del Consejo Ecuménico de las Iglesias explicó que el Papa y él compartieron la idea de que en Oriente Medio “la situación de las Iglesias en Oriente Medio está ligada al contexto político y a la realidad política”.

miércoles, 8 de diciembre de 2010

LAS IMÁGENAS SAGRADAS

Las imágenes sagradas y el magisterio de la Iglesia

Por Rodolfo Papa*
ROMA, martes 7 de diciembre de 2010 (
ZENIT.org).- Un lejano concilio, el Concilio de Nicea II en el año 787, definió la corrección del uso de las imágenes en la Iglesia, poniendo autorizadamente fin a las tentaciones iconoclastas. Y sin embargo en nuestra contemporaneidad, dominada por el uso obsesivo de lo que se ve, las iglesias a menudo se proyectan y realizan con una postura que si se mira de cerca, parece nuevamente iconoclasta: las paredes están desnudas, no hay imágenes, como mucho, elementos simbólicos estilizados, que aplican lenguajes prestados de experiencias artísticas alejadas del cristianismo, si no incluso contrarias a él.
Es oportuno por tanto recorrer la antigua vía de la legitimación de las imágenes. Partamos precisamente del Concilio de Nicea II, analizando sus precisas indicaciones: nosotros definimos con todo rigor y cuidado que, a semejanza de la representación de la cruz preciosa y vivificante, así las venerables y santas imágenes, tanto pintadas como en mosaico o en cualquier otro material adecuado, deben ser expuestas en las santas iglesias de Dios, sobre los ornamentos sagrados, sobre las vestiduras sagradas, en las paredes y en las tablas, en las casas y en las calles. Las imágenes sagradas se colocan en el mismo plano que la representación de la cruz, y a semejanza de la cruz deben ser expuestas en todo lugar: en el contexto de la liturgia, en los lugares sagrados, pero también en la vida cotidiana, en los lugares privados como las casas, y en los lugares públicos como las calles. La universalidad del mensaje cristiano indica la medida de los lugares en los que exponer las imágenes, es decir, todos los lugares. Las imágenes sagradas deben además estar presentes en los ornamentos sagrados y también en las vestiduras. No se detalla la técnica, de hecho las imágenes pueden ser pintadas, en mosaico, o en cualquier otra técnica oportuna, pero se precisa el sujeto: que sean la imagen del señor Dios y Salvador nuestro Jesucristo, o la de la Inmaculada Señora nuestra, la Santa Madre de Dios, de los santos ángeles, de todos los santos y justos. Por tanto se trata claramente de imágenes que representan prioritariamente a Jesucristo, cuya encarnación es el principio fundacional del arte sacro figurativo, y también la Madre del Señor, los ángeles, los santos y los justos, es decir, todo el cuerpo de la Iglesia, su misterio y su historia.
El Concilio precisa también los motivos y las finalidades de las imágenes sagradas: De hecho, cuando más prudentemente estas imágenes son contempladas, tanto más quienes las contemplan son llevados al recuerdo y al deseo de los modelos originales y a tributarles, besándolas, respeto y veneración. La contemplación de las imágenes induce al recuerdo y al deseo de los sujetos representados; se trata por tanto de una dinámica cognoscitiva y afectiva, que parte de la imagen representada pero termina en el sujeto real; es análoga, podríamos decir, a la función que tienen las fotografías de nuestros seres queridos, que nos recuerdan a las personas amadas. Mantener vivo el recuerdo y el deseo constituye un cuidado importante de la propia fe, el cultivo de la propia vida espiritual.Se trata de una relación no idolátrica, porque el fin de la adoración no es la imagen, sino el sujeto representado. De hecho, el Concilio pone cuidado en prevenir y dejar al margen los excesos que habían estado presentes en el Oriente cristiano, y que habían también inducido, por contraste, la reacción iconoclasta. No se trata, ciertamente, de una verdadera adoración (latría), reservada por nuestra fe sólo a la naturaleza divina, sino de un culto similar al que se hace a la imagen de la cruz preciosa y vivificante, a los santos evangelios y a los demás objetos sagrados, honrándolos con la ofrenda del

lunes, 6 de diciembre de 2010

Pastor luterano y El Papa

El Papa recibe al secretario general del Consejo Ecuménico de las Iglesias
El pastor luterano Olav Fykse Tveit
CIUDAD DEL VATICANO, domingo 5 de diciembre de 2010 (
ZENIT.org).- Benedicto XVI recibió este sábado 4 de diciembre en el Vaticano al secretario general del Consejo Ecuménico de las Iglesias (COE), el pastor luterano de la Iglesia de Noruega Olav Fykse Tveit, con su séquito.
Según Radio Vaticano, el nuevo secretario general, elegido el pasado mes de enero, comenzó, como suele hacerse tras su elección, una visita oficial de tres días al Papa y al Consejo Pontificio para la Promoción de la Unidad de los Cristianos.
Durante su estancia en Roma, la delegación del COE también será acogida en la sede de la Comunidad de San Egidio para la celebración de una oración ecuménica durante la cual el pastor luterano pronunciará una homilía.
Con el objetivo de trabajar por la unidad de los cristianos, el Consejo Ecuménico de las Iglesias reúne a 349 Iglesias, denominaciones y comunidades de Iglesias de más de un centenar de países y territorios de todo el mundo.
Representa a más de 560 millones de cristianos e incluye la mayor parte de las Iglesias ortodoxas, un gran número de Iglesias anglicanas, bautistas, luteranas, metodistas y reformadas, así como numerosas Iglesias unidas e independientes.

miércoles, 1 de diciembre de 2010

LA VIDA DEL BEATO NEWMAN

Se rueda la vida del beato Newman
Con guión y dirección de Liana Marabini
ROMA, martes, 30 noviembre 2010 (
ZENIT.org).- La vida del beato John Henry Newman está ya en fase de rodaje cinematográfico. El cardenal, que se convirtió del anglicanismo al catolicismo, beatificado por Benedicto XVI en su reciente viaje al Reino Unido, tiene una apasionante biografía que en el cine se llamará The Unseen World.
Tras hacer The Gardener of God y Vivaldi, Liana Marabini, hitoriadora, escenógrafa y directora de cine, especializada en Historia de la Iglesia, ha decidido cumplir un sueño largamento acariciado: dar a conocer al gran público una figura tan significativa como la del cardenal Newman.
Marabini acaba de rodar otro filme: Scripta manent, en el Principado de Mónaco.
Entrevistada por el diario Il Giornale de Italia, el 23 de noviembre, la directora que es también productora de la película, en medio del rodaje, explica el por qué de la decisión de hacer este filme: “Para mí, Newman es el sacerdote ideal, una inspiración para los demás sacerdotes. Es el santo de las conversiones, pero el filme se centra en la historia de amor absoluto de Newman con Dios que le lleva a llorar de conmoción y de alegría por Él incluso cuando le asaltan las dudas”.
Marabini desgrana al diario italiano otros argumentos no sólo complejos como la conversión, la liturgia, la traición y la castidad de los sacerdotes, que el mismo Newman afrontó en una Inglaterra victoriana y protestante.
Newman es interpretado por Murray Abraham, premio Oscar por Amadeus, quien aparte de su parecido con el cardenal inglés, es considerado una óptima elección para el papel por parte de este diario.
La directora subraya que los textos de la película con auténticos: “las palabras son de Newman”, así como son de época los ornamentos, donados por la cineasta a los Museos Vaticanos.
Explica también que están rodando en todos los lugares de Newman: cerca de un tercio de la película transcurre en escenarios históricos. Después de Roma, a finales de año, el equipo de rodaje se trasladará a Inglaterra donde rodarán en Littlemore, Oscott, Birminghan y Oxford, y se unirán al rodaje los actores Nastassja Kinski y Christopher Lambert. The Unseen World llegará a los cines de todo el mundo a mediados de 2011.
El título --El mundo invisible, en español- representa la relación metafísica que existe entre el hombre y Dios. Un tema explicado por el teólogo Newman en sus numerosos escritos filosóficos, catequéticos y doctrinales.
El beato inglés fue en su vida un puente de diálogo entre dos tradiciones cristianas y es esto lo que subrayó su reciente beatificación en Inglaterra.
Para saber más sobre la figura de Newman

BENEDICTO XVI A BARTOLOMÉ I

Mensaje del Papa al Patriarca de Constantinopla
Con motivo de la Fiesta de san Andrés
CIUDAD DEL VATICANO, martes 30 de noviembre de 2010 (
ZENIT.org).- Ofrecemos a continuación el mensaje que el Papa Benedicto XVI ha hecho llegar hoy, a través del cardenal Kurt Koch, presidente del Consejo Pontificio para la Unidad de los Cristianos, al Patriarca Ecuménico de Constantinopla, Bartolomé I.

* * * * *
A Su Santidad Bartolomé I
Arzobispo de Constantinopla
Patriarca Ecumenico
Con gran alegría, con ocasión de la Fiesta de San Andrés Apóstol, hermano de San Pedro y Patrono del Patriarcado Ecuménico, le dirijo este escrito, confiado al Venerado Hermano el cardenal Kurt Koch, presidente del Consejo Pontificio para la Promoción de la Unidad de los Cristianos, para augurar a Vuestra Santidad, a los miembros del Santo Sínodo, al clero, a los monjes y a todos los fieles abundancia de dones celestiales y de bendiciones divinas.
En este gozoso día de fiesta, junto con todos los hermanos y hermanas católicos, me uno a Usted en la acción de gracias a Dios por las maravillas que ha realizado, en su infinita misericordia, a través de la vida y el martirio de San Andrés. Los Apóstoles, ofreciendo generosamente su vida en sacrificio por el Señor y por sus hermanos, dieron testimonio de la Buena Noticia proclamada por ellos hasta los confines del mundo entonces conocido.
La Fiesta del Apóstol, que cae en este mismo día en los calendarios litúrgicos de Oriente y de Occidente, representa, para todos aquellos que por la gracia de Dios y el don del Bautismo aceptaron el mensaje de salvación, una fuerte invitación a renovar la propia fidelidad a la enseñanza de los Apóstoles y a convertirse en anunciadores incansables de la fe en Cristo, con la palabra y el testimonio de la vida.
En este tiempo nuestro, esta invitación es más urgente que nunca e interpela a todos los cristianos. En un mundo marcado por una creciente interdependencia y solidaridad, estamos llamados a proclamar con renovada convicción la verdad del Evangelio y a presentar al Señor resucitado como la respuesta a las preguntas y aspiraciones espirituales más profundas de los hombres y de las mujeres de hoy.
Para poder tener éxito en esta gran tarea, debemos continuar progresando en el camino hacia la plena comunión, mostrando que ya hemos unido nuestros esfuerzos por un testimonio común del Evangelio ante los hombres de nuestro tiempo. Por esta razón querría expresar mi sincera gratitud a Su Santidad y al Patriarcado Ecuménico por la generosa hospitalidad ofrecida el pasado octubre en la isla de Rodas a los Delegados de las Conferencias Episcopales de Europa, que se reunieron con representantes de las Iglesias Ortodoxas de Europa para el II Foro católico-ortodoxo sobre el tema “Relaciones Iglesia-Estado: perspectivas teológicas e históricas”.
Santidad, estoy siguiendo con atención sus sabios esfuerzos por el bien de la Ortodoxia y por la promoción de los valores cristianos en muchos contextos internacionales. Asegurándole un recuerdo en mis oraciones en esta Fiesta de San Andrés Apóstol, renuevo mis buenos deseos de paz, bienestar y abundantes bendiciones espirituales sobre usted y sobre todos los fieles.
Con sentimientos de estima y de cercanía espiritual, le extiendo con mucho gusto un abrazo fraterno en nombre de nuestro único Señor Jesucristo.
Desde el Vaticano, 30 de noviembre de 2010
BENEDICTUS PP XVI

RELIQUIAS DE SAN ANDRÉS

El Papa entrega a los ortodoxos unas reliquias de san Andrés
A través del cardenal Bertone, de viaje en Kazajstán
ASTANÁ, martes 30 de noviembre de 2010 (
ZENIT.org).- El cardenal Tarcisio Bertone, secretario de Estado, entregó hoy por la mañana, en nombre del Papa Benedicto XVI, unas reliquias de san Andrés al Metropolita Alexander, durante una celebración litúrgica en la catedral ortodoxa de la Asunción, en Astaná, capital de Kazajstán.
El purpurado, que se encuentra en el país con motivo de la Cumbre de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE), ha sido invitado también por las autoridades kazajas a una visita que concluirá el próximo sábado 4 de diciembre.
Se trata de un gesto de gran importancia ecuménica, pues este Apóstol, cuyos restos reposan en Amalfi (Italia) es muy venerado por la tradición bizantina.
San Andrés, hermano de san Pedro, es considerado el primer obispo de Bizancio (Constantinopla), y venerado por los ortodoxos como su fundador. La tradición afirma que evangelizó Grecia y la zona del Cáucaso, y que murió crucificado en Acaya.
Sus restos fueron robados de Constantinopla por los cruzados durante el siglo XIII, y trasladados a la ciudad italiana de Amalfi (cerca de Nápoles). La cabeza se trasladó en 1462 a la Basílica de San Pedro.
En un gesto histórico, el 5 de enero de 1964, el papa Pablo VI entregó la cabeza del santo al Patriarca Atenágoras I. Por su parte, el Patriarca de Constantinopla hizo entrega al papa Montini de un icono en el que san Andrés y san Pedro se abrazan, bajo la mirada de Cristo resucitado.
El cardenal Bertone quiso recordar aquel intercambio histórico, que supuso uno de los hitos en el diálogo ecuménico, con el que puso en continuidad el gesto realizado hoy en Astaná.
“Hoy, en este grato encuentro con vosotros, tengo la especial alegría de cumplir el alto encargo que me confió el Santo Padre Benedicto XVI, de entregaros un fragmento de las insignes Reliquias del Apóstol san Andrés, que se veneran en Italia, en la ciudad de Amalfi”, afirmó el purpurado.
El secretario de Estado hizo entrega de las reliquias al Metropolita Alexander. Son dos reliquias, que serán custodiadas en Astaná, una en la catedral ortodoxa y otra en la católica.
Este gesto responde a la petición que tanto el Metropolita ortodoxo como el arzobispo católico hicieron al Papa, quien por su parte “decidió destinar a las respectivas iglesias dos fragmentos de las preciosas Reliquias. Esta elección reviste profundo significado, en cuanto que subraya la común veneración de los Apóstoles”, afirmó el cardenal Bertone.
Hacia la unidad
En la
homilía pronunciada hoy en la catedral ortodoxa, el cardenal Bertone quiso también hacer llegar al Patriarca de Moscú, del que depende canónicamente la Iglesia ortodoxa kazaja, un saludo personal de parte del Papa Benedicto XVI.
La visita del cardenal Bertone es muy significativa, ya que no se producía una visita de un secretario de Estado (número dos en la jerarquía vaticana) a territorio del Patriarcado, desde la histórica visita del cardenal Agostino Casaroli en 1988.
El purpurado auguró que esta visita de hoy “pueda suscitar un renovado impulso a unir esfuerzos, para que en un futuro no lejano los discípulos de Cristo proclamen con una sola voz y un solo corazón el Evangelio, mensaje de esperanza para toda la humanidad”.
“Quiero subrayar que el acto de entrega hoy de la reliquia de san Andrés, que vosotros tanto veneráis, coincide precisamente con el día en el que, según el calendario de la Iglesia latina, se celebra su fiesta litúrgica”, añadió.
“Andrés fue el primero en ponerse en el seguiminto del Señor, Pedro fue llamado a confirmar a sus hermanos en la fe. Su abrazo bajo la mirada de Cristo es una invitación a proseguir en el camino emprendido, hacia ese objetivo de unidad que juntos pretendemos alcanzar”, concluyó.

HACIA LA PLENA COMUNIÓN

El Papa a Bartolomé I: Debemos seguir progresando hacia la plena comunión
En un mensaje por la fiesta de san Andrés enviado a través del cardenal Koch
ESTAMBUL, martes 30 de noviembre de 2010 (
ZENIT.org).- Benedicto XVI ha expresado al patriarca ecuménico de Constantinopla, Bartolomé I, la necesidad de seguir progresando hacia la plena comunión para lograr presentar a Cristo resucitado como la respuesta a los hombres de hoy.
Lo ha hecho en un mensaje por la fiesta de san Andrés, que le hizo llegar este martes a Estambul a través del presidente del Consejo Pontificio para la Unidad de los Cristianos, el cardenal Kurt Koch.
“Debemos continuar progresando en el camino hacia la plena comunión, demostrando que ya hemos unido nuestros esfuerzos por un testimonio común del Evangelio ante los hombres de nuestro tiempo”, indica el Papa en el texto, publicado por la Oficina de Información de la Santa Sede.
Según el Pontífice, ésta es una necesidad “para poder tener éxito en esta gran tarea” de “proclamar con renovada convicción la verdad del Evangelio y presentar al Señor resucitado como la respuesta a las preguntas y aspiraciones espirituales más profundas de los hombres y de las mujeres de hoy”.
Para Benedicto XVI, la fiesta del apóstol san Andrés “representa, para todos aquellos que por la gracia de Dios y el don del Bautismo aceptaron el mensaje de salvación, una fuerte invitación a renovar la propia fidelidad a la enseñanza de los apóstoles y a convertirse en anunciadores incansables de la fe en Cristo, con la palabra y el testimonio de la vida”.
“Esta invitación es más urgente que nunca e interpela a todos los cristianos” en este tiempo nuestro y “en un mundo marcado por una creciente interdependencia y solidaridad”, añade.
En su mensaje, el Obispo de Roma expresa su “sincera gratitud” a Bartolomé I y al patriarcado ecuménico por la “generosa hospitalidad” ofrecida el pasado octubre en Rodas a los delegados de las Conferencias Episcopales de Europa.
En esa isla griega, los representantes católicos se reunieron con representantes de las Iglesias ortodoxas de Europa para celebrar el II Foro católico-ortodoxo sobre el tema Relaciones Iglesia-Estado: perspectivas teológicas e históricas.
En el mensaje, autógrafo, el Papa le explica al patriarca ecuménico que está “siguiendo con atención sus sabios esfuerzos por el bien de la ortodoxia y por la promoción de los valores cristianos en muchos contextos internacionales”.
Benedicto XVI se une a él “en la acción de gracias a Dios por las maravillas que ha realizado, en su infinita misericordia, a través de la vida y el martirio de san Andrés”.
Le extiende “con mucho gusto un abrazo fraterno en nombre de nuestro único Señor Jesucristo” y renueva sus “buenos deseos de paz, bienestar y abundantes bendiciones espirituales”.
Y le asegura un recuerdo en sus oraciones en esta fiesta de san Andrés apóstol, que cae en este martes en los calendarios litúrgicos de Oriente y de Occidente.
El cardenal Koch leyó en público el mensaje del Papa y entregó un regalo a Bartolomé I durante las celebraciones de la fiesta de san Andrés en Estambul.
Por primera vez, este purpurado guiaba la delegación de la Santa Sede que como es habitual se trasladó a Estambul para celebrar la fiesta de san Andrés, en el marco del intercambio anual de delegaciones, católica y ortodoxa, por las respectivas fiestas de los santos patronos.
La delegación de la Santa Sede participó en la solemne divina liturgia presidida por Bartolomé I en la iglesia patriarcal del Fanar.
También mantuvo un encuentro con el patriarca y con la Comisión sinodal encargada de las relaciones con la Iglesia católica.

martes, 30 de noviembre de 2010

SAN ANDRÉS

Delegación de la Santa Sede celebrará san Andrés con los ortodoxos
Tradicional participación en la fiesta del Patriarcado de Constantinopla
ESTAMBUL, lunes 29 de noviembre de 2010 (
ZENIT.org).- Una delegación de la Santa Sede realizará la ya tradicional visita al patriarcado ecuménico de Constantinopla con motivo de la fiesta de san Andrés, que se celebra el 29 de noviembre y el 1 de diciembre.
La iniciativa se enmarca en el habitual “intercambio de delegaciones por las respectivas fiestas de los santos patronos, el 29 de junio en Roma para la celebración de los santos Pedro y Pablo y el 30 de noviembre en Estambul para la celebración de san Andrés”, comunicó este lunes la Oficina de Información de la Santa Sede.
La delegación vaticana está guiada por el presidente del Consejo Pontificio para la Promoción de la Unidad de los Cristianos, el cardenal Kurt Koch.
Lo acompañan el secretario del dicasterio, el obispo Brian Farrell, y el oficial de la Sección Oriental del mismo, Andrea Palmieri.
En Estambul, se unirá a la delegación el nuncio apostólico en Turquía, el arzobispo Antonio Lucibello.
El comunicado de la Santa Sede explica que “la delegación de la Santa Sede participará en la solemne Divina Liturgia presidida por Bartolomé I en la iglesia patriarcal del Fanal”.
También “habrá un encuentro con el patriarca y conversaciones con la Comisión sinodal encargada de las relaciones con la Iglesia católica”, añade el texto.
Según la tradición, Andrés predicó en Grecia, el mar Negro y el Cáucaso, y fue el primer obispo de Bizancio, un cargo que finalmente se convertiría en el patriarcado de Constantinopla. Por ello, es considerado cabeza de la Iglesia ortodoxa griega.
La tradición cuenta que fue crucificado en Acaya en una cruz en forma de "X". Sus restos, enterrados en Constantinopla, fueron robados por los cruzados en el siglo XIII, y devueltos por el papa Pablo VI a la Iglesia ortodoxa en 1964.

lunes, 29 de noviembre de 2010

ANGLICANOS Y CATÓLICOS


Después de la reciente visita del Papa al Reino Unido, no se han hecho espe­rar frutos providenciales. Las numero­sas peticiones de conversión de comu­nidades de la Iglesia Anglicana a la Iglesia Católica, que ya habían llegado a Roma anteriormente, se han incre­mentado en estos días. Concretamente cinco Obispos anglicanos han anuncia­do su renuncia a su ministerio pastoral en la Iglesia de Inglaterra y su deseo de entrar en la Iglesia Católica; harán efectiva esta renuncia el próximo día 31 de Diciembre. Estos clérigos angli­canos juntamente con sus grupos de fieles, empezarán a partir del 1 de Ene­ro un intenso período de preparación para ordenarse como sacerdotes cató­licos. Para la Iglesia Católica en Ingla­terra y para los fieles anglicanos que desean adherirse a ella esta Pascua próxima va a ser muy especial, hasta la fiesta de Pentecostés en la que reci­birán la ordenación sacerdotal católica los primeros ministros anglicanos. No hay duda de que el éxito de la visita de Benedicto XVI al Reino Unido ha disi­pado muchas dudas de aquellos angli­canos, que veían con interés la hipóte­sis de su acercamiento a la Iglesia Católica.

miércoles, 24 de noviembre de 2010

Mensaje del Papa a un congreso sobre John Henry Newman

Organizado por el “International Centre of Newman Friends”
ROMA, lunes 22 de noviembre de 2010 (
ZENIT.org).- Ofrecemos a continuación el mensaje que el Papa Benedicto XVI ha hecho llegar al Simposio “El primado de Dios en la vida y en los escritos del beato John Henry Newman, que se está celebrando en Roma, organizado por el Centro Internacional Amigos de Newman.
* * * * *

Al Reverendo Padre
HERMANN GEISSLER, F.S.O.
Director del International Centre of Newman Friends
Mientras está en mí aún viva la alegría por haber podido proclamar beato al cardenal John Henry Newman, durante mi reciente viaje al Reino Unido, le dirijo un cordial saludo a Usted, a los ilustres ponentes y a todos los participantes en el Simposio organizado en Roma por el Centro Internacional Amigos de Newman. Expreso mi aprecio por el tema elegido: “El primado de Dios en la vida y en los escritos del beato John Henry Newman". Con él de hecho se pone en justa evidencia el teocentrismo como perspectiva fundamental que caracterizó la personalidad y la obra del gran teólogo inglés.
Es bien conocido que el joven Newman, a pesar de que había podido conocer, gracias a su madre la "religión de la Biblia", atravesó un periodo de dificultades y de dudas. A los catorce años sufrió, de hecho, la influencia de filósofos como Hume y Voltaire y, reconociéndose en sus objeciones a la religión, se encaminó, según la moda humanista y liberal de su época, hacia una especie de deísmo.
El año siguiente, con todo, Newman recibió la gracia de la conversión, encontrando descanso “en el pensamiento de dos seres absolutos y luminosamente evidentes en sí mismos, yo y mi Creador" (J.H. Newman, Apologia pro vita sua, Milán 2001, pp. 137-138). Descubrió por tanto la verdad objetiva de un Dios personal y viviente, que habla a la conciencia y revela al hombre su condición de criatura. Comprendió su propia dependencia en el ser de Aquel que es el principio de todas las cosas, encontrando así en Él el origen y el sentido de su identidad y singularidad personal. Es esta experiencia particular la que constituye la base para la primacía de Dios en la vida de Newman.
Tras la conversión, se dejó guiar por dos criterios fundamentales – tomados del libro La fuerza de la verdad, del calvinista Thomas Scott – que manifiestan plenamente la primacía de Dios en su vida. El primero: “la santidad antes que la paz" (ibid., p. 139), documenta su firme voluntad de adherirse al Maestro interior con su propia conciencia, de abandonarse confiadamente al Padre y de vivir en la fidelidad a la verdad reconocida. Estos ideales habrían comportado en seguida “un gran precio que pagar”. Newman, de hecho, sea como anglicano que como católico, tuvo que sufrir muchas pruebas, desilusiones e incomprensiones. Con todo, nunca descendió a falsos compromisos o se contentó con consensos fáciles. Permaneció siempre honrado en la búsqueda de la verdad, fiel a las llamadas de su propia conciencia y dirigido hacia el ideal de la santidad.
El segundo lema elegido por Newman: "el crecimiento es la única expresión de vida" (ibid.), expresa de forma clara su disposición a una continua conversión, transformación y crecimiento interior, siempre apoyado confiadamente en Dios. Descubrió así su vocación al servicio de la Palabra de Dios y, dirigiéndose a los Padres de la Iglesia para encontrar mayor luz, propuso una verdadera reforma del anglicanismo, adhiriéndose finalmente a la Iglesia católica. Resumió su propia experiencia de crecimiento, en la fidelidad a sí mismo y a la voluntad del Señor, con sus conocidas palabras: “Aquí en la tierra vivir es cambiar, y la perfección es el resultado de muchas transformaciones” (J.H. Newman, Lo sviluppo della dottrina cristiana, Milano 2002, p. 75). Y Newman fue a lo largo de toda su existencia uno que se convirtió, uno que se transformó, y de esta forma permaneció siempre el mismo, y se convirtió cada vez más en sí mismo.
El horizonte de la primacía de Dios marca en profundidad también las numerosas publicaciones de Newman. En el citado ensayo sobre El desarrollo de la doctrina cristiana, escribió: "Hay una verdad; hay una sola verdad; ... la búsqueda de la verdad no debe ser satisfacción de curiosidades; la adquisición de la verdad no se parece en nada a la excitación de un descubrimiento; nuestro espíritu está sometido a la verdad, no es, por tanto, superior a ella, y debe no tanto disertar sobre ella sino venerarla" (pp. 344-345). La primacía de Dios se traduce, para Newman, en la primacía de la verdad, una verdad que debe buscarse ante todo disponiendo la propia interioridad a la acogida, en un intercambio abierto y sincero con todos, y que encuentra su culmen en el encuentro con Cristo, "camino, verdad y vida" (Jn 12,6). Newman dio por ello testimonio de la Verdad también con su riquísima producción literaria pasando de la teología a la poesía, de la filosofía a la pedagogía, de la exegesis a la historia del cristianismo, de las novelas a las meditaciones y a las oraciones.
Presentando y defendiendo la Verdad, Newman estuvo siempre atento también en encontrar el lenguaje apropiado, la forma justa y el tono adecuado. Intentó no ofender nunca y dar testimonio de la gentil luz interior ("kindly light"), esforzándose en convencer con la humildad, la alegría y la paciencia. En una oración dirigida a san Felipe Neri escribió: “Que mi aspecto sea siempre abierto y alegre, y mis palabras amables y agradables, como conviene a aquellos que, cualquiera que sea su estado de vida, gozan del más grande de todos los bienes, del favor de Dios y de la esperanza de la felicidad eterna" (J.H. Newman, Meditazioni e preghiere, Milano 2002, pp. 193-194).
Al beato John Henry Newman, maestro en enseñarnos que la primacía de Dios es la primacía de la verdad y del amor, confío las reflexiones y el trabajo del presente Simposio, mientras que, por intercesión de la Virgen María, Madre de la Iglesia, le imparto con alegría a usted y a todos los participantes la implorada Bendición Apostólica, prenda de abundantes favores celestiales.
En el Vaticano, 18 de noviembre de 2010

Un Dios y tres religiones

Un Dios y tres religiones monoteístas; la Comisión Teológica responderá
Se discutirá en el Vaticano del 29 de noviembre al 3 de diciembre
CIUDAD DEL VATICANO, martes, 23 de noviembre de 2010 (
ZENIT.org).- Si sólo hay un Dios, ¿cómo se explican las tres religiones monoteístas? ¿Qué relaciones se derivan de este origen entre judíos, musulmanes y cristianos? A estas dos preguntas responderá la Comisión Teológica Internacional.
La Comisión, cuya función consiste en ayudar a la Santa Sede y especialmente a la Congregación para la Doctrina de la Fe a examinar cuestiones doctrinales de mayor importancia, afrontará éste y otros dos argumentos en su próxima sesión plenaria que se celebrará del 29 de noviembre al 3 de diciembre en el Vaticano.
Además afrontará otros dos temas de vital importancia. En primer lugar, la cuestión de los principios de la teología, su sentido y su método. En este sentido, la Comisión ya elaboró un estudio entre los años 2004 y 2008, según explica un comunicado vaticano.
El otro tema es la integración de la doctrina social de la Iglesia en el contexto más amplio de la doctrina cristiana.
La sesión será presidida por el cardenal William Joseph Levada, prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, la dirección de las sesiones de trabajo correrá a cargo del padre Charles Morerod, O.P., secretario de la Comisión.
Los resultados de los estudios de la Comisión son presentados al Santo Padre y entregados para su oportuna utilización a la Congregación para la Doctrina de la Fe. En general, suelen ser publicados posteriormente para conocimiento de la opinión pública.
La Comisión se compone de teólogos de diversas escuelas y naciones, eminentes por ciencia y fidelidad al Magisterio de la Iglesia. Los miembros --en número no superior a 30-- son nombrados por el Papa por cinco años a propuesta del prefecto de la Congregación y tras consulta con las conferencias episcopales.
En estos momentos, como representantes de países de lengua española, forman parte de la Comisión los sacerdotes Antonio Castellano, S.D.B. (Chile), profesor de teología sistemática en la Universidad Pontificia Salesiana, Roma; Mario Ángel Flores, profesor de teología sistemática en la Facultad Teológica Mexicana (Mexico), Javier Prades López, profesor de teología sistemática en la Facultad de Teología de Madrid (España) y Guillermo Zuleta, profesor de teología sistemática y de derecho canónico en la Universidad de Medellín (Colombia).
La Comisión surgió cuando Pablo VI acogió la propuesta de la primera asamblea ordinaria del Sínodo de los Obispos, el 11 de abril de 1969.

lunes, 22 de noviembre de 2010

Asegura el Papa " La Unidad en la Verdad "

El ecumenismo no es “negociar un acuerdo”, asegura el Papa
Discurso al Consejo Pontificio para la Unidad de los Cristianos
CIUDAD DEL VATICANO, jueves 18 de noviembre de 2010 (
ZENIT.org).-El diálogo ecuménico no tiene los objetivos "políticos" de llegar a "compromisos aceptables" entre las diversas confesiones cristianas, sino "la unidad en la verdad", asegura Benedicto XVI.
Así lo afirmó este jueves en el discurso que dirigió a los participantes en la Asamblea Plenaria del Consejo Pontificio para la Unidad de los Cristianos, que celebra sus cincuenta años de vida, en el que recordó que la unidad no la "hacemos nosotros", la "hace" Dios.
"Aun en presencia de nuevas situaciones problemáticas o de puntos difíciles para el diálogo, la meta del camino ecuménico sigue inmutable, como también el firme empeño en perseguirla", aseguró el Santo Padre.
"No se trata, sin embargo, de un empeño según categorías, por así decirlo, políticas, en las que entran en juego la capacidad de negociar o la mayor capacidad de encontrar compromisos, por lo que se podría esperar, como buenos mediadores, que tras un cierto tiempo se llegue a acuerdos aceptables para todos".
"La acción ecuménica tiene un doble movimiento", aclaró.
Por una parte, explicó, está "la búsqueda convencida, apasionada y tenaz para encontrar toda la unidad en la verdad, para idear modelos de unidad, para iluminar oposiciones y puntos oscuros para alcanzar la unidad".
"Y esto en el necesario dialogo teológico, pero sobre todo en la oración y en la penitencia, en ese ecumenismo espiritual que constituye el corazón latente de todo el camino: la unidad de los cristianos es y sigue siendo oración, habita en la oración".
En segundo lugar, citó "otro movimiento operativo, que surge de la firme conciencia de que nosotros no sabemos la hora de la realización de la unidad entre todos los discípulos de Cristo y no la podemos conocer, porque la unidad no la 'hacemos nosotros', la 'hace' Dios: viene de lo alto, de la unidad del Padre con el Hijo en el diálogo de amor que es el Espíritu Santo; es un tomar parte en la unidad divina".
Según el Papa, "esto no debe hacer disminuir nuestro compromiso, al contrario, debe hacernos cada vez más atentos a captar los signos de los tiempos del Señor, sabiendo reconocer con gratitud lo que ya nos une y trabajando para que se consolide y crezca".
Al concluir, el obispo de Roma reconoció que "también en el camino ecuménico se trata de dejar a Dios lo que es únicamente suyo y de explorar, con seriedad, constancia y dedicación, lo que es tarea nuestra, teniendo en cuenta que a nuestro compromiso pertenecen los binomios de actuar y sufrir, de actividad y paciencia, de cansancio y alegría".
En su saludo al Papa durante la audiencia, el arzobispo e inminente cardenal Kurt Koch, presidente del Consejo Pontificio para la Promoción de la Unidad de los Cristianos, explicó que esta audiencia celebraba tres grandes fechas para el ecumenismo.
El centenario de la Conferencia Mundial sobre la Misión, celebrada en Edimburgo y considerada como el inicio del camino ecuménico en el siglo XX, los cincuenta años de la creación del Consejo Pontificio que preside, y el inicio del nuevo Consejo Pontificio para la Promoción de la Nueva Evangelización.
Para el nuevo purpurado suizo esta última decisión del Papa está íntimamente ligada a la promoción de la unidad de los cristianos, y manifestó su intención de "poner el compromiso ecuménico plenamente al servicio de una nueva divulgación de la fe en nuestras sociedades ampliamente secularizadas".

Arzobispo de Canterbury ve aspectos positivos en ordinariatos para anglicanos
El primado Rowan Williams recibido en audiencia por Benedicto XVI
CIUDAD DEL VATICANO, jueves 18 de noviembre de 2010 (
ZENIT.org).- El arzobispo de Canterbury, el doctor Rowan Williams, ve aspectos positivos en la creación de ordinariatos para la acogida en la Iglesia católica de comunidades anglicanas.
El primado anglicano hizo estas declaraciones en el Vaticano este jueves, donde fue recibido en audiencia privada por Benedicto XVI, después de haber participado en la víspera en el acto de conmemoración con motivo de los cincuenta años de la creación del Consejo Pontificio para la Unidad de los Cristianos.
El 8 de noviembre cinco obispos anglicanos de la Iglesia de Inglaterra anunciaron su renuncia al ministerio en la Iglesia anglicana y su resolución de unirse a un ordinariato personal para anglicanos en plena comunión con la Iglesia católica.
La posibilidad de crear estas circunscripciones eclesiásticas no regionales fue establecida hace un año por Benedicto XVI con la promulgación de la constitución apostólica
"Anglicanorum Coetibus".
De este modo, los anglicanos que lo deseen podrán reconocer el primado del Papa, manteniendo elementos propios de su tradición litúrgica y espiritual.
"Obviamente mi reacción a las renuncias es de pesar, pero respeto", ha declarado el doctor Williams a "Radio Vaticano".
"Yo sé las consideraciones que han afrontado, en particular los dos que fueron mis sufragáneos. Hemos hablado, hemos trabajado y nos hemos separado con oraciones y bendiciones".
"Creo que el desafío vendrá al compartir el uso de las iglesias", reconoce, "en los consejos que debemos dar como anglicanos", y además "desde luego habrá algunas parroquias sin sacerdotes, de manera que nos encontramos ante un desafío práctico".
Ante quienes han calificado como "gesto profético" la creación de ordinariatos en la Iglesia católica para anglicanos, el arzobispo de Canterbury reconoce que "creo que el ordinariato ayuda a la gente a valorar la herencia o el patrimonio anglicanos. Estoy feliz de alabar a Dios por este motivo. No creo que sea un acto agresivo orientado a desestabilizar las relaciones de las Iglesias y sólo queda por ver la amplitud del movimiento del que estamos hablando".
"Pero, ¿profético?", se pregunta el mismo Williams. "Quizá sí -responde--. En el sentido de que la Iglesia católica dice de este modo que hay maneras de ser cristiano en la Iglesia de Occidente que no quedan restringidas por identidad histórica católico-romana. Es algo de lo que podemos hablar".
En una audiencia concedida este jueves a la asamblea plenaria del Consejo Pontificio para la Promoción de la Unidad de los Cristianos, el Papa ha confirmado el compromiso de la Iglesia católica en la búsqueda de la unidad con los anglicanos y demás confesiones cristianas.
"A pesar de nuevas situaciones problemáticas o de puntos difíciles para el diálogo, la meta del camino ecuménico sigue inalterada, así como el compromiso firme para perseguirla", ha dicho el obispo de Roma.
"No se trata, sin embargo, de un compromiso según categorías, por así decir, políticas, en las que entran en juego la capacidad de negociar o de encontrar compromisos, motivo por el cual podría esperarse, como buenos mediadores, que después de un cierto tiempo se llegue a acuerdos aceptables para todos", ha concluido.

Bautismo con Iglesias de la Reforma

Obispos de EE.UU. firman acuerdo sobre bautismo con Iglesias de la Reforma
Un “hito sin precedentes” en la historia del ecumenismo en América según la USCCB
BALTIMORE, jueves 18 de noviembre de 2010 (
ZENIT.org).- La Conferencia Episcopal de Estados Unidos ha aprobado un acuerdo en el que reconoce como válido el bautismo de cuatro comunidades cristianas reformadas.
La Conferencia votó el pasado martes el Common Agreement on Mutual Recognition of Baptism (Acuerdo Común de Reconocimiento Mutuo del Bautismo), durante la celebración de la Asamblea Plenaria que está teniendo lugar estos días en Baltimore (Maryland).
El acuerdo ha sido resultado de seis años de estudio y debates entre los representantes de la Conferencia Episcopal estadounidense, la Iglesia Presbiteriana de EE.UU., la Iglesia Reformada de América, la Iglesia Reformada Cristiana y la Iglesia Unida de Cristo.
Monseñor Wilton Gregory, arzobispo de Atlanta y presidente del USCCB Committee for Ecumenical and Interreligious Affairs, afirmó el martes en un comunicado que esta votación supone “un hito en el viaje ecuménico”.
“Junto con nuestros hermanos y hermanas de la Reforma” de estas cuatro Iglesias, afirmó, “nosostros los obispos católicos podemos afirmar una vez más que el bautismo es la basr de la real, aunque incompleta, unidad que tenemos en Cristo".
"Nuestra Conferencia espera ahora a que los cuatro organismos competentes de las comunidades reformadas aprueben el acuerdo común que hemos realizado hoy", dijo el arzobispo.
El prelado explicó que, una vez que sea aprobado por las otras cuatro denominaciones, el acuerdo “permitirá a los ministros católicos presuponer que el bautismo realizado en estas comunidades es 'verdadero bautismo' como se entiende en la doctrina y en la ley católicas”.
Comunión
"La presentación de un certificado de bautismo por parte de los cristianos reformados que deseen entrar en plena comunión con la Iglesia Católica, o casarse con una católica, asegura a los ministros católicos que el bautismo, realizado por un ministro de la Reforma, implicó el uso de agua corriente, y la invocación bíblica de Dios como Padre, Hijo y Espíritu Santo", prosiguió el prelado.
Monseñor Gregory afirmó que los católicos y los cristianos reformados “han dado un paso de acrecamiento a esa plenitud de la comunión que se realizará, en obediencia a la oración del Señor – 'Padre, que todos sean uno' – en ese día en el que puedan celebrar juntos en unidad de fe y ministerio en la única mesa de la Eucaristía".
La conferencia señaló en un comunicado de prensa que el acuerdo común afirma que el bautismo es "el vínculo sacramental de unidad para el Cuerpo de Cristo, que se realiza sólo una vez, por un ministro autorizado, con un chorro de agua, utilizando la fórmula trinitaria de las Escrituras de 'Padre, Hijo y Espíritu Santo'".
Añadió que el acuerdo anima a las comunidades cristianas locales a mantener registros de bautismo, una práctica ya realizada en la Iglesia católica.
El comunicado de prensa declaró que otras conferencias episcopales en el mundo del mundo han suscrito acuerdos similares con las comunidades protestantes locales, pero este documento es "sin precedentes" para la Iglesia católica en los Estados Unidos.
Explicó que la Iglesia católica en general ha reconocido la validez de la mayoría de las principales comuniones cristianas desde el Concilio Vaticano II. Sin embargo, en 2002, el Consejo Pontificio para la Unidad de los Cristianos alentó a las conferencias episcopales para que se reunieran con las comunidades cristianas locales con el fin de estudiar y discutir su comprensión mutua del bautismo, para aclarar dudas y preguntas sobre la reciprocidad de las prácticas dentro de las diversas iglesias.

El Papa al Consejo Pontificio

Discurso del Papa al Consejo Pontificio para la Unidad de los Cristianos
Con motivo de su Asamblea Plenaria
CIUDAD DEL VATICANO, jueves 18 de noviembre de 2010 (
ZENIT.org).- Ofrecemos a continuación el discurso que el Papa Benedicto XVI dirigió hoy a los participantes en la Asamblea Plenaria del Consejo Pontificio para la Promoción de la Unidad de los Cristianos sobre el tema: “Hacia una nueva etapa del dialogo ecuménico", con ocasión del 50° aniversario de la institución de este dicasterio.
* * * * *
Señores cardenales,
Venerados Hermanos en el Episcopado y en el Sacerdocio,
queridos hermanos y hermanas,
es para mi una gran alegría encontraron con ocasión de la Plenaria del Consejo Pontificio para la Promoción de la Unidad de los Cristianos, durante la cual reflexionaréis sobre el tema: "Hacia una nueva etapa del dialogo ecuménico". Al dirigir a cada uno de vosotros mi cordial saludo, deseo agradecer de modo particular al presidente, monseñor Kurt Koch, también por las calurosas expresiones con las que ha interpretado vuestros sentimientos.
Ayer, como recordó monseñor Koch, celebrasteis, con un solemne Acto conmemorativo, el 50° aniversario de la institución de vuestro Dicasterio. El 5 de junio de 1960, en la vigilia del Concilio Vaticano II, que indicó como central para la Iglesia el compromiso ecuménico, el beato Juan XXIII creaba el Secretariado para la Promoción de la Unidad de los Cristianos, denominado después, en 1988, Consejo Pontificio. Fue un acto que constituyó un hito para el camino ecuménico de la Iglesia católica. En el transcurso de cincuenta años se ha hecho mucho camino. Deseo expresar viva gratitud a todos aquellos que han prestado su servicio en el Consejo Pontificio, recordando ante todo a los presidentes que se han sucedido en él: los cardenales Augustin Bea, Johannes Willebrands, Edward Idris Cassidy; y mi particularmente grato agradecimiento al cardenal Walter Kasper, que guió el dicasterio, con competencia y pasión, en los últimos once años. Doy las gracias a los miembros y consultores, oficiales y colaboradores, aquellos que han contribuido a llevar a cabo los diálogos teológicos y los encuentros ecuménicos y a cuantos han rezado al Señor por el don de la unidad visible entre los cristianos. Son cincuenta años en los que se ha adquirido un conocimiento más verdadero y una estima más grande con las Iglesias y las comunidades eclesiales, superando prejuicios sedimentados por la historia; se ha crecido en el diálogo teológico, pero también en el de la caridad; se han desarrollado varias formas de colaboración, entre las cuales, además de las de por la defensa de la vida, por la salvaguardia de la creación y para combatir contra la injusticia, ha sido importante y fructífera la del campo de las traducciones ecuménicas de la Sagrada Escritura.
En estos últimos años, además, el Consejo Pontificio se ha comprometido, por otro lado, en un amplio proyecto, el llamado Harvest Project, para trazar un primer balance de los objetivos conseguidos en los diálogos teológicos con las principales comunidades eclesiales desde el Vaticano II. Se trata de un trabajo precioso que ha puesto en evidencia tanto las áreas de convergencia, como aquellas en las que es necesario continuar profundizando la reflexión. Dando gracias a Dios por los frutos ya recogidos, os animo a proseguir con vuestro empeño en promover una correcta recepción de los resultados alcanzados y en dar a conocer con exactitud el estado actual de la investigación teológica al servicio del camino hacia la unidad. Hoy algunos piensan que este camino, especialmente en Occidente, haya perdido su empuje; se advierte, entonces, la urgencia de reavivar el interés ecuménico y de dar una nueva incisividad a los diálogos. Se presentan, además, desafíos inéditos: las nuevas interpretaciones antropológicas y éticas, la formación ecuménica de las nuevas generaciones, la ulterior fragmentación del escenario ecuménico. Es esencial tomar conciencia de estos cambios y señalar las vías para proceder de manera eficaz a la luz de la voluntad del Señor: "que sean todos una sola cosa" (Jn 17,21).
También con las Iglesias ortodoxas y las antiguas Iglesias orientales, con las que existen “estrechísimos vínculos” (Unitatis Redintegratio, 15), la Iglesia católica prosigue con pasión el diálogo, intentando profundizar de modo serio y riguroso en el patrimonio teológico, litúrgico y espiritual común, y de afrontar con serenidad y empeño los elementos que aún nos dividen. Con los Ortodoxos se ha llegado a tocar un punto crucial de acercamiento y de reflexión: el papel del Obispo de Roma en la comunión de la Iglesia. Y la cuestión eclesiológica está también en el centro del diálogo con las antiguas Iglesias orientales: a pesar de muchos siglos de incomprensión y de alejamiento, se ha constatado, con alegría, haber conservado un precioso patrimonio común.
Queridos amigos, aun en presencia de nuevas situaciones problemáticas o de puntos difíciles para el diálogo, la meta del camino ecuménico sigue inmutable, como también el firme empeño en perseguirla. No se trata, sin embargo, de un empeño según categorías, por así decirlo, políticas, en las que entran en juego la capacidad de negociar o la mayor capacidad de encontrar compromisos, por lo que se podría esperar, como buenos mediadores, que tras un cierto tiempo se llegue a acuerdos aceptables para todos. La acción ecuménica tiene un doble movimiento. Por una parte la búsqueda convencida, apasionada y tenaz para encontrar toda la unidad en la verdad, para idear modelos de unidad, para iluminar oposiciones y puntos oscuros en orden a la consecución de la unidad. Y esto en el necesario dialogo teológico, pero sobre todo en la oración y en la penitencia, en ese ecumenismo espiritual que constituye el corazón latente de todo el camino: la unidad de los cristianos es y sigue siendo oración, habita en la oración. Por otra parte, otro movimiento operativo, que surge de la firme conciencia de que nosotros no sabemos la hora de la realización de la unidad entre todos los discípulos de Cristo y no la podemos conocer, porque la unidad no la “hacemos nosotros”, la “hace” Dios: viene de lo alto, de la unidad del Padre con el Hijo en el diálogo de amor que es el Espíritu Santo; es un tomar parte en la unidad divina. Y esto no debe hacer disminuir nuestro compromiso, al contrario, debe hacernos cada vez más atentos a captar los signos de los tiempos del Señor, sabiendo reconocer con gratitud lo que ya nos une y trabajando para que se consolide y crezca. Al final, también en el camino ecuménico, se trata de dejar a Dios lo que es únicamente suyo y de explorar, con seriedad, constancia y dedicación, lo que es tarea nuestra, teniendo en cuenta que a nuestro compromiso pertenecen los binomios de actuar y sufrir, de actividad y paciencia, de cansancio y alegría.
Invoquemos confiados al Espíritu Santo, para que guíe nuestro camino y cada uno sienta con renovado vigor el llamamiento a trabajar por la causa ecuménica. Os animo a todos vosotros a proseguir en vuestra tarea; es una ayuda que hacéis al Obispo de Roma a cumplir su misión al servicio de la unidad. Como signo de afecto y gratitud, os imparto de corazón mi Bendición Apostólica.

lunes, 15 de noviembre de 2010

ANGLICANORUN COETIBUS

Cinco obispos anglicanos renuncian para pasar a la Iglesia católica
En un comunicado, anuncian que quieren crear un ordinariato personal
LONDRES, lunes 8 de noviembre de 2010 (ZENIT.org).- Cinco obispos anglicanos de la Iglesia de Inglaterra han anunciado este lunes su renuncia al ministerio en esa Iglesia y su resolución de unirse a un ordinariato personal para anglicanos en plena comunión con la Iglesia católica.
La constitución apostólica "Anglicanorum Coetibus", publicada hace un año, abrió el camino para que comunidades anglicanas puedan entrar la Iglesia católica a través del establecimiento de ordinariatos personales, con características parecidas a las de una diócesis no territorial, una nueva estructura canónica.
De este modo, podrán reconocer el primado del Papa, manteniendo elementos propios de su tradición litúrgica y espiritual. Entre los obispos anglicanos del Reino Unido que han anunciado su renuncia se encuentran Andrew Burnham, obispo de Ebbsfleet, Keith Newton, obispo de Richborough, y John Broadhurst, obispo de Fulham. Estos tres prelados eran familiarmente conocidos como "obispos volantes", pues atendían espiritualmente a los fieles de diferentes diócesis anglicanas que no han aceptado la ordenación de mujeres como sacerdotes.
Asimismo se ha anunciado la renuncia de otros dos obispos, Edwin Barnes, antiguo pastor anglicano de Richborough, y el obispo auxiliar retirado David Silk de Exeter. El comunicado firmado por los cinco obispos explica que todos ellos han seguido durante años el proceso de diálogo entre anglicanos y la Iglesia católica, emprendido tras el Concilio Vaticano II, "con oración y profundo anhelo"."Hemos quedado consternados, en los últimos treinta años, al ver que anglicanos y católicos se separaban cada vez más en algunas cuestiones de vida diaria, en particular
al ver distintas decisiones en asuntos de fe y disciplina en el anglicanismo que, creemos, son incompatibles con la vocación histórica del anglicanismo y la tradición de dos mil años de la Iglesia".
Explican que para ellos "Anglicanorum Coetibus" ha sido una respuesta a los anglicanos que buscan la unidad con Roma: "con los ordinariatos, se establecen estructuras canónicas por medio de las cuales podremos llevar nuestra experiencia de discipulado cristiano a la comunión plena con la Iglesia católica que abarca todo el mundo y todas las épocas".
"Se trata tanto de una respuesta generosa de la Santa Sede a quienes han pedido ayuda, así como un nuevo y valiente instrumento ecuménico para la búsqueda de la unidad de los cristianos, unidad por la que Cristo mismo oró antes de su pasión y muerte. Se trata de una unidad que, creemos, es posible sólo en la comunión eucarística con el sucesor de San Pedro".
Los cinco aseguran que "como obispos, hemos cuidado de todos, de los que comparten nuestra posición y de aquellos que han tomado una postura diferente. Ahora hemos llegado al momento en el que debemos declarar formalmente nuestra posición e invitar a otros a unirse a nuestro camino. Por lo tanto, cesará inmediatamente nuestro ministerio episcopal público, renunciando a nuestras responsabilidades pastorales en la Iglesia de Inglaterra. Esto tendrá efecto a partir del 31 de diciembre de 2010. Buscamos unirnos a un ordinariato cuando éste sea creado".
Los prelados agradecen a la Iglesia anglicana de Inglaterra todo lo que "ha significado para nosotros y todo lo que nos ha dado en estos años, y esperamos mantener una relación cercana y cálida, orando y trabajando juntos por la venida del Reino de Dios".
Respuesta anglicana
En respuesta al anuncio, el primado de la Comunión Anglicana, el arzobispo Rowan Williams de Canterbury publicó un comunicado este lunes en el que aceptaba con "pesar" las renuncias de los obispos, "que han decidido que su futuro en el ministerio cristiano pasa por las nuevas estructuras propuestas por el Vaticano".
"Les deseamos lo mejor en el nuevo paso de su servicio a la Iglesia", añadió, agradeciéndoles "su fiel labor pastoral en la Iglesia de Inglaterra durante muchos años".
La asociación internacional de anglicanos que se oponen a la ordenación de mujeres como sacerdotes u obispos, "Forward in Faith", ha asegurado a los obispos que han presentado su renuncia "el amor, las oraciones y el apoyo de todos sus miembros y su agradecimiento por el ministerio que han desempeñado a su servicio"."Asimismo aseguramos al arzobispo de Canterbury y al obispo de Londres nuestras oraciones, mientras tratamos de discernir cómo serán reemplazadas las sedes vacantes de Ebbsfleet, Richborough y Fulham", añaden.Respuesta católica
Monseñor Alan Hopes, obispo auxiliar de Westminster, la sede católica de la capital británica, ha acogido positivamente la decisión en un comunicado emitido en nombre de la Conferencia Episcopal de Inglaterra y Gales. El episcopado católico, reveló, "está viendo cómo establecer el ordinariato" y asegura "la cálida bienvenida que extendemos a todos los que quieran formar parte de él".
Los prelados católicos de Inglaterra y Gales han convocado una reunión sobre este tema y tras su celebración podrán ofrecer mayor información.
Hasta el momento no se ha creado ningún ordinariato para anglicanos que entran en comunión plena con la Iglesia católica, si bien comunidades anglicanas del Reino Unido, Estados Unidos, Australia y Canadá han manifestado su intención de unirse a la Iglesia católica.
Por su parte, el padre Federico Lombardi S.I., director de la Oficina de Información de la Santa Sede, confirmó hoy que la Santa Sede está estudiando la constitución del ordinariato, según las normas establecidas por la constitución apostólica "Anglicanorum coetibus" y que "las eventuales decisiones serán comunicadas en el momento oportuno"
Explicación de un protagonistaEl mes pasado, el obispo anglicano John Broadhurst de Fulham ya había anunciado su intención de presentar su renuncia en un encuentro de "Forward in Faith International", asociación de la que es presidente. En su anunció, mencionó numerosos motivos, entre los cuales, el más importante es la ordenación de mujeres. Seguirá formando parte de "Forward in Faith International", pues no forma parte de la Iglesia de Inglaterra.
ZENIT ha hablado con el obispo Broadhurst por teléfono, quien ha revelado que su decisión ha sido tomada tras un discernimiento en la oración, y que ha pensado en su unión a la Iglesia católica durante 45 años.
Ante la pregunta de si mantendrá un ministerio activo en la Iglesia católica, el obispo Broadhurst respondió: "Haré lo que el Papa quiera y permita. Como sacerdote tengo una responsabilidad, y si se me permite, seguiré desempeñándola".
El obispo reveló a ZENIT que otros anglicanos están pensando en dar este paso de unidad con Roma, "de todos modos cada uno tiene que tomar su propia decisión. Esta decisión es solo mía".

50 AÑOS POR LA UNIDAD

El Consejo Pontificio para la Unidad de los Cristianos celebra 50 años
Con un acto ecuménico el 17 de noviembre
CIUDAD DEL VATICANO, martes 9 de noviembre de 2010 (ZENIT.org).- El Consejo Pontificio para la Promoción de la Unidad de los Cristianos celebrará su cincuenta aniversario con un acto ecuménico el próximo 17 de noviembre a las 17 horas en la Sala San Pío X, en la via de la Conciliación de Roma.
El evento estará presidido por el presidente del Consejo, monseñor Kurt Koch, y contará con la intervención del presidente emérito del Consejo, el cardenal Walter Kasper; el anglicano arzobispo de Canterbury, Rowan Williams, y el ortodoxo metropolitano de Pérgamo Ioannis (Zizioulas), del patriarcado ecuménico de Constantinopla.
Así se conmemorará el 50 aniversario de la institución del Secretariado para la Promoción de la Unidad de los Cristianos, que más tarde pasó a llamarse Consejo Pontificio para la Promoción de la Unidad de los Cristianos, explica un comunicado de la Oficina de Información de la Santa Sede publicado hoy.
“Esta mirada al pasado, dirigida al momento de la institución y al camino realizado hasta hoy, ofrecerá no sólo la oportunidad de expresar gratitud a Dios por los que han contribuido a hacer avanzar el ecumenismo y por los abundantes frutos que se han recogido”, indica el texto.
“También permitirá suscitar un renovado interés por la causa de la unidad y reiterar la firme voluntad de proseguir el camino hacia la plena comunión de todos los cristianos, afrontando con confianza las desafíos, también nuevos, que se presentan”, añade.
La historia del consejo pontificio para el ecumenismo se remonta al 5 de junio de 1960, día de Pentecostés, cuando el beato Juan XXIII instituyó el Secretariado para la Promoción de la Unidad de los Cristianos, junto a las once comisiones que prepararían el Concilio, con el Motu proprio Superno Dei Nutu.
El primer presidente del Secretariado fue el cardenal Agostino Bea, a quien sucedieron los cardenales Johann Willebrands, Edward Idris Cassidy, Walter Kasper y, el 1 de julio de 2010, el arzobispo Koch.
En 1998, Juan Pablo II cambió el nombre del secretariado por el de Consejo Pontificio para la Promoción de la Unidad de los Cristianos, con la Constitución apostólica Pastor Bonus.
“A través de los años -señala el comunicado publicado este martes-, el Consejo Pontificio para la Promoción de la Unidad de los Cristianos se ha ocupado de las relaciones con el vasto mundo ecuménico, tanto a nivel multilateral como a través de contactos y diálogos bilaterales con muchas Iglesias y comunidades cristianas”.
La fecha del acto conmemorativo -el 17 de noviembre- se ha querido hacer coincidir con la sesión plenaria del Consejo Pontificio para la Promoción de la Unidad de los Cristianos, que se celebrará del 15 al 19 de noviembre, con el tema Hacia una nueva etapa del diálogo ecuménico.

domingo, 7 de noviembre de 2010

EL PAPA EN ESPAÑA

6 de noviembre, 2010. (NOTICIA SÓLO VÍDEO) Benedicto XVI aterrizó en el aeropuerto de Santiago de Compostela, en España entre una espesa niebla. Sin embargo, las bajas temperaturas no empañaron la fiesta. Le recibieron al pie de la escalerilla los príncipes de Asturias Felipe y Letizia, junto a quienes escuchó los himnos de España y del Vaticano.

"Yo quisiera invitar a España y a Europa a edificar su presente y a proyectar su futuro desde la verdad auténtica del hombre, desde la libertad que respeta esa verdad y nunca la hiere, y desde la justicia para todos, comenzando por los más pobres y desvalidos. Una España y una Europa no sólo preocupadas de las necesidades materiales de los hombres, sino también de las morales y sociales, de las espirituales y religiosas, porque todas ellas son exigencias genuinas del único hombre y sólo así se trabaja eficaz, íntegra y fecundamente por su bien."


miércoles, 3 de noviembre de 2010

Iglesias Católicas de Rito Oriental

Bulgaria: 13º encuentro de obispos de Iglesias católicas de rito oriental
En Sofía, del 4 al 7 de noviembre
SOFÍA, martes 2 de noviembre de 2010 (ZENIT.org).- El 13º encuentro de jerarcas católicos orientales de Europa (GCOE) se celebrará en Sofía del 4 al 7 de noviembre.
La reunión está motivada por las celebraciones del 150º aniversario de la unión de UNA PARTE DE la Iglesia católica de rito bizantino surgida en Bulgaria con la Iglesia católica de Roma, informa el Consejo de Conferencias Episcopales de Europa (CCEE).
Los representantes de trece Iglesias católicas de rito oriental debatirán sobre el tema Los criterios de eclesialidad de las Iglesias orientales hoy.
Este tema se analizará a la luz del Concilio Vaticano II y del diálogo entre la Iglesia católica y la ortodoxa.
Durante el encuentro también se abordará la cuestión de las estructuras pastorales para los inmigrantes católicos de las Iglesias orientales a la luz del documento Erga migrantes caritas Christi.
El encuentro, patrocinado por el CCEE y organizado y auspiciado por el obispo de Sofía, monseñor Christo Proykov, se celebrará a puerta cerrada.
En él, también participarán el prefecto de la Congregación para las Iglesias Orientales, el cardenal Leonardo Sandri; el presidente del CCEE y arzobispo de Esztergom-Budapest, el cardenal Péter Erdö; el nuncio apostólico en Bulgaria, monseñor Januariusz Bolonek; el presidente del Consejo Pontificio de la Pastoral para los Migrantes e Itinerantes, monseñor Antonio Vegliò, y el secretario de la Congregación para las Iglesias Orientales, monseñor Cyril Vasil.
En la Iglesia católica existen Iglesias particulares, llamadas Iglesias sui iuris o ritos, en plena comunión con la Iglesia de Roma, pero que se distinguen de la Iglesia católica latina por formas diversas de culto litúrgico, de piedad popular, de disciplina sacramental (administración de sacramentos) y canónica (normas jurídicas), así como por su terminología y sus tradiciones teológicas.
Actualmente hay en el mundo 24 Iglesias sui iuris que practican diversos ritos litúrgicos en plena comunión con Roma, de las cuales 15 de rito litúrgico bizantino (este encuentro se dirige a 14 de éstas presentes en Europa).
Las Iglesias sui iuris de rito bizantino invitadas el encuentro son la católica-italo-albanesa (diócesis de Lungro y Piana de los Albaneses, en Italia), la greco-católica albanesa (Albania), la greco-católica bielorusa (Bielorusia) y la greco-católica búlgara (Bulgaria).
También la arquidiócesis de Chipre de los Maronitas (Chipre), la Iglesia greco-católica croata (diócesis de Križevci, Croacia), la greco-católica de Grecia (Grecia y Turquía), la greco-católica de Serbia y Montenegro (Serbia y Montenegro), la greco-católica macedonia (Macedonia) y la greco-católica rumana (Rumanía).
Y finalmente, la Iglesia greco-católica rutenia (eparquía de Mukačevo, Ucrania), la greco-católica rusa (Rusia), la greco-católica eslovaca (Eslovaquia), la greco-católica ucraniana (Ucrania, Polonia, EEUU, Canadá y comunidades ucranianas en el mundo) y la greco-católica húngara (Hungría).

lunes, 1 de noviembre de 2010

SÍNODO BUENO PARA TODOS

El Sínodo de Oriente Medio al servicio de todos, incluidos judíos y musulmanes
Según aclara el portavoz vaticano en respuesta a interpretaciones políticas
CIUDAD DEL VATICANO, domingo, 31 de octubre de 2010 (ZENIT.org).- El Sínodo de los Obispos de Oriente Medio, celebrado en el Vaticano del 10 al 24 de octubre, constituye un servicio para todos, no sólo para los católicos, sino también para judíos y musulmanes, considera el portavoz vaticano.
El padre Federico Lombardi S.I., director de la Oficina de Información de la Santa Sede, responde en el último editorial del semanario "Octava Dies", del Centro Televisivo Vaticano, a quienes han tratado de dar una lectura meramente política a esa inédita cumbre eclesial.
"¿Qué pide el Sínodo en su Mensaje a los gobernantes de los pueblos de Oriente Medio?", comienza preguntándose el sacerdote. Que los cristianos "puedan gozar de todos los derechos de ciudadanía, de libertad de conciencia y de culto, de libertad en el campo de la enseñanza y de la educación y en el uso de los medios de comunicación' porque 'son ciudadanos nativos y auténticos, leales a su patria y fieles a todos sus deberes nacionales".
Y sigue preguntando el portavoz vaticano: "¿Qué dice el Sínodo a la comunidad internacional?". La reivindicación sinodal fue: "condenamos la violencia y el terrorismo, de cualquier origen, y todo extremismo religioso. Condenamos toda forma de racismo, el antisemitismo, el anticristianismo y la fobia al Islam, e invocamos a las religiones a asumir sus responsabilidades en la promoción del dialogo de las culturas y de las civilizaciones en nuestra región y en todo el mundo.
El padre Lombardi recuerda, en respuesta a acusaciones procedentes de judíos o musulmanes, que "las intervenciones del representante judío, del sunní y del chií fueron aplaudidas, acogidas con atención y disponibilidad".
"Los miembros del Sínodo se han expresado con gran libertad, presentando con lealtad y serenidad el marco global de la situación de sus comunidades eclesiales", sigue diciendo.
"Ciertamente --reconoce el portavoz--, se ha tratado de una asamblea con raíces profundas en una tierra golpeada por tensiones y problemas dramáticos, pero la naturaleza eclesial de esta asamblea, su motivación religiosa, espiritual, la ha hecho capaz de elevarse a una perspectiva mas alta, a una mirada animada de aquel realismo de la esperanza que nace de la fe vivida en esta nuestra historia".
Lombardi concluye deseando que todos reconozcan esta naturaleza del Sínodo, que no es política ni puede entenderse en clave poítica, para que "pueda dar sus frutos, sobretodo para la Iglesia, pero también para todos los pueblos de Oriente Medio". Y subraya: "¡Todos!".

viernes, 29 de octubre de 2010

"NOSTRA AETATE" Aniversario

Aniversario del documento conciliar"Nostra Aetate"
En el. 1965 - 28 de octubre - 2010
En- de octubre - 2010
En el recuerdo. 1965 - 28 de octubre - 2010


El dialogo judeo-católico: un proceso que inicio Juan XXIII y sello Juan Pablo II

La eliminación de alusiones hirientes en la liturgia católica y la aclaración de que los judíos no son responsables por la muerte de Jesús acercaron a los hijos de Abraham. Los pedidos de perdón de la Iglesia al pueblo judío por las ofensas cometidas por cristianos también contribuyeron.
La relación entre el catolicismo y el judaísmo estuvo signada durante siglos por prejuicios y desconfianzas. Prejuicios por parte de los católicos originados en una errónea interpretación de los Evangelios sobre el papel de los judíos. Desconfianza por parte de los judíos, producto de siglos de persecución hacia su pueblo que en el siglo XX padeció su capítulo más horroroso: el Holocausto. Prejuicios y desconfianzas pese a invocar el mismo Dios, compartir el Antiguo Testamento o Biblia Hebrea, profesando la misma fe de Abraham y de Moisés, y las enseñanzas de los Diez Mandamientos.
Pero en las últimas décadas se produjeron fuertes gestos de acercamiento desde el catolicismo, despejando sus propios obstáculos, que alumbraron una etapa de creciente confraternidad y diálogo intenso. Todos concuerdan que el gran arquitecto de ese giro fue el Papa Juan XXIII, quien en 1959 -al año siguiente de asumir su pontificado- quitó de la tradicional oración de la liturgia del Viernes Santo la controvertida referencia a ”los pérfidos judíos y los infieles”. Hoy se sabe que Juan XXIII -siendo Nuncio en Turquía- salvó a miles de judíos de los campos de concentración al entregarles certificados de bautismo.
El siguiente paso del Papa Bueno fue convocar al Concilio Vaticano II, que aggiornó a la Iglesia y abrió las puertas de par en par al diálogo con los otros cultos cristianos y no cristianos, y de un modo especial con el judaísmo. El documento conciliar Nostra Aetate acabó con la oprobiosa interpretación que le asigna responsabilidad a los judíos en la muerte de Jesús: ”Lo que en su Pasión se hizo, no puede ser imputado indistintamente a todos los judíos que entonces vivían ni a los judíos de hoy. (…) No se ha de señalar a los judíos como reprobados de Dios ni malditos como si esto se dedujera de las Sagradas Escrituras”.
Paulo VI avanzó con su viaje a Tierra Santa, en 1964, al considerar a los patriarcas ”nuestros padres en la fe”. Pero fue Juan Pablo II quien selló la reconciliación con una sucesión de gestos históricos: fue el primer Papa que visitó una sinagoga ( la de Roma , en 1986), ocasión en que habló de los judíos como ”nuestros hermanos mayores en la fe”. Y también el primer Papa que visitó un campo de concentración (Auschwitz, en 1979). En su pontificado, El Vaticano difundió el texto ”Una reflexión sobre la Shoa” (1998), donde se pregunta si ”los prejuicios antijudíos de algunos cristianos no facilitaron la persecución nazi”.
También bajo su papado, la Santa Sede estableció relaciones diplomáticas con Israel (1993). Con motivo del Jubileo de 2000, Juan Pablo II pidió perdón a los judíos ante ”la hostilidad y la mala fe de numerosos cristianos hacia los hebreos en el curso de los siglos, que constituye un hecho doloroso”. De nuevo, interrogó acerca de la vinculación entre los prejuicios antijudíos y la persecución nazi. Poco después, durante su viaje a Tierra Santa, pidió perdón a los judíos ante el Muro de los Lamentos, evocó a las víctimas del Holocausto y dijo que la Iglesia ”está profundamente triste” por el antisemitismo de ciertos cristianos.